llegan cartas
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“Dieta” de palabras
Beatriz G. Delupí.
¿Le preocupa mantener una silueta esbelta? Pues quisiera llamar la atención sobre un sobrepeso que no mencionan en las revistas para mujeres y que muchas veces pasamos por alto: el de nuestras palabras. Sí, las palabras llevan dentro una carga muy poderosa, para bien o para mal. Tomando esto en cuenta, la Biblia le propone que aprenda a usar bien su lengua y que la ponga al servicio de Dios. Con nuestra lengua bendeciremos al Señor y con ella maldeciremos a nuestro prójimo, hecho a imagen de Dios. Santiago nos dice que no debe ser así.
Nuestra forma de hablar tiene una influencia poderosa. Por lo general llenamos la vida de los que amamos con ideas opuestas a las verdades que Dios nos da en su Palabra. “Nunca vas a cambiar”; “te gusta hacerme sufrir”; “hijo, no te portás bien, no te voy a querer más...”. Tales frases son muy destructivas. ¿Qué tal si desde hoy empezamos la dieta? Debemos mostrarle al mundo que todo lo podemos en Cristo y que podemos disciplinar nuestra forma de hablar. Comencemos a decir palabras buenas y oportunas que ayuden a crecer y traigan bendición a quienes las escuchan. Cuando hablamos con Dios podemos decirle: Señor dame el poder del Espíritu Santo para que mis palabras sean como las de Cristo, palabras de vida para los demás. (De la Biblia Devocional para la Mujer - Editorial Vida - Basado en Santiago 3: 1-2).
Agradece a San Justo
Prof. Graciela Pacheco de Balbastro.
Presidenta del Instituto de Cultura Hispánica de Santa Fe
Señores directores: La subcomisión de cultura del club Sanjustino, con el auspicio de la Municipalidad de San Justo, organizó a inicios de este mes la XV Edición de la Fiesta del Libro, y con la filial sanjustina del Instituto de Cultura Hispánica de Santa Fe programaron una conferencia para el pasado viernes, y fui yo la encargada de desarrollar el tema “La ruta de los sabores en la Literatura universal”.
Los favores recibidos me obligan a este público agradecimiento. Con personas así, que brindan tiempo, tesón, esfuerzo, su casa y hasta su corazón, nuestro país deberá salir adelante. A esa exitosa Fiesta del Libro la viví como la metáfora de la “función salvadora” que posee la Literatura.
A riesgo de no recordar algún nombre y disculpándome desde ya por eso, destaco desde el fondo de mi alma agradecida a personajes inolvidables como Dorita Bonazzola de Estrada, presidenta de la comisión de cultura del club Sanjustino, quien nos alojó en su vivienda, a la Prof. Hilda Bugna de Nicola, coordinadora de Cultura, que guarda para sí el secreto de haberse sabido clonar, pues está en todo, al Sr. intendente de la ciudad de San Justo, Ing Marcelo M. Mauro, a la subsecreteria de Cultura y Educación, Graciela Comeron; a quienes les tocó picar las aceitunas negras hasta dejarlas del tamaño del huevo de esturión: Kety y Maruli Sonzogni y Marisa Ríos Ortiz de Doglioli, y a las coordinadoras de la filial San Justo del Instituto de Cultura Hispánica de Santa Fe, las Prof. Marité Angeloni de Bieler (capaz de convocar y ejecutar mil actividades por la cultura de su ciudad) y Raquel García de Gómez (la querida Lupe que fue la encargada de presentarme) a la tesorera de la filial, la infatigable Clarita Ghezzi de Giorge y a la Sra. de Alesso, fiel asistente a todas mis conferencias, por las dulces tarjetas que escribe para mí. Y para Coty Comeron de Theiler y Lucrecia Garay, de esta ciudad de Santa Fe, por los esfuerzos organizativos que realizaron para viajar hasta la vecina ciudad. A todos, mil gracias emocionadas.