“Sector 9”

Héroe por fuerza mayor

Ignacio Andrés Amarillo

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Peter Jackson se ha caracterizado por tomar desafíos, y por meterse en el cruce de los “géneros populares” con el “cine de autor”. De hecho, su etapa como celebridad se inició con la obra máxima de la épica fantástica en el cine (La trilogía de “El señor de los anillos” (filmada de una sentada, o casi) y siguió con su versión de “King Kong”, en la que se dio el gusto de editar como corte final lo que suele ser el “corte del director”, de unas tres horas.

En la ocasión, y esta vez en su faceta de productor, el neozelandés optó por apoyar el emprendimiento del debutante realizador sudafricano Neill Blomkamp, quien retomó una vieja idea de un cortometraje realizado años atrás: mostrar un apartheid de alienígenas en Johannesburgo, bajo el formato de un documental televisivo.

Por su parte, la ciencia ficción, especialmente a través de la obra de Phillip K. Dick (pensemos en filmes basados en su textos, como “El vengador del futuro”, “El pago”, “Minority Report” e “Impostor”) ha trabajado la idea del perseguido por el sistema, en particular cuando se trata de un ex perseguidor o representante del orden (es el caso de casi todas las cintas mencionadas).

En la versión de Blomkamp esto alcanza especial patetismo, al elegir como protagonista a Wikus Van De Merwe (Sharlto Copley), un oscuro burócrata que sufrirá una transformación... en más de un sentido.

El elegido

El cuentito es más o menos así: 20 años atrás, una nave espacial quedó varada sobre la capital del país africano. Adentro, había una multitud de alienígenas desnutridos, que fueron relocalizados bajo la nave, en un barrio amurallado denominado District 9, supuestamente en carácter transitorio.

En la actualidad, y luego del rechazo de la población civil por estos seres mal llamados “prawns” (en la versión local se los traduce literalmente como “langostinos”, pero en Sudáfrica también se puede entender como “grillo gigante”), se toma la decisión de trasladarlos al District 10, a 200 kilómetros de la ciudad: dicha tarea queda a cargo de un contratista privado, la MNU (se puede pensar en los ejércitos privados que operan en Irak, haciéndose cargo de tareas tanto civiles como militares).

El coordinador de la tarea será Wikus, que llegó al puesto en buena parte por ser yerno del jefe. En la tarea, se contaminará con un valioso fluido alien que lo convertirá en un ser híbrido, y en la clave del acceso terrícola al armamento extraterrestre. Por tal motivo, varios iniciarán su cacería.

Cruce de géneros

La historia no es explosivamente novedosa, pero sí el modo en que está contada: no está aquí el Tom Cruise de “Minority Report”, sino alguien que parece salido de la versión inglesa de la serie “The Office”. Además, la clave está en el pretendido registro de documental, que permite adelantar información e ir dándole forma a la historia. De todos modos, no todo el relato puede entrar en el formato (por ejemplo, cuando el personaje está solo y oculto), pero de todos modos la “narración omnisciente” emparenta su estética con lo otro, por lo que el relato fluye naturalmente. Aparte esto permite mostrar cómo son los personajes on y off the record, sus mentiras y miserias.

Por lo demás, el relato termina decantando en el género de la acción, con algunas trazas de la estructura del western: uno de los metarelatos de ese género es el del héroe solitario que para redimirse debe enfrentarse con su ex banda (idea que recicló exitosamente Israel Adrián Caetano en “Un oso rojo” por cierto, verdadero western del conurbano). Aquí, Wikus calzará armadura de batalla alien para defender a sus nuevos amigos y confrontar a los mercenarios de la MNU, sus antiguos compañeros de tareas. Y sí, habrá “tiro, lío y cosha golda”, como diría el pequeño Oaky, para los amantes de las emociones fuertes, y también amor y evolución espiritual, para quienes gustan de emociones elevadas.

Sin entrar en detalles, el final es abierto, aunque el espectador seguramente albergará en su corazón la esperanza de que las promesas se cumplan y Wikus pueda lograr su sueño.

Discriminación en serie

No es raro que un sudafricano reflexione sobre la idea del apartheid, aunque por estos pagos puede llamar la atención viniendo de un afrikaaner (descendiente de holandeses). El filme muestra también a la población negra siendo parte de la discriminación a los aliens, algo que da que pensar sobre las repeticiones en la historia (el siglo XX estuvo plagado de eso). Por cierto, también llama la atención la cantidad de blancos, especialmente afrikaaners, que están en puestos importantes en las organizaciones que muestra la cinta: señal de que otras cosas tampoco han cambiado tanto.

Héroe por fuerza mayor

Wikus Van De Merwe (Sharlto Copley) pasará de ser un oscuro burócrata a un arrojado luchador... entre otras “transformaciones” que deberá afrontar.

Foto: Archivo el Litoral

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BUENA

“Sector 9”

“District 9” (Estados Unidos/ Nueva Zelanda/ Sudáfrica, 2009, en inglés). Dirección: Neill Blomkamp. Con Sharlto Copley, Jason Cope, Nathalie Boltt, Sylvaine Strike, John Summer y William Allen Young. Guión: Neill Blomkamp y Terri Tatchell. Fotografía: Trent Opaloch. Música: Clinton Shorter. Edición: Julian Clarke. Diseño de producción: Philip Ivey. Duración: 112’. Calificación: SAM 16. Se exhibe en Cinemark.