AL MARGEN DE LA CRÓNICA

Almorzando con Hebe Bonafini

La titular de la agrupación Madres de Plaza de Mayo explicó días atrás en el Senado su posición en el debate por el proyecto de medios. La señora que nos tiene acostumbrados a sus flamígeras declaraciones no decepcionó y, con su conocido estilo, disparó varias observaciones que pueden darnos una pista de los años por venir, en cuanto a información se trata. Su visión maniqueísta de la realidad, la llevó a plantear que “quien no está con esta ley, está con la dictadura sangrienta que asesinó a nuestros hijos”; nada de discutir, nada de pensar distinto: o se es militar asesino o se es inspirador de la comunicación personal. Pero cuidado, porque los que no estén en el segundo grupo, quedarán presos en el infierno del aislamiento y serán víctimas de escarnio social. Hebe agregó que, “durante esa época nefasta, los diarios Clarín y La Nación informaban que muchos de los jóvenes asesinados murieron en enfrentamientos o que eran terroristas”; ella dispone: al adversario -igual a enemigo-, ni agua. Y completó: “Por cada uno de esos diarios tiene que haber diez o veinte de los nuestros”.

Estas pistas hacen presumir que la señora tendrá la oportunidad de manejar diarios, radios, canales y revistas y lo hará con la ecuanimidad que la distingue; está decidida a pelear por su espacio hasta con Mirtha Legrand. Seguro que Bonafini tiene méritos suficientes para pasar a la historia con un currículum en el que predominarán palabras que fueron, son y seguramente serán dignas de polémica. Por su lengua filosa, pasaron desde Alfonsín hasta Susana Giménez y, sin intención de polemizar sobre las justificaciones que tenga cada vez que suelta una arenga, su eterno confrontamiento es lo cuestionable.

Diálogo y perdón son dos palabras que seguro no tiene su diccionario. Si bien en su haber hay sobrados motivos para adherir a este gobierno, podría apelar a una cuota de humanidad -por cuya falta ha sufrido- para tratar de que, en vez de ellos o nosotros, seamos todos.

Quizás en poco tiempo más, Bonafini reemplace en su espacio televisivo a la señora Mirtha Legrand, y si bien la actual diva interrumpe permanentemente a sus invitados, es respetuosa de las posturas contrarias a las suyas. Lamentablemente, todo indica que, cuando almorcemos con Hebe, en lugar de las rosas rococó rosadas que le gusta regalar a Mirtha, Hebe ofrezca sólo las espinas.