Con un marco polémico
Con un marco polémico
El Senado vota la ley de medios
El oficialismo contaba con número suficiente para sancionarla, y la oposición intentaba modificar algún artículo. Marchas de apoyo frente al Congreso.
De la redacción de El Litoral
CMI/DyN
El Senado es escenario hoy de un debate histórico: el de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que busca regular la adjudicación de licencias de radio y televisión, y cuyo eje central es la limitación a diez de los permisos de explotación de este tipo de medios en manos de una misma empresa. Al tratamiento de esta iniciativa, que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados, se llegó en medio de un clima de tensión entre el oficialismo y la oposición, que pujan, en el primer caso, por lograr la sanción de la norma sin cambios respecto del texto original, y en el segundo por modificar algunos artículos que obliguen a devolver el proyecto a su cámara de origen.
Aunque algunos insisten en equiparar esta sesión al debate de la resolución 125, que el oficialismo perdió por el voto “no positivo” de Julio Cobos, en esta oportunidad el kirchnerismo está seguro de contar con los votos necesarios para lograr la aprobación en general y en particular de la ley. Una estrategia destinada a abroquelar a la bancada que conduce Miguel Pichetto, e inclusive sumar voluntades de aliados habituales e inesperados, como la radical correntina Dora Sánchez, y el bussista Carlos Salazar, le garantizaría de no producirse sorpresas- un piso de 38 votos, es decir, dos más de los necesarios para cumplir con el requisito de reunir la voluntad de la mitad más uno de los legisladores presentes.
La oposición, en tanto, tiene a mano un dictamen de minoría con el que apunta a derribar artículos clave del proyecto, como el 161, que fija en un año a partir de la conformación de la autoridad de aplicación, el plazo para que las empresas se desprendan de los activos que superen el límite fijado por la normativa, y el 14 que determina la composición del organismo ejecutor.
El escenario en el que se produjo el debate en comisión reeditó, de todas formas, el esquema de alianzas de la ley de las retenciones agropecuarias: radicales, cobistas, peronistas disidentes y senadores de la Coalición Cívica se aglutinaron para intentar herir a la mayoría conformada por el Frente para la Victoria y sus aliados de partidos provinciales, aunque el oficialismo logró superar la primera etapa del debate en comisiones y obtuvo el dictamen tras una forzosa tarea de disciplinamiento partidario.
Afuera y adentro
Convocada para las 10 -una hora antes de lo previsto originalmente-, la sesión se inició 30 minutos después, con un homenaje a Mercedes Sosa.
Ayer, en la reunión de Labor Parlamentaria los jefes de los distintos bloques acordaron anticipar la convocatoria, e inclusive redujeron el tiempo de exposición de los senadores para intentar que la votación en general se lleve a cabo entre las 20 y las 21, y el tratamiento en particular no vaya mucho más allá de la medianoche.
Para apoyar la sanción de la ley varias organizaciones llamaron a una marcha que iba a culminar a las 17 frente al Parlamento: las centrales obreras CGT y la CTA, la Coalición para una Radiodifusión Democrática, las universidades nacionales, y los movimientos sociales participaban de la convocatoria, que prometía extenderse tanto como dure el debate en el recinto.

/// análisis
Advertencia
Academia Nacional de Educación
El proyecto de ley de servicios audiovisuales pretende explicitar la importancia educativa, cultural y política de los medios de comunicación en todos los ámbitos sociales, así como la incidencia de la calidad integral, y no sólo técnica, de los contenidos transmitidos por esos instrumentos. Ello mismo hace imprescindible la valoración del impacto educativo que tiene la difusión de dichos contenidos. La opinión y el dictamen de los expertos en esta materia es tan importante como la de los conocimientos tecnológicos. Resulta por ello, inexplicable, que el proyecto remitido al Congreso Nacional no haya recibido ni recabado exhaustivamente el aporte de los sectores pertinentes dentro y fuera del Parlamento; y que no se someta al previo tratamiento de comisiones parlamentarias como la de Educación entre otras.
Esa omisión injustificada, por sí misma hace perder calidad y eficiencia a un instrumento legislativo, que declama enfáticamente sobre la incidencia de los contenidos mediáticos en la vida social y el papel de los medios de comunicación como educadores formales e informales en toda su diversidad y amplitud.
El mero hecho de que, en su articulado, el proyecto de ley manifieste explícitamente su preocupación por la incidencia de los contenidos en el contexto educativo de nuestra sociedad, no parece suficiente. Más allá de la letra del proyecto, el Congreso Nacional deberá mostrar su disposición efectiva para perfeccionar los mecanismos concretos que permitan el cumplimiento real de lo allí establecido.