BALLET CONTEMPORÁNEO DE SANTA FE
Once almas en movimiento
La compañía dirigida por Ricardo Alfonso presentará esta noche su última puesta, en la que “desarrolla la técnica como base de la danza, como herramienta para trabajar lo expresivo”, a partir de tres obras del compositor veneciano.
Florencia Arri
A modo de homenaje al gran músico veneciano Antonio Vivaldi (1678 - 1741), el Ballet Contemporáneo de Santa Fe presentará este viernes “Sólo Vivaldi”, en el que se deja llevar por su música para ofrecer “un espectáculo donde lo visual -a través del movimiento- y lo auditivo confluyen en perfecta armonía”.
Así contó a este diario Ricardo Alfonso, director de la compañía que subirá a las tablas del Centro Cultural Provincial (Junín 2457), este viernes a las 21.30. Allí, los once bailarines que componen el Ballet Contemporáneo le pondrán el cuerpo a una puesta compuesta por tres obras del compositor veneciano “ligadas entre sí. La música será el hilo estilístico, la línea conductora del movimiento, de la expresión”. Se trata de Opus 3, Concierto y Stabat Mater, piezas “que elegí por gusto propio, que se articulan como un hilo natural” de las coreografías compuestas por Ricardo Alfonso para este ballet.
En escena
Alfonso contó a este diario que “Sólo Vivaldi” tuvo como disparador a “una obra que presencié hace unos meses en París, donde me emocioné con una interpretación de Stabat Mater y decidí presentarla con el Ballet”. Asimismo, explicó que las obras buscan “marcar en escena la evolución del ballet: las tres piezas implican una evolución en el trabajo técnico y expresivo, de allí su orden”.
La obertura será “Opus 3”, “la primera pieza que presenté con esta compañía, hace unos 4 años. Es una obra muy ajustada en su estructura al diseño de la música”, detalló. “Concierto”, la siguiente, “fue estrenada en octubre del año pasado, en la que sumamos a la técnica elementos expresivos agregados”; y en “Stabat Mater”, el cierre, “prevalece la función expresiva. De este modo, “Sólo Vivaldi’ desarrolla la técnica como base de la danza, como herramienta para trabajar lo expresivo, sustento técnico para que el bailarín manifieste sus expresiones”.
Sobre el escenario, “las uniones de los temas está realizada por sonidos naturales -detalló el coreógrafo-, y entre pieza y pieza los bailarines harán sus cambios de vestuario sobre el escenario, lo que mantiene la dinámica de la obra”.
Alfonso contó que esta estética “surgió de un recuerdo de hace años, de cuando trabajé en Montevideo con el coreógrafo francés Gigi Kciuleanu, quien trataba las Cuatro Estaciones de Vivaldi como las mil y un estaciones de un bailarín. Los bailarines somos las mismas personas que transcurrimos distintos personajes en un mismo escenario, pero en definitiva somos las mismas personas a largo de una transformación que el público suele no ver porque sucede en bambalinas. De allí la idea del bailarín que se prepara en la clase pasa por diferentes estados emocionales para terminar siendo el mismo, otra vez”.
En suma, “Sólo Vivaldi” tiene por fin, “llegar al alma de las personas desde la música y el movimiento. Las composiciones de Vivaldi son básicamente espirituales, y la puesta se erige desde allí. Nuestro objetivo es llegar al público con un mensaje armonizado. No buscamos más que darle un regocijo espiritual a la gente, agobiada con la vida diaria. Que a través de la puesta se encuentre con sus parte más interna, que es su espiritualidad”.




