Asalto seguido de secuestro

Un robo aterrador en Guadalupe

Una mujer, sus dos hijos y la niñera de éstos fueron víctimas de ladrones que ingresaron a la casa. Al no encontrar dinero en la vivienda fueron “paseados” hasta un cajero. La pesadilla terminó en Santo Tomé donde finalmente fueron liberados.

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El atraco comenzó en una finca de calle Castelli, entre Talcahuano y Defensa. La odisea terminó en Santo Tomé.

Foto: Danilo Chiapello

Danilo Chiapello

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Una mujer, sus dos pequeños hijos y la niñera de éstos, vivieron dramáticas horas cuando quedaron a merced de un grupo de delincuentes que los asaltó en su domicilio de barrio Guadalupe, los “paseó” hasta un cajero automático para finalmente liberarlos en Santo Tomé.

El grave hecho ocurrió durante la siesta del viernes y tuvo lugar en plena zona residencial de Guadalupe. Vale aclarar que las precisiones del caso (identidades y domicilio) no serán dadas a conocer por razones de seguridad solicitadas por la familia.

Eran cerca de las 15 cuando Jorgelina (34) llegó como siempre hasta la vivienda donde se desempeña como empleada doméstica y ocasional niñera. Tocó el timbre para avisar de su llegada.

La dueña de casa acudió para abrir la puerta, claro que, ignorando que con ello también le daría acceso a los demonios.

Detrás de la empleada aparecieron en escena tres individuos. Eran dos hombres mayores, de unos 40 años y un adolescente. El grupo arremetió decidido contra las dos mujeres que fueron introducidas a la casa a los empujones. La acción duró apenas segundos.

El diablo en casa

A partir de entonces las explicaciones estaban de más. Uno de los rufianes comenzó a dar las instrucciones del caso, siempre exhibiendo un arma de fuego.

Comenzó a reclamar por la entrega del dinero. “Dame todo el dinero que hay en la casa”, decía. Aunque agregó un detalle más que sugestivo. Sus órdenes eran acompañadas por ciertos datos que revelaban que había accedido a cierta información de carácter confidencial para la familia.

Por ejemplo cuando gritó “sabemos que hiciste un viaje reciente durante el fin de semana largo, así que no digas que no tienes plata”.

En simultáneo los demás compinches requisaron la casa. Al cabo de algunos minutos regresaron con la novedad de que en la casa no había dinero alguno. Esa información ya había sido indicada por la dueña de casa cuando gritaba que “aquí no hay plata”.

Al límite de todo...

Fue entonces cuando el malviviente decidió subir la apuesta. Entonces tomó entre sus brazos a un niño de 8 años y le apoyó el cañón de su arma en la cabeza. “Decinos dónde hay plata porque si no lo mato”, fue la temeraria advertencia.

Acorralada por la circunstancia la mujer indicó que la única manera de obtener dinero era ir hasta el banco.

Para concretar esta parte la dueña de casa fue obligada a introducirse en su vehículo particular -un utilitario Citroen Berlingo- con el que se trasladaron hasta el cajero automático del Banco de Santa Fe, de calle Javier de la Rosa al 800, a escasos metros de la basílica.

La mujer iba al mando del rodado y en la parte de atrás estaban los malvivientes junto al menor, que seguía amenazado con el arma de fuego.

Y la secuencia siguió de mal en peor para los cacos por cuanto no pudieron extraer dinero desde el cajero.

Así las cosas los malvivientes ordenaron a la mujer que los lleve hasta la ciudad de Santo Tomé. Ya en dicha ciudad dos de los sujetos se bajaron en Mitre y La Rioja. El restante rufián hizo lo propio en Iriondo y Hernandarias.

Cabe destacar que desde la finca de Guadalupe los autores del hecho sustrajeron una pantalla LCD de 18 pulgadas, una Play Station; y tres teléfonos celulares.

Investigan este hecho agentes de la seccional 8va. -que intervienen por jurisdicción- junto a sus pares de Seguridad Personal.