“Denunciar es una pérdida de tiempo”

La bronca del Beto Vignatti

Otra vez asaltado un conocido vecino y comerciante del barrio centro-sur, Héctor “Beto” Vignatti, teme vivir en una zona liberada.

José Luis Pagés

Un asaltante solitario entró en la panadería La Perfección y anoche robó la recaudación del día.

El asalto, uno más de una lista interminable, provocó la reacción del titular del comercio Héctor “Beto” Vignatti quien fuera de sí salió a buscar al ladrón con su camioneta.

“Gracias a Dios no lo encontré porque ahora yo estaría preso -dijo el comerciante-, pero al llegar a peatonal San Martín me encontré con dos parejas de policías, ellos entretenidos con sus telefonitos y ellas, mirando vidrieras”.

Ofuscado, Vignatti, reclamó la acción de los uniformados, pero como respuesta obtuvo un resignado: “¿Qué quiere que hagamos?”.

“Esas palabras -recordó- me indignaron tanto que al volver a mi negocio -calle Moreno entre 25 de Mayo y Cruz Roja-, empecé a los gritos contra los ocupantes de un patrullero que pasó por el lugar. Pero ellos me miraron como si estuviera loco y sin decir nada siguieron de largo”.

El “Beto” Vignatti llegó esta mañana a nuestra redacción para -por segunda vez en su vida- denunciar públicamente una situación que lo desborda.

“Lo denuncio públicamente porque ya no confío en la policía y hasta tengo la sensación de vivir y trabajar en una zona liberada”.

Años atrás, indignado ante un grave episodio que se dio en el marco de un asalto a la sucursal de La Perfección de Domingo Silva y 9 de Julio, colgó un cartel de esquina a esquina.

La pancarta decía más o menos lo siguiente: “Señores choros no me roben más, y ¿dónde está la policía?”.

El reclamo actual se podría traducir con las mismas palabras aunque ahora incluiría a funcionarios políticos y a la misma autoridad judicial.

“Como vecino y comerciante del barrio Centro-Sur me pregunto qué hacen y dónde están los funcionarios, dónde los jueces”, dice.

“Los comercios y casas de familia están librados a la mano de Dios, los espacios públicos como el Campito y el Parque de Sur, también son peligrosos”.

“No pasa un día sin que tengamos noticia de un robo, de un asalto o un arrebato callejero”.

“De los choros no se salvan ni los pibes de la escuela Sara Faisal, ni los pibes de Ateneo, ni qué hablar de las personas mayores”.

Beto Vignatti, quien dice haber llegado hasta este diario “sólo para desahogarse un poco”, porque “denunciar en sede policial -lo digo por experiencia-, significa una pérdida de tiempo irremediable”.

Pero, ¿qué espera de la policía? Beto responde: “Que cumplan con su deber, eso, únicamente. Quiero, como todos los ciudadanos que actúen responsablemente y no pierdan su tiempo mirando vidrieras o enviando mensajitos con el celular”.

¡Y de la Justicia? “Igual -dice Beto-, aunque, ojalá actuaran todos como el juez García Porta, que va al frente y pone la cara, incluso en los lugares más difíciles. No se acomoda en el despacho ni se esconde detrás de una pila de expedientes”.

“A García Porta, una vez lo encontré en la calle; crucé, lo felicité y tuve el honor de estrechar su mano”, recordó Vignatti, quien espera que la situación no lo lleve al extremo de tener que hacer Justicia por mano propia.

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El Campito, el Parque del Sur y aledaños son denunciados como cotos de caza cerrados para asaltantes, ladrones, arrebatodores y descuidistas.

Foto: Archivo de El Litoral