“Rescate del metro 1 2 3”

Salvando la jornada

Ignacio Andrés Amarillo

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Filmar un ajedrez mental, un ida y vuelta entre dos contendientes que no se conocen más allá de una conexión de radio, viendo correr el reloj, no es tarea fácil; ese es el desafío que Tony Scott tomó en “Rescate del metro 1 2 3”, y ha cumplido los objetivos con creces.

Walter Garber (Denzel Washington) lleva un día normal como controlador de las líneas de metro de la neoyorquina Avenida Lexington, tarea a la que fuera relegado por motivos que se desnudarán al correr de la trama.

Pasadas las dos de la tarde, cuatro sujetos se suben al tren Pelham 1 2 3 (así llamado por partir de Pelham a la 1.23 PM) y secuestran el vagón motor, con 19 pasajeros. A las 2.13 PM, se contactan con Garber para reclamar 10 millones de dólares en una hora: a partir de ahí matarán un rehén por cada minuto de retraso. El jefe de los secuestradores es un tal Ryder (John Travolta), un personaje extraño, mezcla de loco, lumpen, financista y filósofo, que pondrá a Garber a prueba.

La pantalla se calienta

Como se dijo más arriba, el ritmo y la tensión es obra de la dirección de Scott, quien recurre por momentos a una estética de videoclip, con música fuerte, planos rápidos, y velocidades variables. Eso se puede apreciar desde la misma secuencia de créditos en la que se empieza a narrar el operativo del secuestro. La distancia física entre los antagonistas impone los contraplanos rápidos entre quien está en el coche y quien se ve involucrado sin quererlo desde la habitualmente tranquila sala de control.

Contra la tensión creciente, el guión (de Brian Helgeland, basado en la novela de John Godey, que ya fuera llevada al cine con Walter Matthau en el protagónico) va introduciendo morosamente datos sobre los distintos personajes, demostrando a cada giro dramático que nadie es lo que parece: ni Ryder un criminal ordinario, ni Garber un simple trabajador impoluto, ni el alcalde de Nueva York (James Gandolfini), quien debe reunir la suma exigida, es un líder perfecto, a la altura de las circunstancias.

De todos modos, todos buscarán salvar el día, en algunos casos demostrando que son mejores de lo que ellos mismos creían: algo que a veces pasa en las situaciones límite. El relato llevará a descubrir que el ataque al metro no es tampoco lo que parece de entrada...

Mano a mano

Por razones obvias, en términos actorales todos está planteado como un duelo entre Washington y Travolta, quienes con oficio y carisma logran habitualmente (y aquí repiten) volver convincentes sus interpretaciones. El primero, alejado de sus actuaciones más intensas, debe ponerse en la piel de un trabajador un tanto gris, de bajo perfil, que debe salir de su medianía exigido por la realidad; el otro, por el contrario, tiene la libertad de dar rienda suelta a sus instintos, encarnando al taimado y complejo delincuente.

El devenir de la historia les deparará sorpresas y (el lector puede imaginarlo a estas alturas) un encuentro cara a cara a estas figuras contrapuestas.

Del resto del elenco sobresalen Gandolfini y John Turturro: uno como el alcalde, bastante harto de su trabajo y cuestionado por su vida privada; y el segundo como el teniente Camonetti, el experto negociador policial que de todos modos no tiene todas las respuestas.

Los minutos corren, los ánimos se caldean, y el hombre común tendrá que devenir héroe... al menos por un día.

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El secuestro de un vagón del metro neoyorquino llevará al controlador ferroviario Walter Garber (Denzel Washington) a enfrentarse con Ryder (John Travolta), un brillante criminal con un enigmático pasado.

Fotos: EFE

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BUENA

“Rescate del metro 1 2 3”

“The Taking of Pelham 1 2 3” (Estados Unidos/ Gran Bretaña, 2009, en inglés). Dirección: Tony Scott. Guión: Brian Helgeland sobre novela de John Godey. Con Denzel Washington, John Travolta, Luis Guzmán, Victor Gojcaj, John Turturro, James Gandolfini. Formato scope. SAM 13. Duración: 105’. Se exhibe en Cinemark.