“Es un método mafioso”
Denuncia de Roberto Campanella por agravios en la cartelería de campaña
El primer candidato a concejal de la ciudad de Santa Fe por el Partido Justicialista, Roberto Campanella, presentó hoy ante la fiscal Nro. 1, Liliana Lauxman una denuncia por una “serie de pintadas injuriosas” que alcanzaron tanto la cartelería de campaña como la fachada de su propio domicilio.
El candidato explicó esta mañana -en el transcurso de una conferencia de prensa brindada en la sede del PJ- que “lo que hemos denunciado es no sólo haber sufrido daños en mi propiedad -que se resuelve con una pintura blanca- sino el contenido de la cuestión que es amenazante y agraviante hacia mi persona y hacia mi familia”. Campanella -quien estuvo acompañado por Jorge Fernández y Juan Carlos Forconi- agregó que “el tema no terminó allí porque lo que se denuncia que aparece desde el viernes pasado y hasta la fecha es una campaña perfectamente organizada y sistemática sobre toda la cartelería pública proselitista del Partido Justicialista con aerosol, con los mismos epítetos, los mismos agravios y que nos permite concluir que hay alguien que se está poniendo nervioso”, sostuvo.
Nervios y mafias
El dirigente expresó luego que “más allá de que este tipo de métodos que creemos desterrados pulverizan la vida democrática que postulamos, parece ser que hay alguien que se está poniendo nervioso o bien por lo que estamos diciendo en esta campaña o por lo que la cartelería expresa” y que “apela al peor de los métodos mafiosos. Nosotros creemos que en democracia las propuestas se discuten y se confrontan cara a cara”.
Luego de una consulta, el dirigente expresó que en campaña “estos hechos no son habituales, o por lo menos así lo creíamos en el Partido Justicialista como también desde mi punto de vista personal, como militante, como profesional. Pero se ve que este tipo de agravio se repite” y resaltó luego que “además también hay muchas coincidencias. Es decir, este tipo de agravio de esta campaña sistemática, nosotros que estamos tan próximos a Carlos Alberto Reutemann, que sufrió exactamente lo mismo, y hoy vuelve a existir lo mismo”.
