PERFILES
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FUENTE. ENTREVISTA DE PATRICIO LÓPEZ TOBARES. FOTO. EL LITORAL
HECTOR BIANCIOTTI
Argentino, radicado en Francia, tiene una trayectoria reconocida hasta por la Academia de Letras Francesa.

Escritor de autoficción
DEL SUR AL VIEJO MUNDO. Héctor Bianciotti nació hace más de 60 años en una chacra en la provincia de Córdoba. Sobre sus primeros años, recuerda que “desde chico, mi pensamiento constante era el de irme. Del campo a la ciudad, de la ciudad a la capital, de la capital a otro país. Vive en Europa desde los veinticinco años. Su trayectoria literaria es excelente. En Francia, su país de adopción -donde ha sido nombrado miembro de la Academia de Letras francesa-, es considerado uno de sus más importantes novelistas contemporáneos, merecedor de los premios más prestigiosos y de un enorme éxito de público. “Me considero un escritor más bien amateur. No soy especulador de mis palabras. Sí me considero un lector experto. En los “70 hice comprar a Gallimard los derechos de diez libros. Eran títulos de un autor muerto, Alberto Saviño, uno de ellos era “Maupassant y el otro”. Su escritura era comparable con la pintura de Giorgio DeChirico, un pintor metafísico. No me equivoqué en la elección”.
ESTILOS Y VIDA. “Al estilo de mis novelas, que algunos periodistas califican de “autobiográficas”, yo preferiría entenderlas como autoficción. Un escritor que ha manejado la ficción no puede ser autobiográfico. Cuando uno escribe sobre los “moments de vie” los elige con cuidado, y son las palabras las que dominan; todo se transforma, la imaginación con la memoria y con el olvido. No existe el recuerdo de una cosa pasada, sino el recuerdo de la última vez que nos acordamos de eso. Hay sensaciones que no tienen palabras para ser dichas, como las de la infancia, el adulto las busca. Por ejemplo, de niño tenía la angustia de ir a caballo y no llegar al horizonte. De adulto lo escribí así: ‘el centro del mundo se desplaza con un hombre que da pasos’. La inspiración y lo que se vive no son del mismo tiempo”.
LA LITERATURA HOY. “Me sorprende y me alegra que en la Argentina haya tantos escritores jóvenes. Y más que se está volviendo a la vieja tradición argentina de escribir sin pensar en el best seller. No hay deberes en la literatura. El estilo tiene mala prensa. Se tiende a desechar el estilo pues es una barrera. Eso no lo puede hacer cualquiera. Christoff Donner tiene un estilo marcado y hoy puede ser negligente, pero transitó un largo camino. El estilo es la voz del escritor, y considero que el autor argentino tiene estilo”.
EL OFICIO DE ESCRIBIR. “Yo escribo con disciplina. La disciplina es lo esencial para escribir. Tardo dos años en escribir un libro. En esos momentos nada me interesa. Escribo cuando hay una necesidad, que se hace insistente. Ahí me transformo en un embudo, y absorbo las costumbres de la gente, frases, siluetas. Todo tiene mucho de literatura y de vida. En esos dos años, escribo todos los días, salvo el miércoles que voy al diario Le Monde y a la editorial Grasset”.
LA TIERRA QUE LO ACUNÓ. “En Francia me siento muy bien, todo es disciplinado, hasta el idioma. La literatura francesa es maravillosa. Tiene dos ideales, dos corrientes. Una es la del siglo XVII, de la academia francesa. Escribían con su propia ortografía. La otra es cuando convergen distintas disciplinas para unificar la ortografía. Ahí nace el imbécil, escribe el arte de escribir y da las reglas. Nace ese ideal (que ya estaba con Calvino), con un menor número de palabras posibles, evitar los adverbios y se llega a la maravillosa prosa de Voltaire. Eso no le conviene a la novela, que es un género híbrido, el desorden de la vida. Amo lo clásico, en el siglo XVII, la contradicción interna de la literatura francesa, el sentido crítico. Elliot decía que de dos artistas de igual talento el mejor es el que tiene sentido crítico. Sólo el espíritu crítico crea”.
LA POSMODERNIDAD. “Hablar de posmodernidad es hablar con un muerto en la calle. Déjense de macanas, todavía no se sabe lo que es moderno y se habla de lo pos. ¡Hay que aprender tanto todavía! Yo, que nunca salí de la llanura... me fui quedando. Uno se va, pero se queda”.
ASÍ SOY YO
formación
“Mi educación fue primero en un internado. A los 12 años decidí entrar al seminario, en el cuál estuve casi seis años. Allí aprendí francés leyendo a Rubén Darío. Leía mucho, todo lo que no se podía leer.”
LA CIUDAD Y EL VIAJE
Fuera del seminario, Bianciotti se enfrentó con Buenos Aires. A los veintipico, un suceso cambió por completo su vida. “Una tarde estaba sentado en plaza San Martín. Wilcoq, el poeta, me vió, se paró delante mío y me dijo: si no te vas de este país, estás perdido para siempre. Le contesté que no tenía un peso, que era imposible. Él me dijo que le pidiese dinero a mis amigos y que en 25 días salía un barco a Europa. Así lo hice, junté un poco de dinero y me embarqué sin nada en ese barco. Antes de partir, apareció, y como sucedió a lo largo de mi vida los que yo llamo enviados de la providencia, Alicia Duncan, la actriz, que me llevó $ 500 de la época al puerto. Con ese dinero viví dos meses, bueno, sobreviví. Casi morí de hambre, dormía en la calle. Hasta que me salvó Alberto Greco, el artista creador del Dito Vivo.”