Tan sólo nueve meses después de convertirse en el primer mandatario negro norteamericano
Sorprendente Nobel de la Paz para el
presidente de EE.UU., Barack Obama
Venció a otros candidatos que sonaban fuerte como la senadora colombiana Piedad Córdoba.
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Télam-AFP-EFE
El Comité Nobel Noruego premió hoy con el Nobel de la Paz el compromiso del presidente de EE.UU., Barack Obama, con la diplomacia internacional y una nueva visión del mundo, en una de las decisiones más sorprendentes y polémicas de los últimos años.
Obama fue galardonado, a menos de un año después de asumir su cargo, por sus “extraordinarios” esfuerzos diplomáticos y sus gestiones de acercamiento al mundo musulmán y en favor de la desnuclearización mundial.
La decisión del Comité Nobel Noruego convirtió a Obama en el tercer presidente de Estados Unidos en funciones en recibir el galardón y tomó por sorpresa a muchos observadores que creían que, pese a estar nominado, era improbable que ganara el premio, puesto que hace tan sólo ocho meses que llegó a la Casa Blanca.
“Muy raramente una persona capturó la atención mundial y dio a su pueblo esperanza de un futuro mejor en la misma medida que Obama”, dijo el jurado del Nobel en Oslo al realizar el anuncio del para muchos inesperado ganador.
El comité Nobel dio “especial importancia a la visión y el trabajo de Obama por un mundo sin armas nucleares” y dijo que el presidente creó “un nuevo clima en la política internacional”.
Obama, de 48 años, asumió el 1º de enero, y desde entonces buscó restaurar la imagen de Estados Unidos en el mundo en medio de extendidas críticas por la guerra en Irak sin aval de la ONU y la renuente actitud de la superpotencia para comprometerse con esfuerzos para combatir el calentamiento global.
El primer presidente negro de Estados Unidos logró reunir este año por primera vez a los actuales gobernantes israelíes y palestinos, lanzó una nueva estrategia de acercamiento hacia Irán, Myanmar y Corea del Norte y dio señales de una nueva disposición de su país a luchar contra el cambio climático.
Obama fue a El Cairo y dio un histórico discurso en el que pidió “un nuevo comienzo” en las relaciones con el mundo musulmán, y en Naciones Unidas presentó una iniciativa para reducir el número de armas nucleares en el mundo.
El mandatario fue honrado con el premio “por sus extraordinarios esfuerzos para reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”, dijo el presidente del Comité Nobel Noruego, Thorbjoern Jagland.
Jagland también rechazó cualquier crítica al recordar que el Comité Nobel ha premiado antes a personas que han iniciado procesos políticos a nivel mundial, y citó como ejemplos al ex canciller alemán Willy Brandt y al ex presidente soviético Mijail Gorbachov, galardonados respectivamente en 1971 y en 1990.
Lo que obvió Jagland fue que en sus dos años en el poder antes de recibir el Nobel Brandt había consolidado la “Ostpolitik” que acercó a la República Federal Alemana a la Europa del Este y había reconocido la inviolabilidad de la Línea Oder-Neisse como frontera polaca; y que Gorbachov había impulsado en 1985 la perestroika (reestructuración) y la glásnost (transparencia).
Obama, quien hace cinco años era políticamente casi desconocido, es el tercer presidente estadounidense en ganar el premio, luego de Theodore Roosevelt en 1906 y Woodrow Wilson en 1919. El ex presidente norteamericano Jimmy Carter lo recibió en 2002.
El ganador del Premio Nobel de la Paz 2008, el ex presidente finlandés y experimentado negociador en conflictos internacionales Martti Ahtisaari, dijo esperar que la distinción pueda “alentar” los esfuerzos de Obama por la paz en Medio Oriente.
La ceremonia formal de entrega del premio se realizará en Oslo el 10 de diciembre, en el aniversario de la muerte, en 1896, del empresario industrial y creador de la dinamita, Alfred Nobel.
Con el premio, Obama recibirá un diploma y un cheque por 10 millones de coronas suecas (1,4 millones de dólares).
Satisfacción y sorpresa
Estados Unidos reaccionó hoy con satisfacción, pero sobre todo con sorpresa, ante la inesperada concesión del Nobel de la Paz a Obama. Casi dos horas después de conocerse la noticia en Oslo, la Casa Blanca continuaba sin hacer pública ninguna reacción oficial.
El prolongado silencio, del que se han hecho eco los canales de EE.UU. en sus programas matutinos, ha llamado la atención y dado pie a conjeturas.
Algunos de los miembros del exclusivo cuerpo de prensa de la Casa Blanca tenían una explicación tan mordaz como divertida. “Es que no puede ser peor. Una sorpresa de este calibre y, además, a las cinco de la mañana. Si es que a esa hora no reaccionan, son aves nocturnas”, declaraba una corresponsal ante la Casa Blanca curtida en estas lides.
Barack Obama es el tercer presidente de EE.UU. en funciones premiado por el Comité Nobel Noruego por sus “extraordinarios” esfuerzos diplomáticos y su acercamiento al mundo musulmán.
Foto: AGENCIA AFP
En la estela de Luther King y JFK
Barack Obama ha desempeñado un papel clave en la defensa de los derechos civiles, siguiendo los pasos de Martin Luther King y el presidente John Kennedy.
Carismático y mediático, Obama, de 48 años, parece inspirar en su público un entusiasmo contagioso, pero se enfrenta a dos conflictos bélicos en curso, en Irak y Afganistán, donde está en busca de una nueva estrategia.
Barack Hussein Obama salió del anonimato en julio de 2004 cuando, durante la campaña que lo convertiría en senador, pronunció un discurso al cierre de la Convención Demócrata en favor del candidato presidencial John Kerry, abogando por la reconciliación de los estadounidenses más allá de sus diferencias de raza, edad o sexo.
Abogado especializado en los derechos civiles, fue criado en Hawai, donde nació el 4 de agosto de 1961 de madre blanca de Kansas (centro) y de padre keniano educado en la Universidad de Harvard.
Su abuelo, en Kenia, era un empleado doméstico cuyo hijo obtuvo una beca para estudiar Economía en Estados Unidos.
Como docente en Hawai, el padre de Obama se casó con una joven blanca de Kansas, cuando los matrimonios interraciales estaban prohibidos en muchos Estados del sur. Recién fueron legalizados por la Corte Suprema en 1967.
Obama tenía dos años cuando su padre dejó la familia, regresando a Nairobi, donde fue nombrado ministro de Finanzas. Su madre conoció a un indonesio y el joven Obama vivió algún tiempo en el archipiélago -habla indonesio- antes de regresar a Hawai a casa de sus abuelos.
Barack fue un estudiante brillante: Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia y Derecho en Harvard, donde será, en 1991, el primer redactor jefe negro de una prestigiosa revista de Derecho.
Fue trabajador social en los guetos del sur de Chicago, la zona más pobre, y se incorporó a un estudio de abogacía de la ciudad donde conoció a su futura mujer.
Electo por el barrio más desheredado de Chicago (Illinois), siempre luchó para garantizar la asistencia a los más pobres y también a las escuelas.
Al cabo de unas elecciones primarias demócratas muy disputadas, Obama venció a Hillary Clinton antes de ser electo a la Casa Blanca en noviembre de 2008.
205 candidatos
Se sabía que Obama figuraba entre los 205 candidatos al premio, pero apenas se lo había mencionado, especialmente porque sólo lleva nueve meses en el cargo.
Frente a él había candidatos de años de reconocida trayectoria como el disidente chino Hu Jia, el primer ministro de Zimbabwe, Morgan Tsvangirai, o la colombiana Piedad Córdoba, que sonaban como los principales favoritos al Nobel.
Además, el plazo para presentar candidaturas se cierra siempre a principios de febrero, es decir, menos de un mes después de que Obama asumiera su cargo de presidente.
Más prestigio, más presión
Por Laurent Lozano - AFP
La atribución del Nobel de la Paz a Barack Obama aumenta todavía más la estatura internacional del presidente de Estados Unidos, pero también le añade innumerables presiones sobre sus espaldas.
Nueve meses después de convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos, la atribución del más famoso premio internacional debería añadir prestigio a un dirigente cuya gestión es aprobada por una buena mitad de los estadounidenses.
Obama, que ha emprendido una ruptura con la controvertida presidencia de su antecesor, George W. Bush, es también eminentemente popular en el exterior. Pero las primeras reacciones mostraron cuánto el Nobel refuerza las expectativas, como si no hubiera hecho suficiente para satisfacerlas.
Obama viene de ser acusado de haber privilegiado los intereses estratégicos y económicos de Estados Unidos con China a expensas de los derechos humanos, al no haber recibido al líder espiritual tibetano Dalai Lama, que se encuentra de visita en Washington.
El gobierno de Obama se defiende de tales acusaciones, alegando su compromiso con la defensa de las libertades.
Desde enero, Obama anunció el cierre de la prisión de Guantánamo, prohibió la tortura, aceleró la desmovilización de Irak, prometió a la comunidad internacional una nueva era de cooperación, y le tendió la mano a Cuba, a los musulmanes e incluso a los enemigos iraníes y sirios.
Obama también se comprometió personalmente en la resolución del conflicto israelo-palestino, se sumó a un nuevo esfuerzo contra el calentamiento climático y prometió el advenimiento de un mundo sin armas nucleares.
Pero incluso con Obama, Europa estima que Estados Unidos no ha hecho lo suficiente por el clima. Su diplomacia es criticada, y la administración reconoció que tal vez no logre cerrar Guantánamo en el plazo previsto.
Por otra parte, Obama no ha convencido al Comité Olímpico Internacional de atribuir la organización de los Juegos de 2016 a la ciudad de Chicago.
Y, con o sin Nobel, tiene por delante en Estados Unidos serias dificultades.
Se enfrenta a un test político capital con su gran proyecto de reforma de la salud. Y sabe que, incluso si el país emerge de su peor recesión desde los años treinta, el desempleo podría alcanzar el 10% antes de fin de año y continuar así hasta mediados de 2010, año de elecciones de mitad de mandato.