Palabras que hacen daño

Palabras que hacen daño

La violencia verbal y el maltrato hacia los chicos son ejes de una campaña de difusión que se desarrolla en todo el país, en el marco de las dos décadas de la Convención sobre los Derechos del Niño.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS Y CONSEJO PUBLICITARIO ARGENTINO. FOTO. EL LITORAL.

El 20 de noviembre se festejó el 20º Aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño. Dicha conmemoración resultó una oportuna ocasión para reflexionar sobre temas vinculados a la prevención, protección y rehabilitación de los niños y niñas víctimas de maltrato.

En este sentido, el Equipo Diocesano de Niñez y Adolescencia y el Consejo Publicitario Argentino, con la adhesión de Cáritas y Red Solidaria, trabajaron en la temática con la campaña “El maltrato verbal es violencia”, para los medios de comunicación.

Esta iniciativa, realizada por Ogilvy Argentina, busca movilizar a la sociedad sobre las consecuencias del maltrato infantil, que afecta a niñas y niños de todos los estratos sociales, y se fundamenta en la promoción de los derechos de la infancia.

La campaña apunta a impulsar la reflexión en los adultos y generar cambios de actitudes. La apelación creativa “Escuchate” sintetiza el concepto del mensaje.

LA CONVENCIÓN

El 20 de noviembre de 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño. El tratado internacional está compuesto por 54 artículos, y reconoce que todas las personas menores de 18 años tienen derecho a ser protegidas, desarrollarse y participar activamente en la sociedad, estableciéndolas como sujetos de derecho.

En este marco, la sociedad argentina se debe la oportunidad de repensar las formas en las que se establecen las relaciones y plantearse con seriedad un cambio que permita terminar con la violencia más dañina, la proveniente de aquellos de quienes el niño espera recibir protección y afecto. Esta violencia, que erosiona lo más básico de la persona, genera profunda desconfianza en cualquier posibilidad de ser amado y valorado. La baja autoestima propende a una actitud reactiva violenta. La respuesta a la violencia es más violencia.

CONSEJOS PARA LOS PADRES

Una gran mayoría de padres que maltratan a sus hijos lo hacen porque no encuentran alternativas de manejo conductual. En el sitio web www.escuchate.org.ar se aporta información y opciones para ellos:

- No disminuyas su autoestima: si lo agredís verbalmente, si lo insultás, la capacidad del niño para superar problemas se ve sumamente comprometida. Recordá que vos sos la máxima autoridad y tu palabra es la verdad absoluta, si vos le repetís muchas veces que es un tonto, seguramente se convertirá en tonto.

- Hacé hincapié en lo positivo: es muy común que el niño se porte bien la mayor parte del tiempo. Sin embargo al no darnos problemas no percibimos su conducta. No es sino hasta los 30 segundos de mal comportamiento que nos percatamos de él, y sólo señalamos ésto.

- Enseñá con el ejemplo: si le pegás a un niño, él aprende que cuando tiene problemas con los demás ésto se resuelve a golpes. Si mentimos, él aprende a mentir; si robamos, aprende a robar.

- Pedí orientación o ayuda: hay una gran variedad de lugares llamados Escuelas para Padres donde se imparten charlas. Preguntá en la escuela de tu hijo o contactá a alguna institución.

PARA LOS DOCENTES

Los docentes están en contacto diario con los niños; por eso se constituyen en una de las personas más importantes para prevenir, detectar o impedir el maltrato físico y emocional. Son quienes observan regularmente a los niños y niñas, y pueden percibir sutiles cambios en su comportamiento y en su humor. Por otro lado, constituyen una figura de autoridad ante los padres y su adecuada orientación puede ser trascendental en la vida del niño.

¿Cómo pueden los docentes detectar el maltrato? A través de ausencias frecuentes de la escuela; si observan moretones, chichones y cualquier tipo de lesión frecuente y que el niño encuentre difícil de justificar; si se presentan cambios súbitos en el rendimiento escolar, o aislamiento, tristeza o ansiedad; si el niño pelea con frecuencia, su comportamiento es agresivo y es muy difícil controlarlo; si se distrae y es incapaz de concentrarse; si llora de todo, es muy temeroso, se aterroriza si se envía un mensaje a sus padres; si es blanco frecuente de las burlas y de la agresividad de sus compañeros, ya sea que reaccione con violencia o pasividad.

Los docentes pueden recibir orientación, capacitación y apoyo en instituciones especializadas. Mientras tanto, algunas sugerencias son: mantener un contacto estrecho con las familias en las que se sospecha que existe maltrato; mantener un canal de comunicación institucional con los lugares que les puedan brindar apoyo; hablar con los alumnos y explícarles qué es el maltrato físico y emocional, y tocar el tema con los padres durante las reuniones escolares.

Por último, si un padre habla de la manera en la que maltrata a su hijo, no se muestren ofendidos o escandalizados: escúchenlo e ínstenlo a buscar ayuda.

TRATAMIENTO

Existen patologías específicas, tanto en el padre como en el niño, que pueden derivar en situaciones de maltrato. En estas circunstancias es recomendable acudir a evaluación, pedir al pediatra o médico familiar que recomiende un psiquiatra o psicólogo que pueda dar orientación y consejo para tratar el caso.

AYUDA

Una persona fuera del núcleo del conflicto, alguien que no está involucrado en nuestro diario vivir, tiene una perspectiva más clara para detectar el origen del problema, además de que los especialistas en salud mental suelen manejar este tipo de situaciones, y no emiten ni juicio ni crítica.