Por el TC 2000
Funciona el operativo para desviar
el tránsito por las calles internas
Abundan los carteles indicadores y la presencia de inspectores para indicar a los camiones el trayecto alternativo. Nada pudo evitar que el microcentro sea un caos. La ciudad recibe a miles de visitantes amantes de los fierros.

Por tres días, los vecinos de Juan del Campillo e Iturraspe deberán soportar el tránsito de camiones que atraviesan la ciudad para evitar las avenidas Alem y 27 de Febrero.
Foto: Amancio Alem
De la redacción de El Litoral
Los motores ya comenzaron a rugir en el callejero santafesino y, por tres días, la ciudad deberá acomodar algunas rutinas urbanas. Hoteles colmados, la peatonal repleta de visitantes y los restaurantes tirando lisos y sirviendo comida más que lo habitual cambiaron el escenario de la apacible Santa Fe, poco acostumbrada a alojar multitudes en su propia casa.
Con varias calles cerradas para desplegar la pista del TC 2000, el municipio dispuso un amplio y prolijo operativo para evitar camiones desorientados que compliquen aun más el tránsito por las calles internas. Sin embargo, el microcentro es un caos, ya que todas las arterias cercanas al circuito están cerradas. Para transitar hay que armarse de paciencia, avanzar a marcha lenta y, en lo posible, evitar el auto y caminar.
A los carteles indicadores -en amarillo y negro- colocados en cada una de las esquinas donde es necesario desviar, la Secretaría de Control sumó la presencia de gran cantidad de inspectores de tránsito, lo cual permite evacuar dudas sobre el trayecto a seguir.
Esto sirve tanto a quienes viven aquí, porque evita que conductores confundidos transiten por donde no deben; a los turistas, que son recibidos con buena información; y a los camioneros, ya que no pueden tomar por los caminos que utilizan habitualmente cuando están de paso por esta ciudad.
Camiones por la ciudad
Desde ayer, las avenidas Alem y 27 de Febrero son exclusivas de la fiesta de los motores. En los puntos críticos, los inspectores dan indicaciones muy amablemente a los automovilistas: “Nos preguntan por dónde tienen que seguir. Hay mucha gente de afuera y también están los atrevidos de siempre, santafesinos, que nos faltan el respeto y se meten en contramano”, dijo un inspector mientras respondía las inquietudes de un automovilista en Alem y Sargento Cabral. Justo allí se debe desviar. El tránsito liviano puede seguir por cualquiera de las calles cercanas, en cambio los camiones deben doblar en Güemes, atravesar bulevar, hasta llegar a Juan del Campillo. Recién en calle Saavedra, donde se cambió el sentido circulatorio, giran a la derecha, toman por Pedro Zenteno hasta acceder a la autopista Santa Fe - Rorario. El sentido inverso se realiza por calle Iturraspe.
A pesar de la cartelería, algunos camioneros se desorientan. Pero antes de que doblen donde no deben, los inspectores, alertas, hacen sonar el silbato y les indican por qué calle circular.
Falta de costumbre
Los frentistas de Juan del Campillo y de Iturraspe, y de las otras cuadras por donde se desvía el tránsito pesado, no están muy contentos. Anoche fueron varios los que no pudieron dormir: “Pasaba un camión por minuto, y no exagero”, dijo una vecina entre bostezos.
El año pasado, los camiones desviaron por las calles internas del puerto para evitar Alem pero esta vez ya no es posible porque la construcción del supermercado no dejó un camino disponible. Sin embargo, varios carteles indican cómo ingresar al casino y la nueva zona comercial del puerto santafesino.






