FALLECIÓ LEOPOLDO PRESAS
Luto en el arte argentino
El artista plástico Leopoldo Presas, miembro de la Academia de Bellas Artes de Argentina, murió el viernes en su casa de Núñez, Buenos Aires, a los 94 años. Sus restos fueron velados en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires hasta ayer por la mañana, cuando se le dio sepelio en Jardín de Paz, junto a su hijo Fernando.
Hombre intachable y una de las personas más queridas de la comunidad artística, nació en el Bajo Flores el 21 de febrero de 1915. No conoció a su padre, su madre Manuela era uruguaya y sus abuelos, gallegos. Sus tíos fueron sus mejores maestros y las carreras de caballos, las cartas y el boxeo constituyeron sus temas adolescentes. A los 17 años tomó clases con el pintor y grabador Adolfo Sorzio. Más tarde, ingresó a la Academia Nacional de Bellas Artes por tan sólo unos meses, para realizar cursos libres junto a Lino Enea Spilimbergo. Realizó su primera exposición con el surrealista grupo Orion en 1939, en compañía de Vicente Forte, Luis Barragán, Orlando Pierri e Ideal Sánchez, entre otros.
Leopoldo abandonó la pintura durante siete años y montó un taller de estampado de telas donde conoció a quien sería su esposa, Elsa Legaspi Salgado, madre de sus tres hijos: Gabriela (pintora), Manuel (cineasta) y Fernando.
Gracias al aliento de Santiago Cogorno, Presas volvió a la pintura y, en 1947, realizó su primera exposición individual, a partir de la cual logró destacados premios en nuestro país. En 1967, con la organización de su amigo y biógrafo Rafael Squirru, realizó su primera retrospectiva en la ciudad de Nueva York.
Su legado
Fue presidente de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos y miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes desde 1976. Durante ocho años se radicó en París (1979-1987), donde vivió frente al Museo del Louvre y realizó dos exposiciones con el barrio de la Boca como motivo central. Al regresar a su barrio, realizó una serie sobre sus recuerdos de París.
Sostenía que la pintura era el producto de un milagro, “una luz que se ve, un color, algo que se siente, es el milagro, la inspiración”.
En los últimos veinte años, Galería Zurbarán organizó 14 exposiciones de sus obras. Entre ellas se destaca la de 1994 en el Palais de Glace, con 125 obras, que fue visitada por 179 mil personas.
El año pasado realizó su última exposición individual en Colección Alvear de Zurbarán, donde volvería a exponer en el próximo mes de octubre.
En diciembre se lo homenajeó en Galería Santa Fe, donde realizó importantes pinturas murales. En este verano se pudo disfrutar de una retrospectiva con 50 de sus obras en el Museo Municipal Eduardo Sívori, en el Rosedal.
Su obra figurativa de alto contenido expresionista abarcó todas las temáticas durante siete décadas, destacándose la mujer, la serie dedicada a Chesterton y sus obras religiosas. El dibujo era su medio preferido y afirmaba que sin él nada se sostenía.
