En un paso a nivel sin barreras
Un tren arrolló a un camión
que luego fue saqueado
El camión siniestrado quedó expuesto al saqueo y, así como desapareció su carga, también desaparecieron partes del rodado.
Redacción de El Litoral
Ayer, en horas de la siesta, dos banderilleros -dicen- advertían acerca de la llegada inminente de un tren carguero en un paso a nivel -sin barreras- de avenida López y Planes y Pje. Irala, barrio Barranquitas de nuestra ciudad.
Al parecer, las señales de peligro no fueron advertidas por el chofer del camión Chevrolet modelo 76, Rubén Alcides Garcilazo, de 55 años de edad, y pocos segundos más tarde se produciría la estrepitosa colisión.
De un momento a otro, la locomotora, que tiraba de una treintena de vagones cargados con granos de soja, apareció en la escena y chocó al camión. El vehículo fue arrastrado algunos metros y quedó destrozado sobre las vías, al igual que el semirremolque y la carga de envases de vinos que transportaba.
El cuadro que de inmediato se presentó a los ojos de vecinos y conductores de vehículos que circulaban por la transitada arteria hizo temer lo peor, pero, afortunadamente, pocos segundos más tarde el camionero habría de salir sano y salvo de entre los hierros retorcidos.
De inmediato, el maquinista, los banderilleros ferroviarios y las primeras patrullas policiales que llegaron al lugar del siniestro acudieron en auxilio del transportista, pero éste explicó que, más allá de algunos magullones, había salido ileso de la emergencia.
Segundo capítulo
Luego, como en el desarrollo de una obra teatral, la tarde pasó y la luz se fue atenuando; entonces, los personajes cambiaron. En el lugar ya no quedaban policías, banderilleros, ni maquinistas, sólo el camión, como una bestia herida de muerte sobre los rieles ferroviarios.
Ahí fue donde apareció la horda y las cajas de vino fueron pasando de mano en mano velozmente y, de un momento a otro, el semirremolque fue aligerado de su carga. Felices con el botín y seguramente estimulados por el alcohol ofrecido en canilla libre, los saqueadores al voleo dejarían paso a los expertos en desguazar automotores.
Los habituales proveedores de las chacaritas aparecieron con herramientas y esta mañana, con las primeras luces del día, se pudo ver que del camión siniestrado sólo quedaba la cáscara vacía.
Prolijamente, todas las partes de la estructura fueron desmontadas y retiradas del lugar. Solo algunas, las más importantes, habrían sido retiradas por personal especilizado que envió la empresa, pero las demás desaparecieron en manos desconocidas.