El sábado Argentina tiene que ganar como sea
El medio a cero a Perú y muchas otras cosas más...
Maradona perfila el equipo, los peruanos reclaman viáticos, se habla de la incentivación de Uruguay al equipo del “Chemo”, hay bronca contra Agüero, y Grondona pide calma.
Darío Pignata
No hace falta el manchado 6 a 0 del ‘78. Esta vez, con “medio a cero” alcanza y sobra. Parece mentira haber llegado a esta instancia, tan al límite de todo. Tan cerca de la nada. Es cierto, dentro del millón de declaraciones que Maradona hizo en los últimos tiempos, que nadie debiera ponerse colorado con un repechaje porque ya lo jugamos con Basile. Pero en el ‘93 lo jugamos porque él no jugaba. Ahora, a su medida, también tenemos al mejor del mundo... pero en campo y no nos sirve para nada porque Messi no pesa.
Hay una cosa que me preocupa: muchos se relajan con la frase “En el peor de los casos, al repechaje lo pasamos de taquito”. También íbamos a estar clasificados a esta altura. También iba a estar acordado un elegante empate con Brasil —pedido por Fifa— por el tema sponsors para Sudáfrica 2010 y nos comimos una milonga en Rosario, quedando más mareados que si hubiéramos tomado 100 litros de caipiriña.
La ruptura Maradona-Bilardo es, a horas del partido, lo de menos. Una transa “Grondoniana” que murió antes de nacer. El Diego DT tiene cosas de mamarracho: ¡78 jugadores convocados en un puñado de partidos! Así, ninguna idea resiste en función de tal. Pero las limitaciones de Maradona no pueden esconder la otra verdad: Bilardo es un “ñoqui” como mánager. ¿Qué hace?, ¿cuál es su función?, ¿para qué está? Si su función es reservar vuelos y hoteles, que se ponga una agencia de turismo. Humildemente, la Selección Argentina necesitaba otra cosa. Pero todos se hicieron los giles, miraron para el costado y cuidaron su kiosco. “El Narigón está medio chapa”, le dijo un dirigente de Estudiantes a todo el Comité Ejecutivo cuando Grondona impuso su figura. Ese aporte “pincha” estaba justificado: fue el último club en el país que le regaló un sueldo y observó sus confusiones en los nombres de los jugadores.
Todo pasa, el error también
Desde el vamos, Grondona sabía un par de cosas: 1) si Maradona fracasaba, fracasa Diego, porque su nombre es un radiador: se lleva pegado a los otros “bichos”; 2) Dentro de lo caro, era barato: se pagaba con un contrato paralelo con Santa Mónica; 3) Julio sabía desde el vamos que no confiaba en Maradona, por eso le “pegó” la figura de Bilardo, para que lo asesore en lo táctico, con un grave error: estando sano, enfermo, muy enfermo o totalmente sano, Diego no transa en lo que es de él.
Ahora, nadie sabe cómo seguirá la milonga. Grondona, en el fondo, tiene el mismo miedo escénico que millones de argentinos, con una diferencia: el costo que pagaríamos nosotros es no ver en la tele a Argentina en el Mundial, pero al presidente de la AFA le costará la cabeza.
Si pasamos, lejos de solucionarse los problemas, surgirán otros. Maradona pedirá Ruggeri adentro y antes de aceptar a Mohamed como plan pacificador dentro del cuerpo técnico (Diego lo ama al “Turco” y Grondona quiere como un hijo al DT de Colón), negociará la cabeza de Bilardo. En realidad, no hay nada que negociar: si no va Ruggeri, se va Bilardo.
Mientras Argentina se juega su prestigio —el que ganamos cuando Diego jugaba y Bilardo trabajaba, con una aclaración: ¡pasaron 23 años!—, sigue el tironeo inservible. “Yo dejé la Selección clasificada”, grita Basile. “Me dejaron el equipo cargado de amarillas, además de Brasil y Paraguay en el fixture”, responde Diego.
Otras cosas más...
Todo parece indicar que vamos a atacar con Aimar, Messi y el “Pipita” Higuaín. Si a los 15 no hacemos un gol, hasta los de River van a pedir a Palermo. Atrás, Jonás de “4”. ¿Sabrá Diego que el único peruano que se manda es el “Chucki” Vargas, zurdo, ex Colón? Juega bien Jonás, pero tiene menos marca que La Salada para esperar atrás.
Los peruanos están calientes por algo que dijo el “Kun” Agüero. Encima que llegan sospechados —el 6-0 del ‘78 los condena—, nosotros la hacemos completa y logramos que se enojen. En la cintura cósmica del sur, se habla de dólares celestes que llegarían desde Uruguay si Perú nos saca un punto.
“Es una motivación más, un incentivo para nosotros. Hablan que no jugamos nada... Pues, tanto que hablan, vamos a demostrar a qué jugamos. A las declaraciones de Agüero las tomé como una burla. Nosotros sabemos que Argentina necesita los puntos, pero no es para andar diciendo eso”, dijo el “Chorri” Palacios.
El uruguayo Sebastián Abreu se ilusiona con empatar en Quito para luego ganarle a la Argentina en Montevideo para clasificar. Cuando lo consultaron por una supuesta incentivación —millonaria— de Uruguay a Perú para el sábado, el “Loco” salió con una ocurrencia: “No tenemos más plata, la gastamos toda en el chárter para ir a Quito”.
Menos mal que Vargas, el ex Colón, único referente más o menos serio del equipo del “Chemo” Del Solar —ni desarmó las valijas cuando estuvo en Santa Fe—, sueña con un....“Ojalá que no nos goleen...”. Si ése es el ánimo de Perú, por ahí zafamos. Por suerte para nosotros, Claudio Pizarro y Jefferson Farfán están borrados. Y algunos están calentitos porque les deben los viáticos.
Puede que los problemas sean de ellos, pero el miedo escénico es todo nuestro. River, Arroyito o la cancha del Deportivo Antártida daba lo mismo. Si algo está en claro es que no es un problema de sede.
“Hay que ganar como sea”, debe ser la frase más gastada en toda la historia del fútbol argentino. Está autorizada un vez más de cara al sábado. No hacen falta los seis goles del ‘78. Esta vez, con “medio a cero” alcanza y sobra.





