La contienda en lo trivial

Por José Amadón

“El Alebrije”, de Osvaldo J. Barbieri. ATE, Santa Fe, 2008.

“A veces, un hecho trivial puede originar una contienda”, reza el inicio de uno de los cuentos de Osvaldo J. Barbieri, y la sentencia puede en gran parte sintetizar el núcleo desde el que se desarrollan sus historias: la voz de un aparato nos habla de la relación de una familia con la televisión e intenta demostrar que está lejos de ser simplemente una “caja boba”; la rutina del cruel trabajo de un hombre en un parque de diversiones se ve enaltecido por la aparición de un hombre piadoso; una paloma que irrumpe en el lecho amoroso de un concejal y una concejala desencadena una serie de delirantes planes de exterminio; un hombre encuentra el amor en un aviso clasificado y los ahorros para su sepelio se transforman en una dádiva a la exaltación de la vida; una formal cena de cumpleaños desata los vientos aciagos de las represiones y terrores del pasado; un muchacho que durante la inundación cuida en el techo las pertenencias de la familia encuentra la manera de iluminar con amor la intemperie; una historieta y los sutiles detalles de su elaboración instigan a la barbarie a los chicos de una pequeña ciudad; tras una revolución en un país bananero, un ex comisario es llevado a juicio, un papagayo dicta su sentencia y, en el camino al exilio, el condenado se identifica con el destino de grandeza de John Wayne; unos internados en el psiquiátrico recrean a su manera una radionovela mexicana sobre un ser demoníaco que “pervive en las tinieblas del alma y encarcelado en nuestra conciencia moral, pugna por liberarse constantemente”.

Así, con un amplio despliegue de ámbitos, situaciones y personajes, haciendo gala de una rica diversidad, Barbieri crea narraciones contundentes, en las que, más allá del dolor, la sordidez y lo aciago que pueda ser ser el marco de acción (esa “En una región incierta”, como se titula otro de sus libros de cuentos), es el individuo quien se destaca con su fuerza -sea positiva o maligna-, con su rebelión a un destino impuesto, su despropósito o sus ilusiones.

Es de destacar el papel que juega el humor, en general canalizado a través de la ironía o de la irrupción delirante, en algunos de los cuentos de este conjunto, en el que todos hacen gala de un estilo certero, depurado y diáfano.

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Osvaldo Barbieri.

Foto: Luis Cetraro

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