Borges y Piazzolla
Borges y Piazzolla
Nidya Mondino de Forni
Una rara confabulación de ironías y contradicciones envuelve la relación de Borges con el tango, acaso las mismas que surgen al preguntarse si Piazzolla hacía tango o no. Lo cierto es que Borges prefería los temas emparentados con el cuchillo, el amor, el coraje y la muerte.
“Aunque la daga hostil o esa otra daga,
El tiempo, los perdieron en el fango,
Hoy, más allá del tiempo y de la aciaga
Muerte, esos muertos viven en el tango.
En la música están, en el cordaje
De la terca guitarra trabajosa,
que trama en la milonga venturosa
La fiesta y la inocencia del coraje”.
(“El Tango”, 1964)
Tangos que están más cerca de sus sueños juveniles que de Pascual Contursi, quien inaugura el tango-canción con “Mi noche triste”. Ahora “el guapo” llora la ausencia y la traición de la “mina” que se le fue. Por el contrario, Borges escribe: “el hombre que piensa cinco minutos seguidos en una mujer no es un hombre, es un marica”. (Historias de Rosendo Juarez - 1970).
De Astor Piazzolla leemos: “Ahora, el tango le crece como una catarata que ya no puede detener: el domingo pasado, Piazzolla llegó a Washington, invitado por la Unión Panamericana; hacia mediados de junio, tocará “claro está, tangos de vanguardia’ en el Lincoln Center de Nueva York”. Y finalmente, está Borges, Jorge Luis, “que se entusiasmó con la idea de trabajar juntos, y todos los días venía hasta casa a traerme un poema o dos. ¡Imagínense, Borges!”. Cuando Piazzolla vuelva de los Estados Unidos, grabará dos milongas del poeta, una milonga tangueada, un tango y una Oda íntima a Buenos Aires. En esta ciudad a la que también el músico juzga “eterna como el agua y el aire” (Revista Primera Plana - 1965 - Nº 133).
En efecto, Piazzolla y Borges se unieron para crear un disco en el que participaron su quinteto, Edmundo Rivero (voz) y Luis Medina Castro (narrador) y que incluyó: “El Tango”, “Jacinto Chiclana”, “Alguien le dice al tango”, “Títeres”, “A don Nicanor Paredes”, “Oda íntima a Buenos Aires”, Suite (1) “El hombre de la esquina rosada: a) Aparición de Rosendo; b) Rosendo y la Lujanera; c) Aparición de Real; d) Tango para Real y la Lujanera; e) Milonga nocturna; f) Bailongo; g) Muerte de Real; h) Epílogo”. Los textos de Borges, la mayoría pertenecientes a su libro “Para las seis cuerdas” (1965), fueron respetados, salvo pocas excepciones. Todas ellas consentidas o decididas por el propio escritor, pues estuvo presente durante todas las grabaciones, y se dice que solía llamar al músico en medio de la noche para comentarle cambios que se le habían ocurrido en los versos.
Aunque el vínculo no culminó en buenos términos, “lo que pasa es que fui el único que se animó a refutar a Borges”, en 1976 Piazzolla compone y sobre el mismo tema “El hombre de la esquina rosada” una nueva Suite para doce instrumentos con la participación, esta vez, de Binelli, Jairo y Lito Cruz.
Con el tiempo aparece la obra “Tango apasionado” sobre tres cuentos borgeanos: “El Sur”, “La intrusa” y nuevamente “El hombre de la esquina rosada”. Piazzolla musicalizó la película “La intrusa”. La relación de amor-odio entre ambos quedó reflejada en la obra teatral “Entre Borges y Piazzolla”... Recordemos.
Alguien le dice al tango
(Tango. Música: Astor Piazzolla. Letra: Jorge Luis Borges)
Tango que he visto bailar
contra un ocaso amarillo
por quienes eran capaces
de otro baile, el del cuchillo.
Tango de aquel Maldonado
con menos agua que barro,
tango silbado al pasar
desde el pescante del carro.
Despreocupado y zafado,
siempre mirabas de frente.
Tango que fuiste la dicha
de ser hombre y ser valiente.
Tango que fuiste feliz,
como yo también lo he sido,
según me cuenta el recuerdo;
el recuerdo fue el olvido.
¡Desde ese ayer, cuántas cosas
a los dos nos han pasado!
Las partidas y el pesar
de amar y no ser amado.
Yo habré muerto y seguirás
orillando nuestra vida.
Buenos Aires no te olvida
tango que fuiste y serás.
Finalmente podemos asegurar que a Borges “le gustaba el tango como tanto tango hay en sus obras”.
(1) Suite: vocablo francés que significa “serie”, y que sirve para designar la reunión, formando un todo, de diversas piezas instrumentales independientes entre sí, pero combinadas para ejecutarse seguidas.
“Tango”, de Pedro Figari, un pintor admirado por Borges.
Astor Piazzolla musicalizó algunos tangos y milongas de Borges, pero el resultado no satisfizo al escritor, que no dejaría de escatimar críticas y pullas hacia el tanguero vanguardista. Foto: Archivo El Litoral