Hubo mucha emoción en la reapertura
Trabajadores de la textil San Justo
se hicieron cargo ayer de la fábrica
Hubo mucha emoción en la reapertura
Trabajadores de la textil San Justo
se hicieron cargo ayer de la fábrica
Hubo abrazos, lágrimas, gritos de desahogo, en el camino desde el portón de ingreso hasta el interior de la planta, cerca de 100 metros. La mirada de los obreros no era la misma de antes.

Carlos Yesciani
Bajo un clima de emoción y esperanza, los empleados de la textil de San Justo reabrieron ayer la fábrica -paralizada durante dos años-, ahora agrupados en la Cooperativa de Trabajo 15 de Febrero Limitada.
En la tarde de la víspera, después de estar cerrada más de dos años, los portones de la planta fabril, ubicada a la vera de la Ruta Nacional Nº 11, en el ingreso sur a la planta urbana, se abrieron para dar paso al inicio de la cooperativa de trabajo, formada por ex empleados de Manufactura Textil San Justo.
Momentos de emoción, recuerdos, lágrimas y orgullo por los resultados obtenidos se vivieron frente al portón de ingreso a la planta. Fue en ese mismo lugar donde los empleados, para reivindicar sus derechos, pasaron largas noches y días en una carpa, entregando folletos a los viajeros que transitaban por la ruta, a veces cortando el tránsito, quemando cubiertas y marchando en caravana hacia el centro de la ciudad para hacer oír sus reclamos.
Después de más de dos años, la puerta de una importante fuente de trabajo de la ciudad se vuelve a abrir, y eso enorgullece a todos los habitantes de San Justo.
Ahora hay esperanzas de un futuro mejor y en sus ojos se notaba que todos buscaban su destino, el que ellos habían elegido: de unirse para formar su misma y pequeña empresa, dando lugar a la cooperativa, el sueño hoy estaba hecho realidad.
Como se recordará en el mes de junio, en el marco de la causa sobre la expropiación de la fábrica, se hicieron presentes en la planta las autoridades designadas por el juez que interviene Dr. Eduardo Sodero, para constatar el estado de las maquinarias y realizar un inventario de lo que se encontraba en los galpones de la planta fabril.
Cabe destacar que el proyecto de ley sancionado declara de utilidad pública y sujeto a expropiación, el derecho de “uso temporal” de las maquinarias, herramientas y demás bienes de la firma, con el fin de entregar -con las seguridades que otorga la ley- los medios de trabajo para la Cooperativa 15 de Febrero Limitada.
La norma establece que dichos bienes serán adjudicados “siempre que sean destinados a sus fines cooperativos, debiendo garantizar la continuidad laboral de las personas que figuran a la fecha de sanción de la ley”.
El proyecto señala en los fundamentos que la empresa “se encuentra fuera de funcionamiento desde hace aproximadamente dos años”, y destaca que por entonces contaba con una planta de personal de unos 120 empleados y constituía una de las principales empresas proveedoras de mano de obra de San Justo.
Esta situación generó una crisis social de magnitud sin precedentes en la ciudad de San Justo, llevando al personal afectado a adoptar medidas extremas, tales como presencia masiva frente al edificio de la empresa, corte del tránsito sobre la Ruta Nacional Nº 11, realización de movilizaciones populares, acompañados por otros miembros de la comunidad”.
Testimonios
Para Gustavo Dalla Costa después de trabajar trece años en la fábrica y que se nos cierren las puertas, poder volver hoy es una inmensa alegría. “Cuando dejamos de cobrar, nosotros hicimos un autodespido por falta de cobro, y realmente la pasamos muy mal, sin cobrar ni un centavo.
La verdad es que pensaba buscar otro trabajo, pero también surgió la idea de formar la cooperativa, solicitando la quiebra y expropiación y así poder mantener la fuente de trabajo que todos necesitábamos”.
“Hoy es un día de mucha alegría, porque después de tantas luchas, logramos mantener la fábrica y ahora podemos trabajar, que es lo que más queremos; aparte de la gran experiencia en el manejo de los telares que todos tenemos, hoy se hace realidad nuestro sueño, y también demuestra que los reclamos justos algún día tienen su respuesta favorable.
“Ya tenemos muchas propuestas de trabajo, también por la entrega de materias primas para los hilados, y telas. Creo que va a marchar muy bien”, expresó contento.
Por su parte, Ofelia Becca con 32 años de trabajo en la planta fabril, confesó: “Hoy siento muchas sensaciones que no son fáciles de explicar; cuando comencé a trabajar en la fábrica tenía 16 años. Hoy es volver a empezar, porque las cosas no se dieron como uno quería, pero bueno ya pasó, espero que en esta nueva etapa Dios nos ilumine y sepamos llevar adelante todo nuestro proyecto. Todo este tiempo de reclamar nuestros derechos y de lucha no fue en vano, luchábamos por nuestros hijos y nuestras familias, para que hubiera trabajo. Lo único que pedíamos era trabajar”.
“Hoy, yo con 50 años no tengo trabajo; es como que nos discriminan por la edad y así no es fácil vivir. Si le serví a la empresa durante 32 años, quiere decir que poco o mucho, o algo le aporté para su crecimiento.
Estoy muy agradecida a quienes nos impulsaron a esto. Nosotros teníamos una gran fuerza de voluntad, pero hubo mucha gente que nos orientó y nos marcó el rumbo a seguir; como las autoridades del municipio y de la senaduría y la Federación de Empresas Autogestionadas, ellos nos ayudaron mucho, siempre estuvieron a nuestro lado. Ésta no fue una lucha fácil”. Ofelia también dice orgullosa: “Nosotros nunca fuimos a golpear puertas para solicitar un plan mensual de Jefas y Jefes de Hogar y quedarnos en nuestras casas. Lo que por siempre luchamos y lo que siempre queríamos era y es “trabajar’ y que nos den esa posibilidad”.
Felices y satisfechos. Ahora serán los propios obreros sanjustinos artífices de su destino.
Fotos: Carlos Yesciani.
En la recorrida
Por los galpones naves de la fábrica se pudo observar una planilla, pegada en la pared contra un telar, del último turno de hilandería y cuya fecha decía: 05/09/2007, lo que marca que la empresa permaneció cerrada por más de dos años. La empresa Manufactura Textil SA en San Justo llegó a tener 300 empleados, pero luego -planes de ajuste mediante y promesas de mantenimiento de la fuente de trabajo- se bajó esa cifra a 200. Últimamente, hasta 2007 cuando se bajó la persiana, quedaron 120 personas sin trabajo.
/// el dato