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¿Dónde está la plata?

Por Luis Torres de la Llosa - AFP

Tras la condena de Bernard Madoff a 150 años de cárcel por el fraude más grande de la historia, sigue sin respuesta la cuestión crucial del paradero de los miles de millones de dólares que robó.

El juez federal Denny Chin, que pronunció su lapidaria sentencia aceptó al mismo tiempo el plazo adicional de 90 días pedido por los fiscales antes de decidir la espinosa cuestión de la restitución de bienes.

De los 65.000 millones de dólares que totalizaría la estafa, los fiscales sólo identificaron con precisión 13.000 millones y el fideicomiso encargado de la liquidación de bienes de Madoff apenas recuperó unos 1.200 millones.

Los cuatro yates, el penthouse en Manhattan, la mansión en Florida o en el sur de Francia, el piano Steinway, los relojes, las alhajas o las entradas para un partido de béisbol ocuparon durante meses las planas de los diarios, pero en términos concretos representan un monto ínfimo con relación a la estafa.

Surgen entonces las interrogantes: ¿Quién embolsó el resto de esa descomunal suma de dinero que supera el PIB de muchos países? ¿Podrán las víctimas recuperarlo algún día? ¿Tiene el gobierno responsabilidad ante ellas?

En la audiencia, una de sus víctimas imploró llorando a Madoff que si tenía cuentas con dinero en el exterior las revele para reparar el efecto devastador de su estafa que causó desde quiebras hasta suicidios.

Su abogado Ira Surkin aclaró que Madoff “no escondió dinero en el extranjero”, manifestó su “esperanza sincera” que se recuperen los más de 13 mil millones pero rechazó la posibilidad de poder recuperar 65 mil millones.

Surkin pronunció además dos veces una pequeña frase sibilina que tal vez contenga al menos parte de la respuesta: en el sistema de Madoff “había plata que entraba y plata que salía”, dando a entender que no sólo hubo víctimas.