Desde hoy en el Museo Municipal

Ana María Pizarro y sus “Paisajes”

La talentosa artista santafesina inaugurará “Paisajes y algún jardín” hoy en el Museo Municipal de Artes Visuales. El acto tendrá lugar a las 20 horas.

De la redacción de El Litoral

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Esta noche la reconocida pintora Ana María Pizarro presentará su última colección en el Museo Municipal de Artes Visuales (MMAV). Se trata de “Paisajes y algún jardín”, un trabajo que refleja acabadamente el talento que guarda esta maestra, de larga y prolífera trayectoria. La ceremonia tendrá lugar a las 20, en el espacio de arte ubicado en peatonal San Martín al 2068. La muestra podrá visitarse de forma gratuita hasta el 20 de noviembre.

El talento de una maestra

En diciembre de 2000, Domingo Sahda dedicó una edición de “Creadores Santafesinos” a la protagonista de esta muestra. En esa pieza, el reconocido crítico de arte sostiene que “en el corazón de su sueño de pintora, Ana María Pizarro desovilla las madejas de su vida. El filo de su mirada lúcida, inquisitiva, se concatena con el azuzado perfil; su pintar es un monólogo para consigo primero y para con el mundo después, buscando el sentido de la existencia; ésa que se desnuda en cicatrices de sus árboles sin hojas, que son sólo troncos tajeados por el espanto: llamadas que se repiten en el eco del espacio del cuadro, tal como se repiten sin ser los mismos, sin copas, sin raíces, sólo tránsitos entre el abajo y el arriba de la vida”.

En este sentido, Sahda se refirió a su obra sosteniendo que “la pequeña retrospectiva muestra el talento de una maestra, es una lección de pintura (...). En un camino predeterminado, sin caídas, sin desliz demagógico en busca de la aceptación por la aceptación misma, siempre poniendo en primer plano la calidad de la obra y lanzándola a la gente para que sea aceptada tal cual”.

Finalmente, el crítico explica que “cada etapa de su obra se manifiesta en la progresión del gesto de una creadora implacable en su búsqueda del punto primero, de la semilla de su sutil, delicada melodía tejida con niebla, susurros y a veces, soles esplendentes. Viajera cuyo sólo equipaje es el misterio del arte hecho cuadro, huella marcada de una vez y para siempre, que reniega del gesto amplio del grito. Obra que se distancia de corrientes y escuelas a la moda, la suya es su voz, su gesto propio, que es el intransferible de una creadora”.

Ana María Pizarro  y sus “Paisajes”

La excelencia artística se manifiesta en cada una de las obras de la expositora.

Foto: Gentileza producción

Sobre la maduración y el sacrificio

Ana María Pizarro nació en Villa María, Córdoba. Radicada en nuestra ciudad, realiza numerosa cantidad de exposiciones individuales en galerías de Rosario, Santa Fe, Mar del Plata, Córdoba y Buenos Aires. Entre éstas se destacan las realizadas en Galería Van Riel de Capital Federal y en el Museo Sor Josefa Díaz y Clucellas de Santa Fe.

En diversos salones obtuvo premios de indudable jerarquía como el Premio Pintura Adquisición en el LXVII Salón Anual de Santa Fe, 1970; 2º Premio Pintura Adquisición, en el IX Salón Bianual del Litoral y Centro Santa Fe, 1971; Primera Mención Pintura, en el LX Salón Nacional de Buenos Aires,1971; Medalla de Oro, en el Salón de la Fundación Steinberg; Premio Beca de la provincia de Santa Fe, 1972; 2º Premio Adquisición -Museo Sívori- Buenos Aires, 1972; Premio Adquisición Cámara de Senadores -61 Salón Anual de Santa Fe, 1984; y Premio Adquisición del Salón Nacional de Entre Ríos en 1989.

Ana María ha declarado que “la pintura, como el trabajo del espíritu, acompaña al hombre en todo su proceso. La necesitamos así... El pintor es un profesional que debe vivir de su pintura. Detrás de cada obra hay años de maduración y sacrificio. El logro de una buena obra no se debe sólo al talento. Lo ideal sería poder determinar hasta qué punto es real el valor de la producción artística”.

Sobre su obra, Jorge Reynoso Aldao escribió que “sus paisajes aparecen como pétreos, soledosas llanuras, despojadas terrazas constituyen el detenido mundo de las pinturas de Ana María Pizarro”, en tanto críticos porteños han señalado que en su obra campea la soledad absoluta.