Una ciudad, un país: Kuala Lumpur, Malasia

Esta cosmopolita urbe es una ciudad de contrastes donde conviven la arquitectura moderna con el arte islámico.

Una ciudad, un país: Kuala Lumpur, Malasia

Malasia es un destino fascinante para ir de vacaciones. Los visitantes a menudo se sorprenden al descubrir lo desarrollado que está el país y la modernidad que ostenta, aún manteniendo la riqueza y variedad de las tradiciones culturales.

TEXTOS Y FOTOS PROF. MARIO A. LAGUZZA.

Vista a la distancia, Malasia es una tierra incógnita y milenaria que refleja historia por donde se la vea, salvo -valga la ironía- en la puerta principal de entrada. Un Aeropuerto Internacional muy moderno, luminoso e inmenso y una ciudad capital que sorprende por su belleza y modernidad.

Seguramente, al llegar haga bastante calor y es probable -según la época del año- que llueva. Por eso y sobre todo después de un viaje de casi 22 horas, lo recomendable antes de salir a recorrer lugares, es descansar el primer día para acomodar los horarios del cuerpo.

Y luego, si, va a haber alguien que no se olvide de decir salamat datang, “bienvenido” en bahasa malaysia, idioma oficial del país. Quizá sea alguna mujer musulmana oculta tras una manta llamada baju kurung. quizá sea algún hombre, casi uniformado con habituales pantalones y una camisa lisa de la misma tela y del mismo color y con un sombrero llamado baju melayu. Quizá algún indio o algún chino, pero lo que es seguro es que alguien amable va a estar ahí.

¿DÓNDE QUEDA?

Malasia, llamada también Federación Malaya, es un estado del sureste asiático que ocupa la mayor parte de la península de Malaca, que es prolongación de la Indochina y está limitada al norte por Tailandia; al sur con el Estrecho de Singapur; al este con el mar Meridional de la China y al oeste con el Estrecho de Malaca.

Políticamente, la península se reparte entre Tailandia, la Federación Malaya y la ex colonia inglesa de Singapur.

Pero Malasia, además de extenderse en un territorio peninsular, también se desarrolla en un área insular ocupando gran parte del norte de la isla de Borneo, que comparte con Indonesia.

La superficie de ambos territorios totalizan 330.000 kilómetros de extensión. La región peninsular, que es la más desarrolladas de ambas zonas, tiene una longitud de 1.500 kilómetros en sentido norte-sur, y un ancho que varía entre 70 kilómetros y un máximo de 330. Esta angosta lengua de tierra tiene la forma de una serpiente corta con la cabeza hacia el sur.

El relieve del territorio peninsular de Malasia, si bien presenta algunas llanuras, es -en general- esencialmente montañosa pero de alturas moderadas que no llegan a superar los 2.000 metros. En cambio, en la Malasia insular (norte de la isla de Borneo) se alcanzan las mayores alturas que superan los 4.000 metros.

Por su situación astronómica cercana al Ecuador, el clima de la península de Malaca es más benigno que el de otros países de la misma latitud, debido a la influencia del mar y a la elevación del terreno. En general es cálido y húmedo, con abundantes lluvias que aportan los vientos denominados “Monzones”. como consecuencia de sus condiciones climáticas, el 74 % de su territorio está cubierto de una importante riqueza forestal.

UNA ECONOMÍA EN RÁPIDO DESARROLLO

En función de sus características naturales, Malasia es uno de los países privilegiados en lo que a dotación de recursos naturales se refiere.

La Federación Malaya es, en efecto, el primer productor mundial de caucho y de estaño, dos productos de gran valor económico en estos tiempos.

Tres circunstancias dan valor económico a la Federación: una riqueza agrícola fundamentada en el caucho, arroz, palma de coco y frutas tropicales; una riqueza minera basada en el estaño, hierro y bauxita, y una situación geográfica sumamente favorable en la zona de contacto entre el océano Pacífico y el Índico, y muy próxima a centros económicos tan activos como todo el sureste asiático.

El aprovechamiento de todo este ingente potencial se comenzó a realizar intensivamente a partir de las dos últimas décadas del siglo XX, cuando la economía experimentó un crecimiento espectacular convirtiendo al país en uno de los denominados “tigres asiáticos” del sureste del continente, en forma conjunta con singapur, Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur.

Su inicial orientación hacia la sustitución de importaciones se ha ido modificando hacia un tipo de industria especialmente volcada hacia el exterior. Así se explica la gran importancia adquirida por la industria del caucho, de la madera, del aceite de palma, del petróleo y, en conjunto, de las plantas procesadoras de materias primas. Pero también de la industria pesada, material de transporte, en particular la automotríz; componentes electrónicos; maquinaria; química; construcción naval, etc.

Se debe destacar también el activo papel prioritario desempeñado por el Estado en el desarrollo de la economía en los sucesivos planes económicos, desde finales de los sesenta, y la activa iniciativa desarrollada por el capital extranjero han abocado a un importante crecimiento de la industria de Malasia, hasta convertirse en un sector clave de la economía.

HISTORIA, TRADICIÓN y CULTURA

Malasia es una sorprendente mezcla de razas y culturas que se refleja en la apariencia de sus pobladores, sus costumbres, religiones, idiomas y hasta de su gastronomía.

Los portugueses dominaron la región por algo más de un siglo a partir de 1511. Posteriormente, en 1641, otro poder colonial, el holandés, desalojó a los portugueses y se estableció en la península de Malaca. Un siglo y medio después pasó a ser dominio de la corona británica por casi dos siglos.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, la presión de las fuerzas independentistas locales como el Movimiento Nacionalista Malayo, llevó a que en agosto de 1957 los ingleses abandonaran el territorio y se proclamara la independencia nacional el día 31 de dicho mes, constituyéndose así la Federación Malaya.

Existe una fuerte relación entre el aspecto multirracial y multicultural del país y su historia. Además de los malayos y los grupos nativos, los inmigrantes de China, India, Indonesia y otros países han contribuido a la composición multirracial de su población. Su interesante diversidad cultural se puede atribuir en gran parte a la larga relación del país con el resto del mundo y con el colonialismo de los portugueses, holandeses y británicos. Como consecuencia, la evolución del país dentro de una mezcla de culturas es evidente en su diversidad religiosa, actividades socio culturales y tradicionales, la forma de vestir, las lenguas y la comida.

En Malasia, la raza predominante con un 58 % la constituyen los malayos, seguidos por los chinos con el 26 %; los indios cuentan un 7 %, y otras etnias un 9 %.

Malasia está gobernada por una democracia parlamentaria con un sistema legislativo dividido en dos cámaras. el Presidente del Gobierno es el Primer Ministro.

El idioma oficial es el malayo, pero el inglés se habla en todo el país; además es lengua obligatoria en las escuelas. Los grupos étnicos también hablan varios idiomas y dialectos como el Cantonés, Mandarín y otros.

La religión predominante y oficial del país es el Islam, pero otras religiones se practican con libertad como el budismo, cristianismo, etc.

La población actual de la Federación Malaya es de 27 millones de habitantes y su capital y ciudad más importante es Kuala Lumpur.

La tasa de alfabetización alcanza el 83 %, y la esperanza de vida es de 70,8 años.

LAS PETRONAS, UN EMBLEMA

Por primera vez en 110 años, la tradición de que los rascacielos más altos del mundo estuvieron en América del Norte fue rota por estas magníficas torres gemelas erigidas en Malasia. Se convirtieron en el símbolo del país y en la sede de la compañía estatal de petróleo, “Petrona”.

En el pujante corazón moderno de Kuala Lumpur se alzan imponentes en sus 452 metros de altura estas emblemáticas torres, un par de gemelas que brillan por su presencia. Estas gigantes de 88 pisos -una de las imágenes más difundidas de Malasia- fueron diseñadas en 1993 por el arquitecto argentino (radicado hace ya muchos años en los EE.UU) César Pelli, que se inspiró en los Cinco Pilares del Islam.

Es así que la famosa construcción respeta los principios geométricos islámicos. La elaborada complejidad de las Torres Petronas evoca los antiguos templos hinduistas y las pagodas de Malasia, mientras que su esbeltez también sugiere la estilizada forma de un minarete de mezquita.

A pesar de que en el año 2004 fueron superadas en altura por el rascacielos 101 de Taipei -en Taiwán- siguen siendo, como “torres gemelas”, las más altas del mundo y con la particularidad de que están conectadas a la altura del piso 41, a 170 metros del suelo por una suerte de puente o pasarela aérea de 58 metros de longitud que comunica ambas torres, permitiendo el paso del público entre ambas construcciones. Este “puente” reposa sobre unas vigas diagonales que se apoyan en el piso 29.

La superficie donde se levantan estos dos rascacielos tiene una extensión de 40 mil metros cuadrados, donde se encuentran un gran centro comercial, la sede de la Orquesta Filarmónica de Malasia y, rodeando a todo ello, un hermoso espacio verde con jardines, fuentes y bellos árboles.

Los cimientos donde reposan las torres alcanzan la profundidad récord de 125 m. A partir del piso número 50 las torres inician una serie de 8 escalones suaves, cada vez más cortos a medida que se acercan al último piso. Los dos edificios están coronados por sendos mástiles que salen de linternas esféricas. Estas torres han resultado el escenario perfecto para la filmación de películas de acción, como “La trampa”, con Catherine Zeta-Jones y Sean Connery.

La extraordinaria altura de las torres ofrece vistas espectaculares sobre la capital malaya. Y si impresionan de día, de noche resulta inolvidable ver sus siluetas iluminadas lanzadas hacia el cielo, o cuando la luz del sol brilla sobre su acerada superficie.

Las Torres Petronas se pueden contar entre las estructuras más bellas creadas por el ser humano, y Kuala Lumpur se jacta de poseerlas.

Los viajeros que las visitan encuentran privilegiados puntos de observación para otear los paisajes urbanos de su capital, que es una de las más dinámicas del continente asiático.

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El progreso de Malasia queda reflejado en la pujanza de su ciudad capital. Su población supera los 2 millones.

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De noche resulta inolvidable ver las siluetas de las Torres Petronas iluminadas.

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Torre Menara Kuala Lumpur inaugurada en 1995. Se eleva a 421 metros.

UNA MODERNA CAPITAL

Kuala Lumpur es la pujante capital malaya que revela en su diversidad arquitectónica la herencia de numerosas tradiciones del sudeste asiático.

Es una ciudad moderna y auténtico escaparate del crisol de culturas que es Malasia. Suntuosas mezquitas de finales del siglo XIX y de arquitectura islámica contemporáneas conviven con modernísimos rascacielos vidriados en equilibrada armonía. La Mezquita Nacional es el santuario más llamativo e la ciudad, tal vez porque combina elementos de la arquitectura moderna con la exquisita ornamentación típica del arte islámico.

A tono con los récords de altura que lidera el emblema de la ciudad y del país, las famosas “Torres Petronas” con sus 452 metros, la ciudad también exhibe orgullosa la “Torre Menara Kuala Lumpur” inaugurada en 1995 y que, con sus 421 metros, es la más alta del continente asiático y quinta en el mundo. Esta torre funciona como estación de transmisiones de radio y televisión. Hasta allí arriba pueden llegar los visitantes atraídos por la experiencia de poder almorzar o cenar en su restaurante giratorio, a más de 300 metros de altura. Asimismo, la torre posee un mirador que permite apreciar espectaculares vistas de la ciudad y alrededores.

Kuala Lumpur cuenta en la actualidad con dos millones de habitantes, la mayoría son de origen malayos, chinos y de la India. Pero su más de siglo y medio de colonialismo inglés queda reflejado no solo en el idioma, sino además en el patrimonio arquitectónico de muchos edificios como, por ejemplo, la magnífica estación de ferrocarriles construida en 1911.

A Kuala Lumpur se la denomina “la ciudad jardín” debido a la gran cantidad de espacios verdes, parques, jardines, calles arboladas y abundancia de plantas para proveer a la misma de pulmones ecológicos.

Esta cosmopolita urbe es una ciudad de contrastes. Mientras los malayos se encuentran más que orgullosos de sus nuevas estructuras, los edificios más antiguos también atraen.

Modernas autopistas circundan la ciudad y comunican a diversos destinos, entre ellos el moderno Aeropuerto Internacional.

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Las Torres Petronas están rodeadas por un amplio espacio verde con fuentes y lagos.