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De los Andes  a las pasarelas

Desfile de una creación con la típica lana andina de alpaca.

De los Andes a las pasarelas

Las pasarelas del mundo miran a los Andes. En esta cordillera, a cinco mil metros de altura, han encontrado el abrigo perfecto: el pelo de alpacas y llamas convertido en diseño. TEXTOS. MÓNICA MARTÍNEZ. FOTOS. EFE REPORTAJES.

La extensa sierra de Perú, especialmente al sur, ha albergado desde tiempos inmemoriales a una variedad de camélidos que ofrecen las fibras naturales más apreciadas por la industria textil del mundo.

Dos de esos camélidos sudamericanos fueron domesticados por el hombre: la llama y la alpaca, y son criados por comunidades campesinas en las regiones Puno, Cuzco y Arequipa, principalmente, mientras que otras dos especies, el guanaco y la vicuña, viven libremente en las zonas más alejadas y escarpadas de los Andes.

De las cuatro especies, sólo dos -la vicuña y la alpaca- ofrecen el pelo más fino y buscado para los hilados y lanillas producidos en la industria textil.

Perú tiene en Sudamérica la mayor población de camélidos, con cinco millones de cabezas de las cuatro especies, de las cuales más de tres millones son alpacas y menos de 140.000 son vicuñas, de acuerdo a los datos que maneja el Ministerio de Agricultura de ese país.

En vista de la escasez de la vicuña, a pesar de que su pelo es el más fino de entre todos los camélidos, la alpaca ocupa actualmente el primer lugar en la demanda de su fibra, y Perú exportó confecciones con ese material por veinte millones de dólares en el año 2006.

El vellón de la alpaca tiene fibras finas y gruesas, dependiendo de su ubicación en el cuerpo del animal y de su edad al momento de ser esquilada. Su pelo es suave al tacto, absorbe hasta un 15 por ciento de la humedad ambiental, tiene una característica singular de mantener la temperatura del cuerpo y su color abarca 24 tonos de cremas, marrones, grises y negro.

DEL CAOS A LA ESPECIALIZACIÓN

Las comunidades campesinas que las crían se dedican a la esquila de su pelo entre noviembre y marzo, para hacer su acopio y venta.

Originalmente, el pelo de la alpaca era comprado al peso, sin distinción entre sus diversas calidades, lo cual llevó a que los criadores las cruzaran con la llama, que es más grande y con pelo más largo, para “poder ganar más plata”, según comenta la presidenta del Instituto de Investigación y Desarrollo de Camélidos Sudamericanos, Jane Wheeler. Ese cruce deterioró muchísimo la calidad de la fibra de alpaca, agrega la investigadora.

Con el tiempo, y después de identificar las distintas calidades en finura del vellón, Wheeler dice que las compañías compradoras “han comenzado a buscar calidad de fibra y a pagar precios diferenciales”, por lo que anima a los criadores a cuidar la calidad de la especie.

En Arequipa están afincadas cuatro grandes empresas dedicadas a la producción de hilados y telas de alpaca, que compran el 90 por ciento de la fibra producida en el país.

El trabajo de esas compañías con los criadores de alpaca se concentra ahora en capacitar a los campesinos en la selección de la fibra que producen, pues es una labor minuciosa y hecha a mano. “Nuestra visión es que, en cada centro de acopio, vamos a tener nuestras maestras categorizadoras y, por eso, las estamos preparando en las mismas empresas textiles”, comenta el presidente de la Federación Regional de Alpaqueros de Arequipa, Emiliano Maque.

Sin embargo, las aspiraciones de la federación que dirige Maque -que incluye aumentar su producción- han chocado en los últimos meses con la caída en el precio de la fibra natural a casi la mitad del año pasado.

LA CRISIS EN LAS CONFECCIONES

“Ahora nos están comprando a 7,5 soles (2,5 dólares) por la libra de fibra de alpaca extrafina, y entre 6 y 5,5 soles (2 y 1,8 dólares) por la libra de alpaca semifina”, señala Maque.

Este 2009 es “un año duro y difícil, donde todo el sector textil ha visto resentidas sus ventas, pero hay que tomar medidas correctivas a fin de pasar este temporal”, dice el gerente general de la empresa MFH Knits, César Linares, la firma que confecciona tejidos de punto de alpaca del grupo textil Michell, uno de los más grandes del país.

Linares espera igualar los cinco millones de dólares vendidos en el 2008 por la venta de 220.000 artículos en tiendas de Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Asia.

Los suéteres tejidos de lana de alpaca, producidos por MFH, son vendidos en Lima a más de 100 dólares en las boutiques, mientras que los abrigos cuestan entre 280 y 390 dólares. Una estola en pelo de la esquiva vicuña puede ser adquirida por 1.200 dólares.

“Nuestros productos, por la alta calidad del material, con cualidades térmicas, de durabilidad y suavidad, y la calidad del proceso en sí, van dirigidos a un mercado alto”, reconoce Linares. El 70 por ciento de su producción se vende en el extranjero.

El ejecutivo dijo que sus clientes en el exterior han sido cautos en sus pedidos para este año, pero confía en que el fin del verano en el hemisferio norte se traduzca en mayores ventas.

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La alpaca ocupa actualmente el primer lugar en la demanda de su fibra y Perú exportó confecciones con ese material por veinte millones de dólares en 2006.

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