Gatopardismo puro

Cuba: tres años de doble comando

Todos los analistas coinciden en que poco ha cambiado en la isla caribeña con Raúl Castro en el primer plano y Fidel entre bambalinas. “Todo sigue atado, bien atado” graficó un dirigente opositor. Mañana se cumple el tercer aniversario del “renunciamiento” del líder de la revolución.

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Raúl no está desplazando a Fidel, sólo ayudándolo a levantarse. La sociedad política que se inició en Sierra Maestra en la década del “50 del siglo pasado, no ha sufrido fisuras graves desde que les tocó compartir el poder.

Foto: Agencia AFP.

Antonio Martínez

Agencia EFE

Mañana se cumplen tres años de la última aparición pública de Fidel Castro, que dejó por enfermedad el mando ejecutivo, pero rige aún los destinos de Cuba junto con su hermano Raúl, sin que el sistema se haya desmoronado, como auguraban sus adversarios, ni haya cambiado en lo fundamental.

Analistas, diplomáticos e incluso opositores coinciden en que el régimen parece aún sólido, a pesar de ser bicéfalo y vivir una de sus peores coyunturas económicas, que obligó al gobierno a rebajar del 6 % al 2,5 % su meta de crecimiento de 2009.

“Hay que reconocer la estabilidad del modelo totalitario. Todo ha seguido atado y bien atado”, declaró a EFE el disidente Elizardo Sánchez, portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.

Hay perennes discusiones en La Habana sobre si manda más Fidel o Raúl, y, si alguien comete el error de preguntar en qué medida manda cada uno, las respuestas divergen hasta el infinito.

“La última palabra la tiene Fidel”, afirmó Sánchez, siguiendo la opinión mayoritaria entre los cubanos, aunque no entre los extranjeros radicados en la isla.

Añadió que “es una bicefalía cómoda”, porque cada uno puede culpar al otro de lo que no funciona. Muchos observadores creen que el quinto y el octavo de los nueve hijos del gallego Ángel Castro han pactado sus dominios, aunque a veces trasciendan litigios fronterizos.

Diplomáticos europeos y americanos comentan que cuando Fidel hostigó a líderes extranjeros como el mexicano Felipe Calderón o la chilena Michele Bachelet, Raúl los apaciguó diciendo que el comandante opina exclusivamente a título personal, como “soldado de las ideas”.

Otros sostienen que el general Raúl Castro consolidó su poder en estos tres años, reemplazando a dirigentes afines a Fidel por sus propios fieles, procedentes la mayoría de las filas militares que dirigió por décadas.

“Muchos rojos de Fidel han sido reemplazados por verdes de Raúl”, dijo un diplomático, aludiendo al verde olivo del uniforme militar.

Algunos analistas buscan pistas de una guerra intestina, e interpretan con ese prisma la reciente defenestración de varios vicepresidentes y ministros.

Pero las purgas internas han sido una constante de un régimen que aparentemente sigue igual de bien -o igual de mal, según gustos- que hace tres años.

Un diplomático latinoamericano dijo que es irrelevante quién manda, pues lo real es que nada decisivo ha cambiado, se siguen violando los derechos políticos -como anotó la Unión Europea en junio pasado- y aumenta el deterioro de indudables logros sociales anteriores, como la salud y la educación universales.

En el frente exterior, se han normalizado las relaciones con Europa y América Latina, pero respecto de Estados Unidos sólo ha habido minúsculos ajustes en los últimos meses.

Cronología

El 26 de julio de 2006, tras celebrar el aniversario 53º de su primera acción armada -el fracasado pero muy publicitado asalto al cuartel Moncada-, el líder cubano fue intervenido quirúrgicamente.

Según las escasas informaciones que han trascendido, sufre una dolencia intestinal que lo tuvo al borde de la muerte -esto lo dijo él mismo-, pero los detalles de la enfermedad y su real estado de salud son tratados aún como secreto oficial.

Cinco días después, el 31, se divulgó una “proclama” en la que delegaba sus cargos en Raúl Castro, de forma interina.

El 24 de febrero de 2008 el hermano menor, ahora de 78 años, fue nombrado presidente titular de tres órganos vitales del poder: los consejos de Estado, de Ministros y de Defensa, de los que fue segundo al mando por décadas.

Pero Fidel, que en agosto cumplirá 83 años, aún es “líder de la revolución” -reiteran Raúl y el funcionariado, al menos en público- y primer secretario del gobernante Partido Comunista, autoridad máxima de la isla por mandato constitucional.

En el todopoderoso partido, el Castro menor sigue siendo “segundo secretario”, y quién sabe hasta cuándo, porque no se concretan los preparativos del muchas veces pospuesto VI Congreso -el V fue en 1997-, aunque Raúl lo anunció para fines de 2009.

Para muchos cubanos, poco o nada ha mejorado desde 2006, aunque algunos se ilusionaron cuando Raúl prometió “reformas estructurales” y derogar muchas prohibiciones absurdas que rigen en la isla (sin traicionar al socialismo, desde luego).

Numerosos observadores creen que las reformas se frenaron porque la economía cubana, deprimida desde hace décadas, fue machacada por la crisis internacional y tres huracanes que causaron en 2008 pérdidas por 10.000 millones de dólares.

“No creo que Raúl asuma ahora ningún riesgo político, alentando cambios de fondo, que creen situaciones que se les puedan salir de las manos”, comentó uno.

Algunos analistas buscan pistas de una guerra intestina, e interpretan con ese prisma la reciente defenestración de varios vicepresidentes y ministros.

 

Con muy poco para festejar

Los cubanos conmemoran mañana la principal fiesta de la revolución, agobiados por la crisis económica y sin esperar cambios con el gobierno de Raúl Castro, tres años después de que enfermara el líder comunista Fidel Castro y cediera el mando a su hermano.

En Holguín, Raúl Castro, de 78 años, comenzará con un discurso previsiblemente centrado en el ajuste económico, el acto por el 56º aniversario del asalto al Cuartel Moncada, primera acción armada de Fidel que derivó en el triunfo de la revolución el 1º de enero de 1959.

Esa ciudad, 730 km al este de La Habana, fue la última tribuna pública de Fidel, quien la noche del 26 de julio de 2006 sufrió un sangrado intestinal y, operado de urgencia, cedió provisionalmente el mando a su hermano cinco días después.

En el aniversario, la isla se halla bajo un drástico plan para encarar pérdidas de 10.000 millones de dólares que dejaron en 2008 tres huracanes y los lastres de una economía controlada en un 95 % por el Estado, afectada por la corrupción, la burocracia, la ineficiencia y el bajo rendimiento de la fuerza laboral.

Cuba “vuelve a enfrentar una situación tan adversa como la vivida durante el llamado período especial de los años ‘90”, dijo la Cepal en su informe de este mes.

Para animar la producción en un país que importa 80 % de los alimentos y con 50 % del área agrícola subutilizada, Raúl comenzó a dar tierras ociosas en usufructo, pero el proceso avanza lento. A fin de estimular el trabajo eliminó el igualitarismo, el tope salarial y aprobó el pluriempleo. “Está bastante difícil, los salarios no te alcanzan para vivir (17 dólares al mes el promedio), resolver la comida es un problema. Vivimos a como salga, un día mejor, otro peor”, ilustra Niurka Ramírez, de 25 años, empleada de un museo de La Habana Vieja.

En política exterior destaca el fin del aislamiento en América Latina y de la exclusión contra Cuba en la OEA por 47 años, la renovación de nexos -además de los estrechos con Venezuela y China- con Rusia y otros viejos aliados, el diálogo con la Unión Europea y el incipiente deshielo con Washington.

Sin prometer eliminar el embargo, Obama liberó los viajes y el envío de remesas de cubanoestadounidenses e inició con la isla un diálogo sobre migración, suspendido desde 2003. Pero la desconfianza persiste.

Aunque el gobierno firmó dos pactos de derechos humanos y mejoró la relación con la Iglesia, la oposición denuncia que mantiene la represión -cifra en 200 los presos políticos- y que se escuda en argumentos de la guerra fría para no avanzar en la democratización del país.