Apuntes de política provincial

Santa Fe SOS

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Carlos Reutemann, Santa Fe Federal.

Foto: Amancio Alem

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Agustín Rossi, Frente para la Victoria.

Foto: Flavio Raina

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Rubén Giustiniani, Frente Progresista.

Foto: Luis Cetraro

Teresa Pandolfo

La perspectiva de contar con dos presidenciables, Hermes Binner y Carlos Reutemann, oriundos de la provincia, es un elemento político que puede tomarse como alentador en tanto y en cuanto los equipos de ambos comiencen a diseñar políticas de largo plazo de las que ha carecido el país. En otro plano, esta posibilidad ha sido origen de una encarnizada lucha por el triunfo el 28 de junio, aunque por el Frente Progresista la banca que está en juego sea la de Rubén Giustiniani, quien aspira a renovarla.

Tanto Reutemann como Giustiniani saben que serán elegidos para la Cámara Alta de la Nación y, como se expresara en “Apuntes....” de la semana anterior, la pelea de fondo tiene como protagonistas al senador por Santa Fe Federal y al gobernador Hermes Binner, y va mucho más allá de los cargos ahora en disputa.

Este comentario no tratará la performance de la campaña en los últimos días, enmarcada en golpes bajos, pero sí se abogará para que el 29 los dirigentes involucrados retornen a sus responsabilidades naturales y atiendan lo que sucede en la provincia. Porque no es un dato menor, aunque provenga del Indec, que las dos ciudades principales del territorio en el primer trimestre cuenten con tasas de desocupación de dos dígitos, cuando la media nacional se ubica entre el 8 y 9 por ciento.

No se desconoce desde esta columna que la sequía, el conflicto del gobierno nacional con el campo y la crisis financiera, en forma conjunta han atravesado la provincia dejando una impronta profunda en todo el aparato productivo. Por eso, después del 29, necesariamente, deberá venir un tiempo distinto y decirse de otra forma las cosas, sin temor a los enojos de los Kirchner. Y esto no sólo a los efectos de recuperar recursos fiscales sino para el establecimiento de políticas concretas de mediano y largo plazo canalizadas hacia la actividad productiva.

Será en el Congreso, o golpeando puertas en la Casa Rosada, o en ambas sedes institucionales a la vez, pero la gestión política por Santa Fe y sus habitantes tendrá que cambiar. De no ser así, la pregunta: ¿para qué tener dirigentes con tanto nombre, tan cercanos al círculo de poder o con posibilidades de ser presidenciables si no logran avances desde los cargos que actualmente ocupan?, surgirá espontáneamente y con bronca.

Recorriendo el espinel

No es una chicana en medio de la campaña: el mensaje va para todos los candidatos. No será necesario que la Asamblea Tambera prevista para el 20, en San Francisco, reitere que la actividad se encuentra en terapia intensiva. Ya se lo sabe desde hace muchos meses, al igual que lo que ocurre con las curtiembres, las industrias frigoríficas, lácteas y metalúrgicas, por citar algunos sectores. No se necesitan más diagnósticos ni estudios de campo ni asesores internos y menos externos, que no tomarán decisiones por nosotros.

La provincia requiere que internamente su dirigencia política dialogue sobre sus dificultades y problemas, y que una sus esfuerzos orientados hacia resoluciones que pertenecen al plano nacional. Tampoco deberían estar ausentes las rectificaciones locales y el análisis de las políticas propias.

Datos reveladores del panorama imperante se encuentran a diario. El viernes se supo que la demanda de energía eléctrica de Santa Fe había caído más del doble que la de Córdoba (7,3 % contra 3,4 %), según números con origen en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEN). Y en cuanto a la compra a la EPE, en el segundo bimestre de 2009 -versus igual período de 2008- el sector industrial Pymes había demandado un 10,6 % menos de fluido.

En todos los órdenes, los guarismos son indicadores que superan su propio tema. Hubo menos demanda de energía eléctrica porque llevamos meses de menguada actividad económica y esta situación debe ser planeada en todos los términos y en todos los escenarios institucionales. Hace al presente y futuro de los habitantes del territorio santafesino.

Por eso, el punto de inflexión necesario debe ser el 29 de junio, tanto para quienes ganen las elecciones como para los que salgan segundos o terceros; se pertenezca al Frente Progresista o al Frente para la Victoria o a Santa Fe Federal, porque cada uno de los que son partícipes de esta contienda electoral tiene un mandato no concluido, ya sea en el Poder Ejecutivo de la provincia como en el Legislativo de la Nación.

A catorce días de los comicios nacionales, las encuestas siguen marcando un alto número de indecisos o de gente a la que la elección no ha interesado todavía. Esa indiferencia no deja de ser un reproche; un llamado de atención que puede convertirse directamente en una sanción. Que un 25 ó 30 por ciento del electorado aparezca en los sondeos como “No sabe” o “No contesta” puede reflejar indecisión sobre el candidato a elegir, pero también posibilidad de sufragar en blanco, o directamente decisión de no concurrir a las urnas aunque el voto sea obligatorio.

En términos institucionales ese desinterés en una época tan compleja como la presente es un elemento a ser tomado muy en serio, porque esmerila la base participativa que da sustento a la democracia, impidiendo incluso que sea corregida por un camino de paz, como es el que procura el sufragio.