“La rosa del desierto”

Humor e ironía para mostrar la desilusión de la guerra

Humor e ironía para mostrar  la desilusión de la guerra

El director italiano Mario Monicelli, uno de los inventores de la “comedia alla italiana”. Foto: Archivo El Litoral

Laura Osti

Segunda Guerra Mundial, año 1940. Un oasis en el desierto de Libia donde acampa un batallón del ejército italiano, más precisamente, el destacamento de la sección de sanidad. Tiene la misión de montar un quirófano de la Cruz Roja para asistir a los heridos que lleguen desde el frente de batalla, que está por ahí en algún lugar, donde confluyen también otros ejércitos europeos.

El clima no parece de guerra en ese apacible paraje alejado de todo, hasta los habitantes originarios del país ocupado se habitúan a esa presencia extraña e incluso intentan mantener un trato entre tolerante y diplomático. El fin de la guerra parece estar cerca y todos creen que pronto volverán a casa. Y también hay quien piensa que la aventura se parece a un viaje turístico con todo pago.

La última película del prolífico director italiano Mario Monicelli, “La rosa del desierto”, es una sátira fuertemente inspirada en la tradicional comedia italiana, llena de gags y detalles picarescos, con mucha ironía y momentos satíricos, aunque también roza la poesía, los instantes dramáticos y es capaz de tocar las cuerdas íntimas de la miseria y la grandeza humanas.

El destacamento está a cargo del Mayor Strucchi quien solamente está interesado en escribir cartas a su esposa, de quien está profundamente enamorado y no hace más que pensar en ella; entre sus soldados, hay médicos jóvenes con afán de aventuras y campesinos movilizados por la fuerza. A ellos se une un cura, el padre Simeone, quien estaba a cargo de una escuela, destruida por la guerra, y que ahora propone que el ejército italiano cumpla una misión humanitaria acercando algo de la cultura europea al pueblo ocupado.

Pero esa paz idílica del oasis pronto se verá arrasada por la cruda realidad del conflicto bélico, que lejos de estar próximo a terminar, está atravesando por uno de sus peores momentos: el repliegue desordenado y confuso de todos los ejércitos implicados en esa región de África, lo que se traduce en ataques imprevistos de supuestos amigos, órdenes y contraórdenes, avances y retrocesos. Desde el continente, llegan noticias cada vez menos alentadoras. Mientras, el grupo liderado por el Mayor intenta mantenerse unido, aunque ya empieza a experimentar bajas y la misión humanitaria pronto queda en el olvido.

Caos y sinsentido

La característica de Monicelli es contar con humor situaciones que refieren al dolor, la amargura, la tristeza, la pérdida, y a la vez, muestra cómo aún en las peores situaciones aflora la necesidad de comunicación, de entendimiento y hasta de compartir cosas valiosas con ocasionales adversarios. El humanismo europeo es una fuerte presencia también en la campaña bélica y esa profunda contradicción entre los sentimientos más sublimes y los más destructivos entre los hombres, atraviesa todo este filme, encarnando especialmente en el mayor, a quien los sinsabores del frente no le hacen mella pero cae abatido cuando se entera de la pérdida de su esposa, a quien creía segura en su casa. De ironías como ésta se nutre el filme para reforzar su mensaje de caos y sinsentido en el que no solamente este grupo de gente sino toda la humanidad parece estar atrapada.


• • •

BUENA

La rosa del desierto

“Le rose del deserto”, Italia, 2006, comedia bélica. Dir.: Mario Monicelli. Guión: Mario Monicelli, Alessandro Bencivenni, Domenico Saverni. Intérpretes: Michele Placido, Alessandro Haber, Giorgio Pasotti. Fotografía: Saverio Guarna. Montaje: Alessandro Baragli. Música: Paolo Dossena, Mino Freda. Dur. 100 minutos.