Hernán Casciari

En la senda de un escritor global y multifacético

El suceso de la versión teatral es ya incuestionable. Aquí, el elenco completo de la obra que noche tras noche llena la platea del Teatro Metropolitan de la Capital Federal.

Foto: Gentileza producción

En la senda de un escritor global y multifacético

El blog “Más respeto que soy tu madre” recibió un premio como el mejor del mundo. Pero la nota distintiva es que se transformó en un rotundo éxito teatral, adaptado por el genio creativo de Antonio Gasalla. Aquí, una nota con Hernán Casciari.

Julieta Grosso

Télam

Tras superar la sorpresa que le generó saber que su blog “Más respeto que soy tu madre” era leído por más de 100.000 internautas, el escritor Hernán Casciari disfruta ahora del éxito obtenido por la puesta teatral que realizó Antonio Gasalla de la historia y espera la versión cinematográfica que protagonizará Carmen Maura.

Para quienes no frecuentan el espacio virtual, Casciari puede pasar por un perfecto desconocido, pero basta con “googlear” su nombre para asomarse a una oferta que ya superó las 111.000 entradas que resumen su llegada rutilante a la red y su consagración como escritor de blogonovelas.

La historia del género comenzó en septiembre del año 2003, cuando este argentino que vive en Barcelona creó el “Weblog de una mujer gorda” para narrar las aventuras de Mirtha Bertotti y su familia: el espacio cosechó tanto éxito que pronto se convirtió en un libro, ahora relanzado por el sello Plaza & Janes bajo el título de “Más respeto que soy tu madre”.

La protagonista del libro es un ama de casa cincuentona a la que se le cae el mundo encima cuando la crisis económica de 2001 desbarranca a su familia: un marido desocupado, tres hijos adolescentes con problemas, un suegro drogadicto y la llegada de la menopausia hacen que su vida se convierta en un infierno.

Si bien tuvo en sus inicios un soporte novedoso que ilustra los beneficios de las nuevas tecnologías al servicio de la literatura, la trama tiene una impronta costumbrista y nada experimental, apenas sacudida por la ironía innata del autor.

“Abrí el blog para sentirme más cerca de mis viejos y algunos amigos que tenía en la Argentina y decidí contar la vida de una familia que tiene que salir adelante de la crisis a través de la voz de una señora de 52 años, parecida a mi mamá que a su vez tenía una familia parecida a la mía”, destacó Casciari a Télam.

“La novela habla de una mujer deprimida que por indicación de su hijo se pone a escribir en un blog y el blog, en ese caso, forma parte de la trama. El blog es una herramienta de trabajo como lo fue la máquina de escribir Olivetti hace años. No es ni bueno ni malo, todo depende de la historia que se cuente”, indicó.

El potencial del género

El creador del blog “Orsai” encarna un nuevo arquetipo de escritor que anticipa las transformaciones del mercado editorial: la publicación de “Más respeto que soy tu madre” tras su éxito en Internet indica que, lejos de propiciar la extinción del papel, las nuevas tecnologías operan como rastreadoras de nuevos contenidos aptos para funcionar en los soportes tradicionales.

“Creo que el mayor potencial de este género está dado por la diversidad de los lectores que acceden al formato -la leen miles de personas diariamente, de más de 15 países diferentes- y en la facilidad de publicación. Un escritor inédito puede darse a conocer rápidamente, sin necesidad de patear editoriales ni costearse sus propias ediciones”, explicó.

“Estos nuevos formatos tecnológicos están haciendo surgir un nuevo tipo de escritor, al que podríamos llamar escritor orquesta, porque además de narrar debe saber moverse con soltura en el diseño, la programación y el marketing”, apuntó Casciari.

Con su exitosa irrupción en el ciberespacio, el escritor eludió los contratiempos que el mercado editorial le depara a los autores noveles y consiguió llegar en simultáneo a más de 100.000 internautas, además de obtener en 2005 el premio BOB’s (Deutsche Welle, Alemania) al mejor weblog del mundo.

De la bombacha a la braga

“El blog tiene la ventaja de que incluye comentarios que permiten que los lectores de cualquier país del mundo se comuniquen entre sí para quebrar las diferencias idiomáticas. Entonces por ejemplo, si un español pregunta qué significa bombacha está la posibilidad de que enseguida aparezca un argentino para explicarle que es el equivalente de braga”, indicó.

“En el libro tradicional, en cambio, no es posible esa interacción. Por eso, cuando hice la primera versión decidí novelarla y hacer una versión distinta para cada región donde se distribuyera el libro: una para México, otra para España y otra para la Argentina”, continuó.

Casciari, que a su aventura fundacional sumó nuevas blogonovelas como “Juan Dámaso, vidente”, “El diario de Letizia Ortiz” y “Saúl Klikovsky, el día a día de un argentino en Euskadi”, convirtió sin querer a “Más respeto que soy tu madre” en un experimento, ya que por primera vez el blog funcionó como espacio de ficción derribando el monopolio de la crónica periodística y el relato intimista.

“Hubo experimentos anteriores en el 2001 y el 2002 generados por algunas universidades, pero lo distintivo en el caso de “Más respeto...’ es que fue masivo y funcionó más allá de los claustros y los experimentos de intertextualidad”, indicó el autor.

“Creo que una de las reglas básicas para que esto funcione es no adelantar de antemano que se trata de una ficción: es ridículo, al menos hasta que el lector esté suficientemente atrapado, ponerse a explicar dentro del formato que uno no está diciendo la verdad -apuntó-. Escribir en Internet está más asociado a las reglas del espectáculo que a las de la literatura”.

La blogonovela

¿Cuáles son los otros requisitos que debe cumplir una blogonovela? “Es imprescindible que el protagonista hable en primera persona, que sea consciente del formato que está utilizando (en este caso el blog) y que se enfoquen temas de actualidad en el momento preciso en que ocurren”, enumeró.

Casciari, que ganó entre otros el primer premio de novela en la Bienal de Arte Joven (1991) y el premio Juan Rulfo de cuentos (1998), apuesta a una convivencia pacífica entre formatos: “La literatura tradicional no va a desaparecer, pero escribir tiene ahora un nuevo camino, que no anulará los anteriores”, opinó.

El escritor acaba de negociar con la productora española Tornasol la adaptación al cine de “Más respeto...” con el protagónico de la actriz española Carmen Maura y la dirección de Juan José Campanella. “La verdad, no le puedo pedir más a esta historia. Ya son demasiadas gratificaciones”, concluyó Casciari.

En la senda de un escritor global y multifacético

El autor Hernán Casciari vive en Barcelona y desde allí creó la historia de un personaje típicamente argentino. Foto: Télam

En la senda de un escritor global y multifacético

El talento creativo de Antonio Gasalla se pone de manifiesto no sólo en la interpretación del personaje protagónico, sino también en la adaptación de la obra y la dirección general del espectáculo. Foto: Archivo El Litoral

/// análisis

Mujer de armas tomar

Roberto Schneider

Mirta está bien y vive en Mercedes, Buenos Aires. Aún joven, su vida transcurre junto a sus seres queridos: un marido, tres hijos y un suegro. Sobre el escenario del Teatro Metropolitan, noche a noche repasa su miedo a la vejez y al tedio matrimonial. Lo mejor de la propuesta está en la dirección de Antonio Gasalla, que capta la esencia del texto de Casciari para poner sobre la escena las intensas jornadas en la vida de una familia bastante particular. Disfuncional dicen muchos ahora, como si supieran qué es una familia funcional.

Gasalla compone de manera perfecta a Mirta. Conoce los vericuetos de su alma, las distintas capas que conforman su espesura. Y ríe, sí, mucho, pero también tiene la oportunidad precisa para entender por dónde va la vida de los integrantes de su familia.

El montaje se ha convertido en un rotundo e incuestionable éxito de público. Es que no sólo Gasalla se luce. Está acompañado por un lucido elenco, integrado por Alberto Anchart (brillante como el suegro); Enrique Liporace, Esteban Pérez, Nazareno Móttola y Eliana González. Son buenas la escenografía de Jorge Ferrari y las luces del experimentado Roberto Traferri.