/// EL INVITADO
/// EL INVITADO
Ignoratio Elenchi

Gabriel Vénica Asesor privado
“Los embriones cultivados en una solución acuosa rociada con glifosato sufrieron alteraciones...”, según los experimentos del Dr. Andrés Carrasco. Menos mal. El glifosato es un veneno. Lo mismo hubiera pasado si en vez de glifosato se hubiera usado cualquier herbicida, repelente de mosquitos, veneno contra el dengue, cucarachicida, incluso detergente. Un embrión colocado en un recipiente de orín hubiera sufrido igual o peor suerte. Afortunadamente no realizaron este experimento porque hoy estaríamos expuestos a una prohibición de tan elemental necesidad biológica.
No pretende ser este comentario un alegato a favor ni en contra del glifosato; sino una simple reflexión que intenta mostrar cómo se puede manipular a la opinión pública aún en nombre de la ciencia. Hace más de 2000 años Aristóteles, intentó desnudar las falacias usadas por unos “charlatanes” (casualmente dedicados a la política) llamados sofistas, haciendo un listado de “sofismas” (razonamientos seductores al oído pero tramposos en su esencia). El tipo de sofisma (razonamiento que hoy llamaríamos “trucho”) utilizado por Carrasco y los Abogados ambientalistas, es desde entonces conocido como “Ignoratio Elenchi” (conclusión inatinente). Consiste en realizar afirmaciones (en general de alto impacto emocional) para sacar conclusiones que no corresponden a las premisas que se exhiben.
Cuando a las candidaturas TRUCHAS se las llama TESTIMONIALES, y este adjetivo es utilizado sin más por periodistas, incluso por la oposición, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que la corrupción ha llegado hasta la herramienta fundamental de nuestra humanidad: el lenguaje.
El glifosato es un veneno. Lo mismo hubiera pasado si en vez de glifosato se hubiera usado, repelente de mosquitos, veneno contra el dengue o cucarachicidas.