La prioridad esta semana está orientada a saber qué ocasionó la tragedia del Airbus
Intensifican la búsqueda de las
cajas negras del avión siniestrado
Tres navíos y un submarino intentan detectar su ubicación en medio del mar.
AFP-EFE-Télam
La búsqueda de los restos del Airbus de Air France y los cuerpos de 228 víctimas en el océano Atlántico llega mañana a su tercera -y posiblemente última- semana, con la prioridad ahora puesta en encontrar las cajas negras y avanzar en la investigación de qué ocurrió.
El drama del vuelo AF 447 Río de Janeiro-París, desaparecido entre Brasil y África la noche del 31 de mayo al 1º de junio, aún no fue explicado aunque la presencia de sondas de velocidad defectuosas en el avión levantaron los primeros alertas.
Hasta anoche unos 50 cuerpos habían sido recuperados por barcos de Marina de ambos países, lo mismo que piezas importantes del avión, como un fragmento de la parte trasera.
Los primeros cuerpos ya han sido transportados a Recife, en el litoral nordeste de Brasil, donde serán examinados por un equipo de médicos para su identificación.
Los pedazos del Airbus, expuestos en un enorme hangar en la base aérea de Recife, sugieren que la caída fue súbita y que no habría habido una explosión a bordo, según la opinión de expertos consultados por la prensa brasileña (ver relacionado).
En particular, esas opiniones se apoyan en una fotografía que muestra los asientos reservados a la tripulación en posición plegada, sugiriendo que el personal de bordo fue tomado de sorpresa por el desastre.
Entre las 228 víctimas de 32 nacionalidades había 72 franceses, 59 brasileños y 26 alemanes.
El emisario especial del gobierno francés para las familias de las víctimas, Pierre-Jean Vandoorne, se reunió con varios de esos familiares ayer en Río de Janeiro.
“Su preocupación principal es recuperar los cuerpos y comprender las causas de la catástrofe”, dijo el embajador francés, que esta tarde tenía previsto viajar a Recife para reuniones con los militares brasileños que realizan las operaciones de búsqueda en el océano.
Al cabo de dos semanas la flotilla franco-brasileña continúa “peinando” una enorme zona en alta mar a 1.350 km de Recife.
Sin embargo, después de unos primeros días en que los marinos afirmaban navegar “en medio de un mar de pedazos”, estos últimos se hicieron más raros, y posiblemente se fueron hundiendo o resultaron dispersados por las corrientes marinas.
Los militares brasileños comenzaron ya a mencionar el fin de la búsqueda, que continuará “por lo menos hasta el 19 de junio”, según dijo el Brigadier Ramon Cardoso, que destacó que el 17 de junio se realizará una reevaluación de las acciones para los dos últimos días.
Cajas negras
En tanto, la búsqueda de las dos cajas negras, que posiblemente están a unos 3.500 metros de profundidad, se debe intensificar.
El submarino nuclear francés “Emeraude” ya comenzó a patrullar la zona donde habría caído el avión, esperando que sus sonares ultrasensibles capten las señales que dos grabadores de vuelo emiten durante un mes.
Otras dos naves aportadas por Francia deben también trabajar con dos “pingers locators”, sonares instalados en un cable de kilómetros de extensión prestados por el ejército estadounidense.
El navío francés de exploración submarina “Pourqoi pas” también llegó a la zona de búsqueda, con un submarino y un robot.
Cuando faltan pocos días para el Salón Aeronáutico de Bourget, el drama llevó a la empresa europea Airbus a asegurar que el modelo A330 es “uno de los más seguros jamás construidos”.
Air France también debió acelerar el reemplazo de sus sondas Pitot, instrumentos de medición de velocidad en vuelo, en sus modelos Airbus A330 y A340, bajo la presión de los pilotos y luego de varios incidentes en 2008 ligados a fallas en esos dispositivos.
Después de haber indicado “incoherencias” en la velocidad medida por esas sondas en el avión desaparecido, la Oficina de Investigación y Análisis (BEA, en francés), encargada de las investigaciones, afirmó que no existe “ningún vínculo establecido” entre esas sondas y la tragedia.