Al margen de la crónica
Un premio de los que valen
Hace poco, la Escuela Agrotécnica Nº 487 de la ciudad de Malabrigo recibió una buena noticia: un proyecto que fue desarrollado a lo largo del año pasado por cuatro de sus estudiantes (en realidad, hoy ex alumnos de la entidad educativa) alcanzó el tercer puesto en la categoría Escuelas Técnicas Inet, en el marco del Concurso Innovar 2009. Puntualmente, se trata de un novedoso diseño consistente en una máquina para plantar frutillas, que replica en su sistema la técnica manual que se utiliza en este cultivo y permite colocar de manera semiautomática los plantines sobre el mulching.
El premio obtenido por los jóvenes malabriguenses Alejandro Fabbro, Pablo Spontón, Alan Zanel y Alexis Tofful, coordinados por docentes del mencionado establecimiento, reviste una gran importancia. En primer lugar, porque se ubica entre los proyectos más destacados en el marco de un concurso nacional de alto nivel, que apunta a destacar el diseño, las técnicas y el nivel de originalidad de los distintos trabajos presentados. Y que intenta, al mismo tiempo -tal como figura en la página web del certamen-, “consolidar un ambiente proclive a la innovación en la sociedad”.
Pero el mayor grado de relevancia del galardón obtenido se relaciona con el enorme empeño puesto de manifiesto por los impulsores del novedoso producto. Es que los cuatro jóvenes trabajaron con presupuestos muy acotados, en un espacio físico limitado, con pocas herramientas; muchas veces, fuera del horario de clases e, incluso, en épocas de receso escolar. Pero -y aquí radica el mayor mérito- guiados por un enorme entusiasmo orientado a creer en el potencial de una idea. Por eso, este premio, mas allá del indudable valor de dar a conocer el trabajo a nivel nacional, es de los que realmente valen como reconocimiento al esfuerzo.
