La visión de un especialista

¿Cómo hace el campo para salir de la tormenta perfecta?

Gustavo Oliverio comanda la prestigiosa Fundación Producir Conservando. Participó en Mundo Agro bajo el paraguas de la propuesta de cómo retomar el camino a las 100 millones de toneladas.

Néstor Fenoglio

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Buenos Aires (Enviado especial).- Mundo Agro, ya en su novena edición, es uno de los escenarios en que técnicos, especialista y un cuidado y selecto grupo de cabezas lúcidas analizan la situación del campo y proponen líneas de acción. Este tipo de congresos, tiene, primero, un carácter catártico: están allí las empresas del agro, los periodistas especializados, los ingenieros agrónomos... todo es “propia tropa” y en general se critica a un interlocutor ausente. Pero más allá de esta cuestión, también percibí en este congreso un esfuerzo visible de la “inteligencia” y de las empresas que marcan el paso del agro de retomar las riendas del movimiento, incluso a pesar del gobierno, de la incertidumbre y de las cambiantes reglas de juego. He notado, aquí y allá, una empecinada y creo sana contracción a pensar escenarios superadores que no ahorran incluso alguna autocrítica velada hacia adentro: la movida del campo, de la mesa de enlace fue muy importante -parece decir ese discurso entrelíneas- pero no se puede resignar el enorme capital de conocimiento ya volcado en el campo hasta aquí: hay que seguir, hay que poner en marcha toda la maquinaria rápido...

Parte de estas cuestiones abordó también Gustavo Oliverio, titular de la Fundación Producir Conservando quien trató de analizar cómo salir de la “tormenta perfecta” que vivió y vive el campo, para tratar de retomar el camino hacia las 100 millones de toneladas, que hoy vuelven a estar muy lejos.

“Considero -dijo el especialista- que hoy el detonante más importante es la sequía, que es persistente y que estará marcando un cambio en los pronósticos de los climatólogos recién a partir de agosto, en que se recuperarían los niveles de humedad. Esa parte de la tormenta perfecta que azota al campo tendría vías de solución.

“Lo que no ha mejorado es la cantidad de temas vinculados a las reglas de juego del comercio. Eso genera una gran desconfianza en los productores, hay una gran diferencia y un nuevo costo importante entre el precio recibido y el que debió recibir en maíz y trigo. Eso de alguna forma lastima la rentabilidad de esos cultivos y lleva a la generalizada decisión de la siembra de soja de esta campaña, disminuyendo sensiblemente el área de trigo, que pasa de 4 millones y medio de hectáreas a 2, 8 o 2,6, depende de lo que se pueda sembrar por la sequía”.

Oliverio abundó en datos interesantes, que compartimos: “el único período en que cayó la producción, la productividad y el área fue en la época de la hiperinflación. Entre 1990 y 2008 los precios fueron y vinieron, pero la producción estuvo en alza. Había un cambio más profundo, tecnológico, que definía un nuevo panorama, independientemente de que los precios subieran o bajaran, la producción subía porque se aplicaba tecnología.

“En 2007/8 hablábamos de 31 millones de hectáreas que se iban a sembrar (6 de trigo, 8 de maíz y 17 de soja). Llegamos de 96,5 millones de toneladas, pudimos pegar el salto desde el punto de vista productivo un par de años antes de lo que preveíamos en la Fundación. Si se cumplieran los datos que planteamos, esta campaña se sembraría un 73% de oleaginosas y un 23% de cereales.”.

El nuevo costo argentino

Después vino “la tormenta perfecta”, según palabras de Oliverio: mayor control del comercio, con subsidios cruzados, regulaciones en los mercados, la discusión por las retenciones, el desacople de los precios FOB, FAS teórico y FAS real que cobraba el productor y la inexistencia de registros oficiales que no permiten tener acceso a cifras oficiales de la última campaña. “En el caso de la diferencia entre los precios FOB y FAS teórico en 2007 había entre 40 y 60 u$S/ton menos que obtenían los productores. Eso pasó a ser un nuevo costo argentino, en la medida en que se intervienen los mercados, independientemente de los controles necesarios del Estado se generó esta diferencia”. Durante el 2008 hubo caída de commodities, a lo que se sumó el menor uso de los fertilizantes y la peor sequía. Argentina había sembrado 30 millones de toneladas (contra 32 del año anterior) y cosechó 62 millones de toneladas. De todos los factores que han formado la tormenta perfecta que asestaron a la producción sigue vigente el control al comercio internacional, los subsidios, está en stand by la discusión sobre la 125, la diferencia entre precios FOB y FAS se achicó un poco después del millón de toneladas que liberaron el mercado del trigo. Los precios internacionales volvieron a crecer por la presión de la demanda. El uso de tecnología está fuertemente condicionado. Hay muy poca intención de inversión en fertilizante, en tecnología y menos en maquinaria agrícola”.

“Suponiendo que vamos a sembrar lo mismo -dijo Oliverio-, las correcciones de 2,2 millones de has de trigo, 2 millones de maíz (sin incluir forrajero) y 20 millones de toneladas de soja. Esto condiciona el modelo en las próximas campañas, la argentina corre el peligro de volcarse fuertemente a la soja si los cereales no son parte del negocio. La campaña 2007/8 demostró que se puede llegar a las 100 MT. El área disponible estaba, la tecnología la hemos aplicado y sólo necesitamos un marco razonable y lógico, porque si se considera que 20 millones serán de soja, un cultivo que prácticamente no se fertiliza, es muy probable que debamos esperar una caída sensible en el consumo de fertilizantes”.

Oliverio también señaló que “el país se perdió de exportar unos 35 millones de ton aproximadamente, por lo que este año no ingresaron 15 mil millones de dólares, que justamente es lo que hay que volver a invertir esta campaña. Justamente la financiación será uno de los temas más difíciles en esta campaña”.

 

“Yo diría que el productor cerró el bolsillo con la 125, hizo mantenimiento... hasta que llegó la sequía, cuando perdió el capital de trabajo en forma muy importante.

 
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“A alguien alguna se le va a caer la ficha de que el camino a seguir es el de 2007 y 2008”, dijo a Campolitoral Gustavo Oliverio.

Foto: Néstor Fenoglio