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Cuidado con los efectos secundarios

Cuidado con los efectos secundarios

Todo medicamento nos suele pasar una factura: al tratarse de un compuesto químico, sus ingredientes pueden provocar daños colaterales. TEXTO. JAVIER PARRA. FOTO. EFE REPORTAJES.

La mayoría de los medicamentos tienen efectos secundarios o reacciones adversas, aunque sólo una minoría, entre el 5 y el 10 por ciento de las reacciones adversas a fármacos de uso común, son alérgicas, lo que significa que el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada e impredecible ante el medicamento.

Según aseguró a Efe Teófilo Lobera, de la Sociedad Española de Alergología, alrededor de un trece por ciento de la población puede sufrir alguna reacción adversa a fármacos en determinados momentos, aunque sólo en un siete por ciento de los casos se confirma que es una alergia.

ANTICUERPOS

“Los alergólogos españoles -añade Lobera- echan en falta la carencia de técnicas de laboratorio “muy fiables” que permitan determinar la presencia del anticuerpo que provoca la alergia, excepto en algunos casos, como la penicilina, insulina y determinados fármacos”.

Por ello consideran “fundamental” que los facultativos sanitarios cuenten con estos profesionales ante la mínima sospecha de una reacción adversa a un medicamento, ya que, en determinados casos, las consecuencias para el paciente pueden ser muy graves.

De acuerdo con un estudio sobre los efectos secundarios de medicamentos de la Sociedad Española de Alergología, la penicilina y sus derivados son la causa principal de reacciones alérgicas a fármacos hasta en un 50% de los diagnósticos. Le siguen los antiinflamatorios no esteroideos, como la aspirina y el ibuprofeno, que son los responsables del 39% de dichas reacciones.

La mayoría de los efectos secundarios de los medicamentos más usados, como los analgésicos referidos, suelen producir molestias estomacales ya que sus componentes suelen irritar las mucosas del aparato digestivo. Los antibióticos, en cambio, pueden generar urticarias, vómitos y mareos.

Los ansiolíticos pueden provocar somnolencia excesiva, fatiga muscular y dificultades de la visión; y los antiácidos, cefaleas, diarreas y dolores articulares. También hay que ser cautos con los corticoides ya que la osteoporosis, hipertensión, depresión y falta de apetito sexual, figuran en la relación de efectos secundarios.

Esta problemática se puede prevenir consultando al médico o al farmacéutico, o bien leyendo detenidamente las contraindicaciones de los prospectos de los fármacos y comprobando que ninguno de los elementos de su composición puede resultar contraproducente para la persona que los va a tomar. También es muy importante comprobar la fecha de caducidad del producto ya que puede tener efectos alergénicos si se toma fuera del tiempo útil de fabricación.

En los prospectos se suele hacer referencia casi siempre a embarazadas y lactantes como grupos de mayor riesgo ante eventuales probabilidades de efectos secundarios.

ENFERMOS ONCOLÓGICOS

Por otro lado, los enfermos de cáncer figuran entre los pacientes con más riesgo de sufrir efectos secundarios como consecuencia de los agresivos tratamientos a los que son sometidos. Los componentes tóxicos de algunos fármacos contra la enfermedad han puesto en tela de juicio su eficacia, pues lo que se avanza por un lado podría perderse por otro.

Otra muestra de esta problemática la constituye el hecho de que oncólogos de varios hospitales españoles han constituido una asociación para mejorar la calidad de vida de los pacientes de cáncer (ONVIDA) que logran superar la enfermedad, pero que se enfrentan a efectos secundarios del tratamiento aún no controlados.

No obstante, y como recuerda el presidente de esa entidad, Pere Gascón, “hace 15 años, los pacientes se morían en tres o cuatro meses, por lo que hablar hoy de mejorar la calidad de vida implica que los enfermos viven mucho más”.

“Cuando uno acude a la consulta y el médico le informa de que tiene un tumor, el impacto emocional es superior a otra preocupación”, dice Gascón, pero “un mes después, los enfermos empiezan a preocuparse de los efectos secundarios de los tratamientos”.

La búsqueda de un tratamiento menos agresivo para los pacientes que sufren cáncer de colon o de pulmón, es la nueva línea de investigación de la Unidad de Proliferación y Diferenciación en Cáncer de La Rioja (norte de España). Su director, Juan Cabello, afirma que el tratamiento que se investiga, con el deseo de obtener resultados aplicables en cinco a diez años, será “más suave” y no tendrá tantos efectos secundarios.