una carga cada vez más pesada

Las retenciones reales del trigo y del maíz se acercan al 40%

Un estudio de Confederaciones Rurales Argentinas revela que el primero tributa el 23% y el segundo 20, pero por el manejo de los Registros de Exportación provoca descuentos adicionales del 16 y 14 % respectivamente.

Prensa CRA

Cuando se habla de los descuentos en el valor de los granos, se suele asociar sólo con los gravámenes a las exportaciones. Sin embargo, esta visión es incompleta, porque además del porcentaje de retenciones impuesto por el Gobierno, el productor sufre otras reducciones adicionales.

Este descuento extra se traduce en el valor que recibe el productor, que es menor al precio internacional de los granos descontadas las retenciones y los gastos de embarque. En el caso del trigo, esta reducción adicional es de 16%; en el maíz, del 14%.

Este comportamiento se explica porque los Registros de Exportación de trigo y maíz estuvieron cerrados durante la mayor parte de 2008 y en el primer semestre de 2009. Consecuentemente, se generó una situación de sobreoferta interna que desincentiva la competencia entre los molinos, las aceiteras, los consumos (feed lots, industria avícola, etcétera) y los propios exportadores, lo que provoca una baja del precio interno de los cereales sin que eso se traduzca en beneficios al consumidor.

Si a estos valores se les suman las retenciones (de 23% para el trigo y 20% para el maíz), se aprecia que el productor recibe sólo el 61% y el 66% respectivamente, del precio de los cereales.

En el caso de las oleaginosas, los descuentos son menores porque la exportación está activa. Actualmente, para la soja el descuento extra es del 2% y para el girasol, del 6%. Sin embargo, estos productos tienen mayores alícuotas de derechos de exportación (35% y 32% respectivamente), por lo cual el precio final que recibe el productor es similar al de los cereales: 63% para la soja y 62% para el girasol.

Radiografía del descuento

Las principales causas que explican las diferencias en los cereales son el intervencionismo en los Registros de Exportación, los cambios de los plazos establecidos para los embarques de exportaciones y la creación de los ROE mediante la resolución 543. La suma de todos estos factores, más el constante cambio de las reglas vinculadas al comercio de granos, genera una gran falta de previsibilidad, condición fundamental para el negocio, que se refleja en castigos en los precios.

En función de estos cálculos, el presidente del Movimiento CREA, Rafael Llorente, considera: Estas alteraciones en el funcionamiento del mercado afectan la producción local de granos y la economía de los productores, perjudicada, además, por una mala campaña climática 2008/09, durante la cual muchos sufrieron grandes pérdidas de su capital operativo y ven dificultado el acceso al financiamiento. En este contexto, los productores optan por desarrollar aquellos cultivos que ofrecen menor riesgo, menor costo de siembra y mayor previsibilidad.

En este sentido, una de las primeras señales negativas que emerge de la campaña 2009/10, es la desalentadora siembra de trigo, con una última estimación de 2,8 millones de hectáreas, que significa un 39% menos que la campaña anterior. Peor aún, esta proyección representa sólo el 50% del promedio de las últimas diez temporadas.

Si bien la sequía influyó notablemente en la reducción del área sembrada, no hay que olvidar que el trigo es el grano con mayor descuento (39% en el período considerado, sumando las retenciones y el descuento extra), y esto fue un factor determinante al tomar la decisión de siembra.

Mientras tanto, los consumidores finales de productos elaborados con trigo no se han visto beneficiados con precios estables en la góndola, y los importadores internacionales del cereal, como Brasil, ven dificultado el acceso al producto argentino por la producción escasa.

Aún queda tiempo para establecer condiciones diferentes a las que han llevado al trigo a la situación actual y procurar que este efecto negativo no se repita en los demás cultivos.

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Muy afectados. El trigo como el maíz verán este año una merma tanto en el área sembrada como en la producción.

Foto: Archivo