Hora de gestión y resultados

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Hermes Binner.

 

Teresa Pandolfo

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Concluye una semana difícil para usuarios, contribuyentes y para el gobierno.

A los problemas en la prestación de los servicios básicos que sacan de quicio a nivel domiciliario y perjudican en el campo económico, se suma la llegada de boletas de impuestos que hasta duplican los valores que se venían pagando.

Los argumentos para la suba de las imposiciones fiscales son entendibles: es real que durante años no se movieron, pero ahora el contribuyente se encuentra con que todo va para arriba: desde la presión fiscal hasta el precio de los servicios y de los elementos que componen la canasta diaria, aquella que una familia no puede obviar.

Esta suma de incrementos asusta, preocupa. Frente a la obligación de privilegiar los consumos básicos, otras actividades se verán resentidas porque no habrá ningún porcentaje de aumento de haberes que pueda compensar esta andanada de subas. Políticamente, lo sucedido resulta incorrecto.

Replanteo

Pero también para el gobierno ha sido una semana compleja: la calidad de gestión del doctor Hermes Binner quedó como al desnudo o, mejor expresado, los que quedaron en descubierto fueron los problemas de gestión que se observan en el gobierno.

Y dentro de este panorama, lo más serio es que Binner y su gabinete no asuman que tienen responsabilidades respecto de lo que sucede en la provincia. Que no todo lo que ocurre puede remitirse sólo a yerros u omisiones de las gestiones anteriores, como si este gobierno hubiera asumido el 11 de diciembre de 2009 y no dos años antes.

Cuando se cumplieron dos años del Frente Progresista en la Casa Gris no hubo ni un intento de autocrítica; siempre la responsabilidad se trasladó a otros. En líneas generales, se puede decir que la crispación que se observa en la población es porque ya no tolera excusas: “No nos dejaron recursos en caja”, “No nos dieron la reforma tributaria”; “No se hicieron inversiones en la EPE”, etcétera.

En realidad, lo que le pasa al gobierno es que se le terminaron los “títulos” de los cambios que iba a producir y debe demostrar ya resultados concretos de una situación que prometió que sería mejor en muchísimos ámbitos.

El gobierno hasta ahora ha tenido muy poco para exhibir y, además, preocupa su dinámica bastante autista en términos políticos. Preocupa el mensaje permanente descalificatorio del gobernador Binner hacia la oposición, actitud que demora la posibilidad de construir algún puente de convivencia política.

Preocupa, asimismo, la carencia de hombres de recambio para el gobierno -los últimos ingresos en primeras y segundas líneas del gabinete son reveladores- y, por sobre todo, preocupa la falta de diálogo interno en la coalición gobernante.

Si en “Apuntes...” de semanas anteriores referíamos a observaciones provenientes del riñón radical relacionadas con el presupuesto y la reforma impositiva, frente a otras cuestiones como los cortes de energía en ciudades como Rosario, no puede verse como un hecho menor que legisladores nacionales y provinciales del ARI hayan pedido un resarcimiento para los usuarios con más de 8 horas seguidas de interrupción del servicio y que públicamente indicaran que, si bien ese partido había defendido la permanencia en la órbita estatal de la EPE, la empresa debía ser eficiente.

¿Qué pasa que los problemas de gestión no se abordan internamente en el Frente para resolverlos?

Y tampoco los señalados son los únicos. En la ciudad de Santa Fe, la inseguridad y, dentro de su marco, los homicidios, deben llevar a un tratamiento preferencial del tema y, sin embargo, se repite el discurso conocido desde hace años. ¿Qué ganamos con que se diga que Santa Fe está considerada como “una ciudad violenta”, si no se trabaja fuertemente para darle un destino económico distinto que genere posibilidades de trabajo?

Límites

Cuando a esta periodista le comentan que el principal desafío a enfrentar por el gobierno en el corto plazo es la relación con los gremios estatales, duda. En su opinión, el desafío primario para el Frente Progresista es reconducir el gobierno: debe replantearse la gestión desde el manejo de los recursos en adelante y abrir el círculo a más personas que íntimos con los que se compartieron gestiones municipales en Rosario.

Si la provincia no está en condiciones de otorgar los incrementos que solicitan los gremios estatales, no los podrá dar. Y el Estado tendrá sus argumentos y números para imponerse y llegar a acuerdos de posible cumplimiento, por lo menos hasta el segundo semestre de este año, en que comenzarán a verse algunos resultados económicos alentadores.

En la actualidad existe una gran diferencia entre empleo público y privado, y esto es bien conocido por los sindicalistas. Prueba de lo mencionado es que el gremio mercantil, a nivel nacional, llegó con las federaciones patronales a un acuerdo y el incremento otorgado fue del 7 % para un millón de empleados del sector ¿Nadie se preguntó por qué?

De afuera de la provincia nadie llegará con una solución a las cuestiones que nos aquejan ni tampoco las brindará el apoyo al Fondo del Bicentenario. Al gobierno de Binner, el tiempo del anuncio de títulos terminó; es hora de empezar a mostrar gestión y resultados.