Una familia limeña

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Por Lidia Versi

“Pudor”, de Santiago Roncagliolo. Punto de Lectura, Madrid, España. Tercera edición, 2008.

Entramos en contacto con la familia limeña protagonista de “Pudor” en el hospital donde muere la abuela. La seguiremos a lo largo de la novela, ocupándonos de cada miembro en sendos capítulos que nos introducen en sus avatares existenciales, signados por el aislamiento, la hostilidad y la crisis.

El abuelo, Papapa, fluctúa entre la búsqueda del tiempo perdido y las confusiones de la senilidad, fijado en la que fue su última oportunidad por tener una amante, una anciana llamada Doris, a la que ahora se empecina en conseguir.

Alfredo es el padre de familia. El médico acaba de darle el ultimátum: le quedan seis meses de vida. La angustia aumentará cuando descubra la imposibilidad de compartir esa noticia con su familia y su medio.

Lucy es la madre. Sus correrías por mercados y tiendas responden ahora a otro estímulo: descubrir quién deja a su paso anónimos mensajes pornográficos.

Mariana es la hija. Acaba de tener su menarca y vive en un malhumor constante, peleando con su hermanito y con su amiga, fluctuando de la veneración al odio.

Sergio es el el hijo menor. Ve fantasmas, muertos que pueden ser el acceso a una fuga interestelar.

Finalmente, el gato de la familia, que sólo conquistará su nombre al final de la novela, y que se debate entre olores que lo instigan a orinar sobre sillones o a perseguir a una hembra.

Con un ritmo ágil y llevadero, la novela de Roncagliolo tiene un tono uniforme que -con evidencia en los capítulos dedicados al gato, por ejemplo- impiden una profundización en los personajes y una consecuente participación afectiva del lector.

Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) salió a la palestra al ganar en 2006 el Premio Alfaguara con su novela “Abril rojo”. “Pudor” fue llevada al cine en 2007.