Entrevista exclusiva con Jorge Bernardo Griffa, el hombre que mejor trabaja en inferiores en el país...

“Miente quien dice que en inferiores no importa ganar”

“Miente quien dice que en  inferiores no importa ganar”

“Cuando llegué a Newell’s, después de haber jugado en Europa, pensé que podía dirigir al equipo en primera, sólo por el hecho de haber sido futbolista... Y me equivoqué”, el maestro Jorge Griffa estuvo en Santa Fe y habló mano a mano con El Litoral.

Foto: Mauricio Garín

Dijo que Batistuta era un “gordito por el que nadie daba un peso” y que a Battaglia lo descubrió mirándolo en un solo partido.

Enrique Cruz (h)

Hace un año, Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid estuvo en la Argentina. Además de decir que “Agüero será el mejor jugador del mundo”, cuando le preguntaron por la imagen de los argentinos en el club colchonero, sentenció: “Pues hombre, el primero es Jorge Bernardo Griffa, quien aún sigue siendo el extranjero que más veces se puso la camiseta del Atlético de Madrid. Y después, Cano, Ayala y todos los demás”.

Si se diera el currículum de este hombre, habría que dividir la entrevista en dos. Una para explicar quién fue, sin equívocos ni olvidos, y otra para contar qué dice. Basta con señalarlo como el hombre que mejor trabaja en inferiores en el país, donde arrancó en 1972 en Newell’s, y hasta se dio el lujo de haber formado a uno de los mejores entrenadores del mundo: Marcelo Bielsa.

—Jorge, ¿usted se siente un adelantado o cree que hay un modelo Griffa que luego fue copiado por algunos?

—Mirá, creo que he dado el puntapié inicial, pero sería muy presuntuoso de mi parte decir que fui el creador de un modelo. Se dio allá por 1972, cuando regresé de Europa. Fui aprendiendo y enseñando al mismo tiempo, eso me permitió recoger frutos formidables en Newell’s. Después, me fui a Boca y también fue productivo para mí, porque me encontré con un gran dirigente como Mauricio Macri. A la semana de haber dejado Newell’s ya estaba trabajando con ellos y el resultado fue magnífico, tanto que hasta ahora siguen surgiendo chicos que yo llevé o los trabajé... Nadie copia nada en el fútbol, sí creo que hay un modelo de trabajo que, a mí por lo menos, me da muchos buenos resultados.

—¿Qué piensa cuando escucha que los dirigentes hablan de proyecto de divisiones inferiores y a la vez compran jugadores y gastan fortunas que luego se traslucen en deudas para las instituciones?

—Afirmo el concepto de que el fútbol amateur es ignorado por la gente y olvidado por los clubes. Me pregunto: los jugadores que juegan en el mejor fútbol del mundo, ¿no han jugado alguna vez en inferiores?, ¿de dónde salieron?, ¿en qué lugar crecieron?, ¿en qué ámbito se formaron?, en el de las divisiones inferiores, básicas, formativas o como se lo quiera denominar... También estoy convencido de que el club que se olvide de sus inferiores, a la corta, tendrá muchos problemas. ¿Qué pienso?, que el fútbol juvenil tiene que ser planificado, pero es más importante encontrar personas idóneas para esa planificación.

—Hablando de personas idóneas, el problema es que se les paga mal a los técnicos de inferiores...

—Mirá, el chico tiene que llegar porque juega bien pero también por sus condiciones extrafutbolísticas. Yo no pienso sólo en sus condiciones técnicas, sino también en lo humano. Es lo que yo pienso y a mí me dio resultado. No digo que sea lo único o que tenga la verdad. Esto me da pie para contestarte: ¿quién es el que prepara a ese chico y el que lo forma como jugador y también como ser humano?, el técnico. Eso encierra la respuesta a tu planteo, pero nadie lo entiende porque el fútbol amateur es ignorado. Y como es ignorado, los técnicos son los últimos orejones del tarro, cobran poco o cobran mal.

—¿Hay una receta o una fórmula que pueda discernir cuándo un jugador está para jugar en Primera?

—Puede ser un gran jugador pero si no está maduro mentalmente, se complica. El que sabe a medias un trabajo, lo desarrolla a medias. Y acá no hay términos medios, sino absolutos. Yo estuve 23 años en Newell’s y luego 10 en Boca y viví para esto. Yo salía de mi casa a las 7 de la mañana y volvía a las 9 ó 10 de la noche. Es insalubre, ya lo sé, y por ahí hasta me olvidé un poco de vivir, pero necesitaba trabajar todo ese tiempo. Con esto te digo que es fundamental que la formación del jugador sea total.

—¿Es necesario que el técnico haya jugado al fútbol?, porque, por su planteo, pareciera ser que no es suficiente...

—No alcanza, es verdad... Yo jugué al fútbol hasta los 35 años y cuando regresé de Europa cometí mi primera equivocación. Cuando pretendí mostrar en Primera lo que había aprendido como jugador, dirigiendo a un equipo, me di cuenta de que no sabía nada, que estaba totalmente limitado y que me faltaban cosas que un rectángulo de juego no te dan. No alcanza con haber jugado para ser entrenador y mucho menos formador. Haber jugado te da vestuario, te puede ayudar a tomar algunas determinaciones y a entender cosas que le pasan al jugador, pero hay cuestiones formativas serias que un ex jugador, por más bueno que haya sido, no tiene.

—Los dirigentes pelean con la inmediatez del fútbol profesional, del resultado del domingo, y parece que todos los proyectos empiezan y terminan en una victoria o una derrota. ¿Qué le diría al directivo que no puede mirar el horizonte lejano y vive el día a día?

Se dice que Griffa era un defensor duro, muy fuerte y temperamental. Marcó a grandes como Puskas, Di Stéfano y Pelé. Se mantuvo durante 10 años en el Atlético de Madrid y por tres temporadas en el Español de Barcelona. ¡Había que jugar 13 años en Europa en esos tiempos!


“Ni el Madrid de Di Stéfano, ni el Benfica de Eusebio ni el Ajax de Cruyff ni el Bayern de Beckenbauer... El equipo que mejor jugó, fue el Atlético de Madrid que ganó la Recopa Europea de 1962”.

Lo dijo Jorge Griffa, que fue marcador central en aquel equipo que le ganó la final a la Fiorentina por 3 a 0.

off the record

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“Miente quien dice que en  inferiores no importa ganar”

Invitado por la dirigencia de Unión —en la foto, junto al presidente Miguel Ponce— para dar una charla a los entrenadores de inferiores, Griffa dejó sus enseñanzas.

Foto: Mauricio Garín

—El dirigente tiene la idea, pero a veces la tiene como un compromiso, para decirla públicamente o para expresarla en un discurso electoral. Pero el dirigente no sabe cómo es el desarrollo de lo que quiere, cómo tiene que llevar adelante esa idea supuestamente exitosa. Cuando está decidido, no debe equivocarse en el director general del área juvenil, que es el área más importante del fútbol del club. Los clubes toman niños de 12 o 13 años y sueltan hombres a los 23 ó 24 años y esto es lo que no se tiene en cuenta. El director o coordinador de inferiores debe ser la persona más importante del club.

—¿Por encima del entrenador de primera?

—... Es la persona más importante del club.

—¿Abajo se forman jugadores y arriba, en primera, se ganan partidos?

—Los que dicen que en inferiores no importa si se gana o se pierde, que solamente sirve para formar jugadores y que el resultado no es importante, están mandando un mensaje equivocado...

—¡Epa...! Hasta ahora se dijo todo lo contrario.

—El chico debe ser un ganador desde que nace. El proceso es muy importante si ganan, porque se motivan para el éxito. No puede salir buen jugador un chico que siempre pierde... ¿Contesto tu pregunta?

—Es que el mensaje que se da es diferente...

—¡Los argentinos somos tan propensos a ir a los extremos!... A los chicos hay que formarlos, por supuesto, y ese paso es clave en inferiores. Pero también hay que inculcarles un espíritu ganador.

—¿Hay un parámetro de cuántos jugadores tienen que salir por cada categoría?

—Un buen trabajo de formación de base, en un club, demanda 5 años en fútbol juvenil y 10 años de fútbol infantil. Esto es así porque está científicamente comprobado. Si yo arranco en un club de cero, sin nada sobre lo cual me puedo asentar, necesito ese tiempo. Necesito diez años. Pero hablemos de fútbol juvenil. Necesito que entre la cuarta y la novena, que el 30 por ciento de los jugadores esté en un muy buen nivel, casi superlativo. Vayamos a un ejemplo: si tengo 30 chicos en una categoría, 9 ó 10 tienen que estar en un nivel de excelencia. De esos 9 ó 10, en la cuarta, habrá 5 que estarán en las puertas del profesionalismo. Y de esos 5, habrá 2, 3 ó 4 que serán elegidos por el técnico de la primera para ingresar al área mayor. En un trabajo de formación de base desarrollado, tendré esa cantidad de jugadores todos los años para incorporar al plantel mayor.

—¿Usted lo hizo en Newell’s y Boca de esa manera?

—Tal cual, ni más ni menos... Pero ¡cuidado!, porque no es sólo atender al chico como jugador, sino al ser humano... Yo tuve casos tremendos...

—¿Por ejemplo?

—Y... yo tuve chicos que venían a las prácticas con un revólver en la cintura... Y otros que se hicieron cura o médico... Por eso, es tan importante que los técnicos de las inferiores estén preparados en todos los sentidos... Los afectos en el fútbol juvenil tienen que estar a flor de piel, porque esto es lo que se pierde en el fútbol profesional, donde lo que importa es lo económico.

—¿Admite que un chico llegue a primera sin saber cabecear o “pegándole con la de palo”?

—Mirá, el que tiene pie chico tiene más posibilidades de pegarle mejor a la pelota... Me acuerdo de Puskas, a quien enfrenté, porque jugué en España contra la delantera que integraban Rial, Kopa, Di Stéfano, Puskas y Gento... Bueno, Puskas calzaba 36 y le pegaba a la pelota como quería... Contestando tu pregunta, no hay que improvisar en la enseñanza y planificar. ¿Sabés cómo arranca mi enseñanza?, en mostrarle al chico de qué se trata el juego del fútbol. ¿Y cómo lo hago?, enseñándole los fundamentos: el pase, la recepción, la conducción, el cabeceo y el tiro al arco... No hay más... Son esos cinco fundamentos y nada más.

—¿Es más fácil enseñarle a un zurdo que a un diestro?

—Los zurdos son más hábiles que los diestros, pero no sólo para jugar al fútbol sino en todos los órdenes de la vida. Miguel Ángel era un pintor zurdo, su técnica era superior. Pero atención, que el zurdo no maneja para nada la derecha. En cambio, el diestro sabe que no es tan brillante con su pierna como el zurdo, pero maneja la pierna inhábil mucho mejor que el zurdo.

—La última, Jorge. ¿Cómo se lo llevó a Batistuta?

—¡Por ese gordo nadie daba un peso!, ja ja... A Battaglia lo vi un solo partido por esta zona y me lo llevé a Boca... El caso de Burdisso, Balbo, Heinze o Samuel es un poco diferente... Tévez y Gago no daban lugar a la equivocación... Por ahí, me pude equivocar con alguno. Pero el tiempo y la formación hizo que cada vez le errara menos.

Sus principales descubrimientos

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Américo Rubén Gallego.

foto: archivo el litoral

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Jorge Luis Valdano.

foto: archivo el litoral

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Gabriel Omar Batistuta.

foto: archivo el litoral

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Carlos Tévez.

foto: archivo el litoral

/// EL DATO

Lo atropelló un camión

Jorge Bernardo Griffa jugó en Newell’s, luego pasó al Atlético de Madrid donde fue campeón varias veces y posteriormente jugó en el Español de Barcelona, antes de regresar a la Argentina en 1972, luego de 13 años en el fútbol europeo. Quiso seguir jugando en Banfield, pero un camión lo atropelló, debió estar 60 días enyesado y allí se decidió por dirigir a Newell’s. En la revista Goles, en 1976, dijo que nunca más dirigiría fútbol profesional. Y lo cumplió.

Un largo listado

Esta es parte de la extensa lista de jugadores que llegaron y triunfaron en el fútbol mundial, “descubiertos” por Jorge Griffa:

* Jorge Valdano.

* Américo Gallego.

* Roque Raúl Alfaro.

* Ricardo Giusti.

* Gabriel Batistuta.

* Roberto Sensini.

* Fernando Gamboa.

* Mauricio Pochettino.

* Gerardo Martino.

* Maximiliano Rodríguez.

* Juan Simón.

* Iván Gabrich.

* Abel Balbo.

* Nicolás Burdisso.

* Fabricio Coloccini.

* Sebastián Gago.

* Sebastián Battaglia.