Por cuatro años, Luis Spahn será presidente tatengue...

Unión ya tiene nuevos gobernantes

Hubo fuertes críticas hacia la dirigencia que se fue, respecto de los plazos de entrega del mando, de supuestos arreglos para cobrarse lo que aportaron y de la situación del club.

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Momento durante el que el escribano Daniel Neme (hijo de Rubén, quien gobernó al club a fines de los ‘70) rubrica el acta acuerdo por la cual el ex presidente Miguel Ponce (en el centro) hace entrega del mando a la nueva autoridad unionista, Luis Spahn (a la izquierda), mientras observa Jorge Molina (actual vicepresidente 1º).

Foto: Flavio Raina

Alberto Sánchez

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“Éste es un nuevo proceso en el cual tenemos la oportunidad de administrar el club por los próximos cuatro años. Quiero decirles a todos los unionistas que vamos a hacer todo lo posible para colmar las expectativas y cumplir con las esperanzas que tienen en lo futbolístico, en lo institucional y en lo económico, para que Unión llegue al lugar que todos queremos que ocupe. También los invito a que nos acompañen, por ejemplo, con la colaboración de la cuota social y con el apoyo al club en lo deportivo”.

De esta manera comenzó su alocución el flamante presidente de Unión, Luis Spahn, tras asumir la presidencia tatengue por el plazo de tres años, más el que le faltó cumplir a la comisión directiva reemplazada (cuatro años en total).

“Como en todo proceso democrático, se nos abre una posibilidad de brindarle a Unión lo mejor de nuestras intenciones. Una de ellas es concretarlo en hechos y llevar al club a una situación de éxitos deportivos, institucionales y económicos”, señaló el flamante dirigente.

Al consultársele por la demora en el traspaso del mando, Spahn manifestó: “Eso habría que preguntárselo a la comisión directiva anterior. Por lo que sé, ellos querían cumplimentar algunos requisitos que, para nosotros, no eran tan trascendentes, lo que nos demoró un poco en la parte deportiva, porque el campeonato empieza muy pronto”.

“Transparencia y claridad”

—¿Qué sentís ahora que sos el presidente de Unión?

—Una gran responsabilidad y el desafío de cumplirle al unionista, que es el verdadero dueño del club. Los problemas que tiene la institución han sido parte de nuestra motivación para que estemos ocupando este lugar. Si Unión no hubiese tenido esos problemas, tal vez hoy no estaríamos acá.

—¿Cuáles serán las políticas a implementar?

—Básicamente, buscar transparencia y claridad, tener un club de puertas abiertas para que todos puedan acercarse. Tenemos la intención de desarrollar plenamente lo social, siempre portando como estandarte el fútbol profesional, que es lo que motiva la pasión de los simpatizantes.

—¿Algo para decirles a los socios unionistas?

—Que nos acompañen, que los estamos necesitando y que Unión es un club grande, pero no por los dirigentes ni por la historia, es grande por el presente. Tenemos el derecho y el crédito como para pedirles que nos acompañen y que colaboren en este momento..., sabemos que es desagradable aumentar la cuota, pero son medidas ineludibles. Nosotros tenemos que fijarnos en una política que sea sana, sustentable, y no tener una actitud demagógica. El club tiene continuos aumentos salariales, sabemos que se deben servicios y por eso la cuota deberá actualizarse.

“Situación crítica”

—Dadas las actuales circunstancias, ¿se puede hablar de una posible convocatoria de acreedores?

—Sabemos que la situación es crítica, con una deuda salarial cercana a 1.900.000 pesos con jugadores y empleados, pero hay que evaluar todo en estos días, y una de las pautas que seguramente influirá en la decisión es ver el apoyo de los socios. Si vemos que hay un fuerte acompañamiento en la compra de plateas, en la regularización de cuotas atrasadas y en nuevos asociados, eso determinará que tal vez en los próximos diez días tomemos un rumbo más preciso, sabiendo del respaldo que tengamos por parte de los socios.

—¿Cuáles son los compromisos más urgentes?

—Las inhibiciones del fútbol, porque tenemos plazo hasta el 5 de agosto, ya que el 8 empieza el torneo. Basados en experiencias anteriores, esperamos la flexibilidad de los acreedores salariales para que, con un plan de pagos, podamos regularizar la situación y para que los jugadores incorporados tengan la posibilidad de jugar.

“Nery y Alí, los mejores”

—¿Están contentos con el nuevo cuerpo técnico?

—En el fútbol profesional pusimos todo, no había mejor opción que traerlos a Nery y Alí. El deseo de casi toda la parcialidad tatengue era contar con este equipo de trabajo de nivel internacional, porque las posibilidades se potencian, y se hizo un trabajo que demostró que no está para nada errado.

—¿Y con lo que encontraron hasta ahora en el club?

—No tenemos una idea cabal de la real situación de Unión. Además de evaluar las deudas, también debemos que saber las posibilidades de ingresos; estamos haciendo gestiones de publicidad para encontrar un soporte, o la realización de un fideicomiso de aquí a fin de año, ya que el objetivo a largo plazo es tener un club autosustentable económicamente y que la demanda de ingresos por la venta de jugadores sea limitada y por una cifra aceptable. Y, si hay mejores ventas, que sea para mejorar la estructura del club.

—¿De qué depende que tu gestión sea exitosa?

—De las tareas que llevemos a cabo. El mito dice que todo se maneja de acuerdo a si la pelota entra o no. Sin embargo, para mi tranquilidad y para la de todos, el éxito es el fruto del trabajo, ése es nuestro gran objetivo. Y, si no, vale recordar lo que le pasó a Lanús, que en está última temporada no salió campeón en ninguno de los dos torneos, pero fue el equipo que sacó más puntos en el año, y creo que los hinchas de Lanús estarán muy conformes a pesar de no haber ganado el título.

 

/// ADEMÁS

La nueva comisión

Presidente: Luis Spahn; vicepresidente 1º: Jorge Molina; vicepresidente 2do.: Esteban Bovo; vicepresidente 3ro.: Raúl Fernández; tesorero: Jorge Alberto Ciceri; protesorero: Fabián Brasca; secretario general: Emilio Lamas; prosecretario general: Ramiro Avilé Crespo; secretario de actas: Oscar Burtnik; vocales titulares: Pedro Bree, Fernando Palotti, Carlos E. Marín, Marcelo Piazza, Carlos Carlozzi, Nicolás Rucci; vocales suplentes: Mario Almeida, Jorge Jiménez, Juan Carlos Rodríguez, Patricio Más, Adolfo Zentner, Roberto Francucci. Revisores de cuentas titulares: Juan Manuel Rodríguez, Guillermo Saab, Jorge Miqueri; revisores de cuentas suplentes: Diego Sales, Gladis González, Andrés Monsalvo. Comisión de Hacienda titulares: Juan Carlos Verdicchio, Ivonne Nabte de Scotta, Silvana Genero de Valli; comisión de Hacienda suplentes: Fernando García, Mónica Del Barco, Hugo Grimoldi. Síndico titular: Reinaldo Avilé. Síndico suplente: Luis Raúl Serrichio.

/// análisis

Lo que viene

Enrique Cruz (h)

Luis Spahn asomó en Unión con fama de hombre adinerado e imagen de exitoso empresario. Lo acercó Jorge Molina, durante el gobierno de Malvicino, cuando la situación económica del club no tenía paz ni arreglo. Se creó aquel proyecto Pilar del Tate que permitió un ingreso de alrededor de 1.000.000 de pesos (algo más o algo menos) en ese entonces, bajo el mutuo compromiso de construir un complejo residencial y deportivo que se frenó, según se encargó de decir en varias oportunidades el propio Spahn, porque el club no avanzó en lo que a la institución le concernía de acuerdo al compromiso firmado. En ese momento, fue un alivio.

Hombre vinculado desde muy joven a los negocios, siguiendo una tradición familiar, su vida comercial es amplia y agitada. Muchos viajes al exterior, un despertador que suena de madrugada, muchas horas de trabajo diario, gestión y pragmatismo, son algunas de las particularidades de este hombre casi sin historia dirigencial en Unión.

Spahn quiso ser presidente hace dos años, pero relegó el “1” por el “2”, siguiendo a un hombre que sí disponía, distinto a él, de un perfil histórico como dirigente dentro del club: Jorge Molina venía trabajando desde hacía algunos años en Unión, junto a Ángel Malvicino. Y seguramente contó, en ese entonces, con el apoyo de quien, en vida, “apadrinó” a ese grupo que pretendió continuar en el gobierno en 2007, pero perdió las elecciones con la Unión Rojiblanca.

Spahn se va a encontrar, quizás, con una realidad muy distinta a la de sus negocios; experimentará un mundo (el del fútbol) que es diferente y tiene sus propias particularidades. El club que encontró, seguramente, no difiere en los rasgos principales del que hallaron los últimos presidentes de Unión cuando les tocó pisar por primera vez Unión. Deudas, compromisos, pasivo, el equipo en la “B”, urgencias, escasez de recursos, etcétera. Nada debe asombrar. Como tampoco que la historia se repite: los dirigentes deberán poner plata. La puso Malvicino, la puso Vega y ahora la tendrá que poner Spahn. Él y los que lo acompañan.

Spahn —ojalá así sea por el bien de Unión— tiene cuatro años para torcer esa realidad. Necesita un plan sustentable, coraje para llevarlo a cabo pese a los contratiempos, paciencia y suerte. El plan, el proyecto, es lo que más importa en este momento.