La prensa opina

El principito

Claudia Herrera Pahl

Deutsche Welle

Los editorialistas comentan ácidamente el nombramiento de Jean Sarkozy, hijo del presidente francés, para un alto puesto.

Voix du Nord, de Lille: “¿Por qué tanta envidia y enemistad? ¿Por qué echarle en cara a Jean Sarkozy el haber encontrado un trabajo y que pronto a los 23 años de edad será catapultado a la cúspide de la empresa de derecho público Sociedad de Fomento de La Défense (Epad)? ¿Justamente cuando su papá anunció a fines de septiembre un plan de ayuda para la juventud? Papá presidente fue claro: “Quiero apoyar el empleo de los jóvenes”. El plan ha sido todo un éxito. Simplemente comienza por conseguir un empleo a su hijo. Mientras que casi el 25 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 24 años no tiene trabajo, por lo menos Jean Sarkozy, el hijo del presidente, ha hallado un empleo”.

La Repubblica, de Roma: “Antes de ser elegido presidente, Sarkozy prometió una intachable distribución de cargos. Con el nombramiento de su hijo como jefe de la más importante organización de administración del barrio parisino de negocios La Défense, ha quedado ahora en evidencia. La decisión es prueba de un tal grado de egocentrismo (...) que hasta la televisión china no justamente idónea para impartir lecciones en materia de democracia ha tomado el caso a la chacota”.

Libération, de París: “Hasta ahora teníamos una monarquía electoral. ¿Se transformará en una monarquía hereditaria? Se dice que el talento nada tiene que ver con la edad y que no se puede acusar a Jean Sarkozy de ser hijo de Nicolas Sarkozy. Pero si se analiza la acelerada carrera del príncipe Jean hay que reconocer que su mayor logro hasta ahora ha sido su nacimiento. ¿Cómo es posible que un joven que hace dos años que estudia derecho se transforme en presidente de una organización que administra miles de millones de euros en el barrio La Défense? ¿Es atribuible ello a sus logros y no a su nombre? Sólo hay una solución para esa decisión grandiosamente equivocada: el retiro de una candidatura que nunca debió ser presentada. Para asegurar que aún vivimos en una república.”

Basler Zeitung, de Basilea: “Jean Sarkozy no recibiría sueldo, pero sí una buena porción de poder. El puesto está considerado un trampolín, un formidable escaparate. La protesta de los adversarios políticos es enorme. Ha sido presentada una petición para impedir lo inevitable. A los Sarkozy se los acusa de comportarse como una dinastía hereditaria y de impulsar el nepotismo. Poco ayuda que Jean Sarkozy sea miembro del concejo en el departamento de Hauts-de-Seine, al que pertenece La Défense y que como antes el padre haya liderado allí la mayoría conservadora”.