Conforme pasa el tiempo, mejor juega
Roger Federer, como el vino
A pesar de estar a meses de cumplir sus 29 años y de haber sido padre de mellizas hace seis meses, el helvético jugó de manera brillante la final del Abierto de Australia y alzó su decimosexto título de Grand Slam.
Otra más... La decimosexta copa de Grand Slam que levanta Roger, un récord absoluto en la historia del tenis mundial.
Foto: Agencia EFE.
Redacción El Litoral
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El tiempo no pasa para Roger Federer. O lo que es mejor, optimiza las condiciones del suizo, que jugó la vigesimosegunda final en un torneo de Grand Slam, y se llevó el decimosexto título en este tipo de torneos.
El helvético tomó rápida ventaja y en el tercer parcial pareció aflojar, pero sólo fue una sensación. Porque levantó el marcador cedido, luchó hasta el final y se quedó con el triunfo en sets corridos para dejar al escocés con el amargo sabor de ser el único del top 5 que aún no ha levantado una copa del Slam, y a los británicos sin festejar semejante logro por un año más, desde hace 74.
Inexpugnable
Cuando estaba todo dado para que Andy Murray buscará con armas confiables el primer triunfo en un torneo grande, Federer salió a jugar como nunca, tomó las riendas con facilidad, sacó rápida ventaja en el marcador y volvió cuesta arriba la historia para el de Dunblane, Escocia.
Luego de quedar 6-3 y 6-4 en un rato, volvió de una ventaja desfavorable de 2-5 en el tercer capítulo, llevó la definición al tie break y salvó cinco bolas de set para cerrar el encuentro en su tercer match point, por 13-11.
Así, se hizo de su decimosexto título del Grand Slam, en su final número 22 en este tipo de competencias. Venció a Murray por quinta vez en once presentaciones y por segunda consecutiva en finales de torneos “grandes”.
Lo dejó ir
Murray tenía todo para ganar. Había llegado a la final fresco, tras ceder únicamente un set en seis partidos anteriores. Había vencido al defensor el título, el español Rafael Nadal, en cuartos de final, y gozado de un día más de descanso que Federer para afrontar el último paso. Pero nada alcanzó para el británico, que ve crecer su karma, el de no poder alzar ninguno de los cuatro trofeos más importantes del calendario tenístico mundial.
Al borde del llanto
“Felicidades, Roger, lo que has conseguido con tu tenis es increíble. Ojalá que algún día pueda volver y ganar aquí”, dijo a punto de llorar Andy. “Lo siento, no lo pude conseguir esta noche”, continuó, y su voz se quebró.
Luego fue terminante. “Puedo llorar como Roger, pero es una pena que no pueda jugar como él”, añadió recordando las lágrimas del suizo en la final del año pasado contra Nadal. “Ya está”, concluyó abruptamente su discurso.
Por su parte, Federer quiso quitarle seriedad al asunto. “Lo hiciste mejor que yo el año pasado en ese sentido. Muy bien por tu fantástico torneo, no te preocupes porque un día ganarás un Grand Slam. Estoy en la Luna ahora después de haber jugado el mejor tenis de mi carrera en estas dos semanas”, expresó el helvético.
Por último admitió la importancia de lo logrado. “Todos los Grand Slams son importantes, pero éste ha sido muy especial, es mi primero como padre”, recordó.
Mellizos exitosos.
Los hermanos estadounidenses Bob y Mike Bryan ganaron el título de dobles del Abierto de Australia por cuarta vez, al derrotar en la final al canadiense Daniel Nestor y al serbio Nenad Zimonjic, por 6-3, 6-7 (5) y 6-3. Con éste, obtuvieron el octavo título de Grand Slam de su carrera.
Desazón. Muy “bajoneado” quedó Andy tras una nueva frustración en torneos “grandes”. El triunfo de Del Potro en el US Open le agregó presión.
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Resumen. Lo que sienten los fanáticos de Roger a veces parece cumplirse en la cancha.
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Del Potro, y poco más...
La actuación de los tenistas argentinos en el primer torneo del Grand Slam del año 2010 no fue para nada destacada. Algo similar viene ocurriendo desde la temporada precedente. Sólo Juan Martín Del Potro se acerca a las instancias finales, mientras a los demás le cuesta superar la segunda ronda.
En esta edición del Abierto australiano, el tandilense alcanzó los octavos, mientras Juan Mónaco sucumbió en tercera vuelta. Los demás (cinco jugadores) no pasaron el debut.
El año anterior ocurrió algo similar. Del Potro se consagró campeón el US Open pero además de Acasuso (perdió en tercera), ninguno superó la segunda vuelta. En Wimbledon ocurrió algo peor aún. Nadie (ni siquiera “La Torre de Tandil”) fue más allá de la ronda de 64.
En Roland Garros, Delpo alcanzó las semifinales y Máximo González, la tercera ronda; los restantes representantes argentinos tuvieron una mediocre actuación. Lo mismo ocurrió en el Australian versión 2009, con Del Potro “salvando las papas” del tenis nacional con su ingreso a cuartos de final.
No es novedad que el deporte blanco de nuestro país a nivel internacional no está pasando su mejor momento, más allá de la brillante actualidad del grandote bonaerense. Si bien son nueve los “albicelestes” entre los mejores 100 del planeta, los puntos obtenidos llegan por torneos Challengers o bien por pequeños certámenes del International Tour.
Lo importante será no perder las esperanzas, que los profesionales que están puedan mejorar y que los juveniles que tan buenos resultados están cosechando en sus categorías, puedan rápida y certeramente dar el salto necesario para seguir alimentando la transición que tan bien lidera Juan Martín Del Potro.
Roger Federer
Tenista suizo
“Hay una nueva generación que viene. Yo dominé las pistas duras y la hierba durante mucho tiempo, y Rafa la tierra, pero la presión de la nueva generación que está llegando me hace mejorar”.
Así, el suizo explicó su vigencia en el máximo circuito del tenis mundial.
Se divierten. Vera Zvonareva y Victoria Azarenka jugaron un gran partido por octavos, que quedó en manos de la segunda. Tras el choque, el saludo fue muy efusivo, por el cerrado duelo que habían protagonizado minutos antes.
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Caminos diferentes. Mientras Roger apuntaba al título, Jo Wilfried Tsonga se sacaba la cabeza pensando cómo hacerle partido a su rival. El suizo fue inexpugnable y le ganó en menos de dos horas para pasar a la final.
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Service completo. El alemán Tommy Haas debió recibir asistencia médica en pleno duelo de tercera fase ante el francés Tsonga. Un problema en la zona lumbar no le permitió desenvolverse con total libertad. Cayó en cuatro sets.
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¿Volvieron los lentos? Parece, pero no. Es el saludo final entre Andy Murray y Rafa Nadal, luego de que éste decidiera abandonar por una molestia física. Es el preciso momento en que el español le explica a su rival los motivos de su decisión.