La polémica por los dichos de Reutemann
La “campaña sucia” pasó a la Nación
De la redacción de El Litoral
Las declaraciones de Carlos Reutemann, que de manera dosificada circularon durante la jornada de ayer, siguieron provocando virulentas reacciones en el kirchnerismo, que cerró filas para fustigar al senador santafesino. Si Agustín Rossi había sacado a colación su filiación menemista y Hugo Moyano lo ató a la Sociedad Rural, no faltaron las metáforas automovilísticas y las duras referencias a la inundación de 2003 y los muertos de 2001; los mismos ítems que -cuando estuvieron en boca de Hermes Binner- llevaron al ex gobernador a hablar de “campaña sucia”.
|“Hace seis años que me fui, que se dejen de joder y le vayan a llorar a Gardel”, disparó Reutemann, pero en este caso la receptividad fue más calma: “Yo creo que es importante mirar para atrás para no repetir los errores del pasado, pero también es importante mirar para adelante para ponernos de acuerdo en qué camino queremos seguir”, contemporizó Binner.
A mansalva
Distinto fue el clima a nivel nacional. “Luego de que estuvo ausente durante varios meses de la discusión política argentina, a lo largo de un mes complejo para el país como fue enero, resulta inoportuno que haya decidido retornar a través del agravio, y con manifestaciones cuyo único objetivo es ofender”, respondió Miguel Pichetto, el jefe del bloque kirchnerista del Senado, al que Reutemann perteneció hasta el quiebre de la resolución 125 sobre retenciones agropecuarias.
El vicegobernador bonaerense, Alberto Balestrini, opinó que el santafesino “se despistó y mal” y “se olvidó de colocarse el buzo antiflama y en su salida de la pista, se quemó”.
En cambio, el ultrakirchnerista Carlos Kunkel eligió otro registro, y replicó que “lo que no vamos a dejar, seguro, son las plazas llenas de cadáveres como los dejó él el 19 y 20 de diciembre (de 2001)”. Y también, como para no descuidar ninguno de los blancos a los que Reutemann apuntó, reclamó que contara “qué hizo con la plata que había recibido para hacer las defensas de la ciudad de Santa Fe, y que por una de esas cosas, ese dinero no estuvo y finalmente se inundó”.
Oportunidad
La llamativa cantidad -y rango- de los voceros kirchneristas que salieron a contestar a Reutemann, y los términos que utilizaron para ello, pueden ser explicados por distintos factores, según coinciden los analistas de los distintos medios nacionales que, sin excepción, se ocuparon de la polémica.
Uno es la indudable proyección del santafesino como figura capaz de aglutinar a la oposición en un proyecto presidencial -el apoyo que volvió a manifestarle ayer en ese sentido Francisco de Narváez viene a corroborarlo. El otro es la alusión directa -aunque metafórica- a uno de los principales flancos descubiertos que compromete a la actual gestión, como es la lluvia de acusaciones y sospechas de corrupción que enfrenta. También aquí Reutemann contó con un respaldo explícito, el del gobernador de Chubut, Mario Das Neves, que sumó su queja por el trato a las provincias, aunque en cuanto a hechos ilícitos le pidió que ofrezca “nombres y apellidos”.
Retomando su habitual estilo de estocada sorpresiva y repliegue, Reutemann se refugió en el silencio, mientras arreciaba el vendaval de repercusiones. Aunque un comunicado del bloque de diputados del Peronismo Federal (ver aparte) proporcionó el siguiente indicador de por dónde seguirán las escaramuzas.
