TC 2000 en Santa Fe

Daniel Monticelli

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Hay hechos y cifras que hablan por sí solas. Lo que deja para la ciudad el TC 2000 y sus categorías conexas, no tienen ningún punto de comparación con acontecimiento alguno que suceda en Santa Fe de la Vera Cruz. Por eso puntualizamos que esas más de 50 mil personas del sábado y otras tantas el domingo, que colmaron el circuito callejero para ver de noche y de día a la categoría, se llevan todos los aplausos. El comportamiento —incluso afirmado por los foráneos— fue ejemplar. Para ello el operativo que montaron dirigentes del Turismo Competición 2000, junto a la autoridades municipales y policiales, resultó óptimo.

Pero ahora enumeremos con datos concretos lo que significa la llegada del automovilismo a nuestra capital y que por nada del mundo debemos dejarla escapar. Hotelería colmada, los restaurantes, bares, pub, boliches, renovaron como nunca sus mesas atendiendo a la gente (según algunos dueños de locales, nunca les pasó algo así) o estaban repletos de jóvenes en los últimos rubros mencionados. Los taxis y remises no daban abasto, los shopping, supermercados, carnicerías y panaderías, entre tantos, incrementaron notablemente sus ventas. Con las playas de estacionamiento cercanas a la zona desbordadas, maxiquioscos y expendio de otros alimentos otro tanto. Muchas mujeres y hombres consiguieron algún trabajo durante los días de actividad, directamente relacionados con el acontecimiento. Al comercio en general (no hay que olvidar que se está a dos cuadras de la peatonal) le fue bien. Según datos oficiales, a la ciudad le quedaron por todo concepto algo así como 10 millones de pesos (o si prefiere 2,5 millones de dólares).

Entonces, la concientización de todos los que vivimos en esta bendita Santa Fe tiene/debe ser como hacen los cordobeses con el Rally: defender, cuidar y apoyar este suceso único, incomparable e inigualable.

No nos quedemos

Lo dicen los máximos protagonistas (los pilotos), lo recalcan los más experimentados dirigentes (Pablo Peón, entre otros), coinciden quienes hoy llevan adelante el gobierno de la ciudad, siempre hay cosas perfectibles. En lo específico del automovilismo: desde el circuito propiamente dicho, —donde la chicana fue un dolor de cabeza o la salida de los autos desde boxes—, hasta un ingreso-egreso al sector por parte de la gente, o la incómoda ubicación-instalación del podio sobre todo para reporteros gráficos y camarógrafos, entre otros.

Es cierto que yo me dedico al automovilismo deportivo y como tal debería puntualizar más detalles sobre la disciplina. Reitero un concepto escrito en otros comentarios: éste es un circuito callejero con sus pros y sus contras. Pero me gusta citar ejemplos. El “Pato” Silva en la conferencia del domingo a la tarde, le respondió a un colega de Buenos Aires acerca de que “la carrera fue aburrida”. “Mirá yo veo la Fórmula Uno en Mónaco y sale aburrida. Y es la Fórmula Uno y es Mónaco...”. El comentario exime cualquier análisis.

Pero no quiero quedarme con eso. Esto que sucedió en nuestra capital durante casi una semana, excede largamente lo que es “una carrera de autos”. Lo que dejó el TC 2000 en su paso por esta capital no tiene comparación con expresión popular alguna que haya acontecido en esta ciudad.

Multitud. Más allá de algunos inconvenientes que acarrea este festival a algunos ciudadanos santafesinos, vale la pena sortear estos pequeños obstáculos.

Foto: Pablo Aguirre

Tema Berta-Ford

Fue “el comentario” del fin de semana en lo deportivo. Después de una alianza de trece temporadas, la empresa de la familia Berta se desligaría de Ford (obtuvieron 5 títulos: 3 con Ponce de León, 1 con Martín y el otro con Cingolani). El motivo serían las tratativas que habría llevado a cabo un integrante del staff con asiento en Alta Gracia con Peugeot, que vuelve a la competición oficialmente. Según se comenta, el Haz Racing sería el reemplazante de los Berta en Ford, mientras que éstos se pasarían a la marca del León.

En cuanto al tema pilotos, Martín Basso continuaría bajo la estructura de Berta Motorsport y el otro piloto que lo acompañe en 2010 saldría de no más de dos nombres de los tantos que se barajan. En cuanto a quién podría ser uno de los pilotos de Peugeot, José María López sería el apuntado. Su pésima relación personal con Silva en el Petrobras (Honda) -en verdad, no se hablan, más allá de lo profesional- no daría para más que este fin de este año. Si quienes llevan adelante las gestiones para que “Pechito” corra en la Fórmula Uno no llega a buen puerto, el cordobés recalaría en la marca francesa. Restan 3 carreras para finalizar la temporada de TC 2000 (las dos de San Juan y Potrero de los Funes); seguramente, en ese lapso habrá grandes novedades en todo aspecto.