Un superhéroe atípico

Tarzán, de la selva al museo

Surgido de la pluma del escritor norteamericano Edgar Rice Burroughs a principios del siglo XX, al personaje, precursor de la ecología, el cine le dio una fama que excedió todas las previsiones. Las 22 novelas de Burroughs con el “hombre mono” como protagonista vendieron más de 15 millones de ejemplares y fueron traducidas a 56 idiomas.

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El más famoso de los muchos actores que dieron vida al personaje en el cine, el ex campeón olímpico de natación, Johnny Weissmuller. Foto: Archivo El Litoral

Inma Martínez

Agencia EFE

El grito que inmortalizara en el cine a Tarzán entremezclado con los sonidos de la selva africana dan la bienvenida al visitante en la muestra que el Museo Quai Branly de París inauguró recientemente y que dedica a este héroe atípico que creció en la naturaleza, rodeado de monos y apartado de la civilización.

“Tarzan! ou Rousseau chez les Waziri” (“¡Tarzán! o Rousseau con los Waziri”) explora hasta el 13 de septiembre al “señor de la jungla” mediante objetos de colección de diversos museos franceses, así como extractos de películas, carteles, cuadros, fotografías y figuras.

La exposición repasa la influencia de uno de los mitos más populares del siglo XX, que trascendió la frontera de las letras y que “criticó de manera feroz y continuada a la sociedad urbana”, explicó el comisario de la exhibición, Roger Boulay.

Un héroe ecologista, pues propugna el cuidado a la naturaleza y rechaza constantemente la tecnología y el progreso, aparece en la muestra como precursor del debate a escala mundial sobre el medio ambiente, una preocupación casi inexistente a comienzos de la pasada centuria.

Hijo de aristócratas ingleses criado entre simios, Tarzán nació en 1912 de la pluma del escritor estadounidense Edgar Rice Burroughs, quien desarrolló la personalidad de este héroe en 22 novelas entre 1914 y 1947, de las que se publicaron más de 15 millones de ejemplares y se tradujeron a 56 idiomas.

Inspirado en la tradición de novelas como “El libro de la Selva“ (1894) o “Las Minas del Rey Salomón” (1885), Burroughs, quien jamás viajó a África, plasmó en su personaje el mito de Rómulo y Remo y el de Hércules para demostrar el vínculo del hombre con el mundo animal, separados por la civilización.

El inmediato éxito de “Tarzán el rey de los monos” (1912) y del resto de las historias desencadenó la adaptación del relato a otros formatos que gozaron de igual fama (cerca de 15.000 cómics y 46 películas, además de numerosas series de televisión).

La propuesta del Quai Branly revela que el papel del cine en la difusión internacional del mito literario fue decisivo, ya que el primer filme “Tarzán de los monos” (1918), de Scott Sidney, se realizó seis años después de la aparición de la novela, mientras que las traducciones tardaron más tiempo en llegar a Europa.

Por su parte, Boulay lamentó que el cine haya caricaturizado al personaje, “en comparación con la riqueza de las novelas de Burroughs”, ya que, mientras “el cine lo refleja casi analfabeto, en los relatos habla una decena de idiomas”, incluyendo el castellano, además de la lengua de los simios.

La muestra, que presenta las diferentes adaptaciones de dibujantes de tebeos como Harold Foster o Brune Hogarth, exhibe, además, extractos de las más populares películas del mito, que inmortalizó en más de una docena de películas, entre 1932 y 1949, el actor y antiguo campeón olímpico de natación Johnny Weissmuller, del que se pueden contemplar numerosas fotografías en la exhibición. Burroughs mezcló en Tarzán las aventuras, las hazañas y la reflexión sobre la sociedad, la naturaleza y la evolución, como evidencia su especial interés por el darwinismo y la evolución de las especies -teorías que se publicaron cuando nació el escritor- contra el creacionismo vigente durante siglos.

Sonidos de la jungla envuelven el recorrido a modo de banda sonora creada especialmente para la ocasión, en la que se distinguen clamores inquietantes, chillidos de monos enloquecidos, el incesante ulular del viento y lejanas cascadas de agua, que recrean el hogar de este atleta en simbiosis con la naturaleza.

Tarzán, de la selva al museo

Un Tarzán posmoderno. El “hombre mono” en versión animada, realizada por Disney.

Foto: Archivo El Litoral