Montañismo

CÓMO ELEGIR LA MOCHILA

Si nos preguntan por la idea que tenemos de un montañista, seguramente lo pensaremos parado sobre la cumbre de una montaña, con una piqueta alzada en la mano y su mochila cargada de sueños.

Por

Ricardo Solari

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La mochila, la piqueta, la cuerda y las botas han representado siempre al montañista y son artículos indispensables en esta actividad. La primera de ellas, es el elemento con el que siempre contaremos para nuestras salidas al aire libre y por eso esta elección deberá hacerse en función de la actividad que realicemos y al tiempo que ésta nos tome.

El tamaño

Viene expresado en litros para dar una idea de la capacidad de la mochila y éste a su vez, está relacionado con la duración de la salida.

De 1 día: de 20 a 35 litros; 2 a 4 días, 40 a 60 litros; unos 8 días, de 60 a 80 litros; y de expedición, 90 o más litros.

La actividad

Tienen accesorios o agregados que las diferencian:

Para carreras de aventura: incluyen un reservorio para el agua.

De escalada: traen cintas porta piquetas, porta material en el cinturón o en las hombreras, entre otros accesorios.

Para caminatas: tienen bolsillos de gran capacidad y un cinturón lumbar acolchado.

Para montañismo y expedición: son de forma tubular y tienen un acceso inferior para la bolsa de dormir. La mejor ingeniería para el montañismo es la simplicidad, porque un exceso de correas, bolsillos y amarras, sólo la complican.

Cuidar la espalda

Las mochilas modernas tienen un armazón interior (flejes de aluminio). Debemos regularla a nuestra longitud de espalda tomando en cuenta lo siguiente:

a) que al ajustar el cinturón lumbar, éste descanse sobre la línea de la cadera para transportar el peso de la mochila hacia las piernas y poder liberar la presión sobre los hombros

b) que la espalda de la mochila no sea muy grande para nuestra talla, porque sobresaldrá demasiado sobre nuestra cabeza y ocasionará inestabilidad. Tampoco muy pequeña porque recargará todo el peso sobre los hombros.

Los materiales

El más usado es cordura y la unidad de medida para el grosor de los hilos con que se teje la tela es el denier. Esto es determinante porque está en relación con el peso y la resistencia de la mochila. Cuanto más alto sea el número de denier, mayor será el peso, pero mayor también la resistencia y duración.

Otro factor es la oposición a la entrada de agua. Generalmente las telas vienen con un recubrimiento interior que las impermeabiliza relativamente y que dura unos 3 a 5 años, pero es importante saber que no existen las mochilas completamente impermeables.

Los herrajes plásticos, los bucles y las cintas son un punto importante a tener en cuenta. Hay que fijarse que sean elaboradas con tejidos finos como el nylon, porque corren con facilidad y son resistentes. Las hebillas deben ser de plástico de buena calidad y hay que constatar que las piezas calcen firmemente entre sí.

Por último, hay que revisar que el material del fondo sea más grueso que el resto o esté reforzado, especialmente en las mochilas más grandes.

El diseño

Es importante ver si el cinturón lumbar tiene estabilizadores de carga, ajustes superiores en las hombreras y cintas de compresión. Se deberá examinar el grosor y el material del acolchado. En la espalda, un acolchado denso y más firme es preferible a uno blando y esponjoso. Por último, las cintas de ajuste y compresión deberán ser largas y si la mochila tiene una extensión, es importante que la tapa de la mochila pueda desmontarse, porque sino este agregado no nos servirá de nada.

Personalmente, prefiero las mochilas tubulares, sin bolsillos laterales para evitar los molestos enganches con ramas, piedras, etc.

El ajuste

Nos colocaremos la mochila en la espalda y primero ajustaremos bien el cinturón lumbar sobre la cresta ilíaca, en la zona superior al hueso de la cadera. Nos echaremos hacia adelante y apretaremos las hombreras y luego los tensores superiores. Lo que interesa es que ambas estén lo suficientemente juntas pero que no haya demasiada presión. Por último, ajustaremos la cinta pectoral.

Si al andar sentimos puntos de presión, tendremos que reajustar la mochila sin olvidar ajustar el cinturón y aflojar las hombreras para cargar más peso sobre las caderas.


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Que tu mochila no sea una carga. Un buen asesoramiento es fundamental.

Foto: Ricardo Solari.

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MOCHILA

Consejos para elegir bien

 

Buscar asesoramiento con un experto o algún amigo que tenga experiencia. - Buscar una que se ajuste a la talla de la espalda. El cinturón lumbar tiene que ser robusto y cómodo, porque allí va el mayor peso, y debe caer entre la línea de cintura y la de cadera. Las hombreras de la mochila no deben comenzar más abajo de 7 cm de la línea de los hombros. - Probar la mochila con peso. Si es necesario, habrá que llevar el equipo que habitualmente se usa. - Es recomendable revisar modelos y marcas, teniendo en cuenta la calidad y diseño, pensando cuánto duran en general tus aventuras y si vas a climas húmedos o secos. - Si se practican diversas actividades como camping, andinismo, caminatas, escalada, etc., es recomendable una mochila de capacidad media (unos 60 litros) con posibilidades de extensión. - Son recomendables aquellas que tienen previsto el lugar para un sistema de hidratación que permita beber sin detenernos.