Al margen de la crónica

¡Ay! Alejandro

Hay muchas maneras de expresarse además del lenguaje; la mirada, el tono de voz, los gestos. El movimiento de cada uno de los dedos de la mano tiene, por ejemplo, distintos significados. El pulgar hacia arriba es señal positiva; adversa, es el pulgar hacia abajo, la V -del índice y mayor- representa victoria (o el arco que amenaza con la muerte por un flechazo), el índice, amedrenta; pero el mayor erguido es una seña fea, muy fea.

Según declaraciones no confirmadas, el popular fuck you, tendría su origen en la Inglaterra de la Edad Media cuando las parejas sólo podían tener sexo con autorización del rey. Así dadas las cosas, cuando dos decidían procrear debían pedir autorización al monarca y, entonces, si esa autorización era concedida, un cartel en la puerta de la casa anunciaba: FUCK (así, con mayúsculas) que eran las siglas de Fornication Under Consent of de King, lo que en la jerga ordinaria sería: estamos fornicando con el permiso del que manda.

Otra versión sospecha su origen en los idiomas anglosajones en los que, fichen, fokken o fukka en alemán, holandés o noruego, significa empujar.

Más allá de la raíz real del término, el gesto es un insulto o una intimidación hacia el que va dirigido, persona que por la connotación fálica del ademán, siente la amenaza de ser violado.

El diputado Alejandro Rossi, fue, según se mire, oportuna o inoportunamente retratado por nuestros fotógrafos cuando dirigió un fuck you (acompañado por una sonrisa divertida) al puñado de manifestantes que, en la vereda, proferían insultos contra algunos de los invitados al diálogo político en Casa de Gobierno.

La violencia verbal del grupo no justificaba una respuesta de ese tipo, menos aún por parte de un diputado nacional que, al representar al pueblo, debería medir los gestos públicos burlones a sus representados. Como contrapartida, es destacable el hecho de que, aún presintiendo el clima que lo esperaba y lejos de esconderse-, el diputado le puso, además del dedo mayor, el pecho a la situación.

Es hora de entender que es necesario sumar respeto a las convicciones al momento de defender posiciones antagónicas. La discrepancia es una actitud humana; la agresión, una reacción instintiva de los animales cuando se sienten en peligro.

Para el diputado Alejandro Rossi: pulgar hacia arriba por su concurrencia a la mesa del diálogo provincial y, para abajo, por su dedo mayor como respuesta a la provocación que se empeña en desconocer otras formas de reclamo.