EL REFUGIO DE LA FANTASÍA

 

EL REFUGIO  DE LA FANTASÍA

Por María Luisa Miretti

 

Con su escritura clara, precisa, fluida, Vargas Llosa introduce el principio medular de la producción onettiana: sin ficción no hay libertad. Sostiene que Juan Carlos Onetti (Uruguay 1909-España 1994) ha sabido mostrar la manera de construir una vida paralela a la realidad, con palabras e imágenes que invitan al refugio, en momentos de asco y de derrumbe.

Habitan las novelas y cuentos de Onetti seres (fantasmagóricos) recordados o inventados a través de un narrador que sueña y crea. Sin contagiarse del regionalismo ni del costumbrismo de la época, resalta su coherencia en la cosmovisión, el lenguaje, la técnica y los personajes que configuran capítulos de un vasto y compacto mundo imaginario. De igual modo, la recurrencia del viaje, como posibilidad de evasión de la realidad asfixiante, que reitera con apenas variantes en cada uno de sus libros. Vargas Llosa recurre también a datos sobre la atribulada vida de Onetti, sus matrimonios, sus hallazgos, penas, alegrías, la cárcel, para también mostrar algunas escenas de la vida cotidiana (incluido su último período en Madrid, siempre acostado, pasando del vino al whisky), su timidez, hosquedad y enorme calidez humana.

Alterna los datos biográficos con anécdotas graciosas de ciertos escritores, para mostrar la admiración, el rechazo, las influencias (Borges, Arlt, Camus, y sobre todo Faulkner), para detenerse en Santa María, aquella ciudad mítica (ficcional) y los reiterados enojos de Onetti hacia la crítica (Harss y Anderson Imbert, por ejemplo, le reprochaban “oscuridad”).

Explica la mecánica de trabajo (en contraste con su disciplinado accionar, Onetti escribía en papelitos sueltos, por ráfagas, tal como corrobora su viuda), y se detiene en la técnica, planteando la estructura utilizada para la novela, sin dejar de aclarar su diferencia conceptual con los tecnicismos, subrayando que en Onetti como toda buena literatura- la técnica es invisible.

Descubre finalmente, que detrás de los personajes onettianos siempre en fuga, frustrados, derrotados, está la historia de América Latina. Si bien abundan los estudios y biografías sobre Onetti, este ensayo supone el ulterior placer de su fluida lectura y la profunda mirada del especialista que va desgranado el oficio secreto de la escritura.

 

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Onetti en una foto de 1978.

Foto: Archivo El Litoral