Brillantez, intuición, viveza, simpatía y compañerismo
El “Húngaro” Crespi fue el mejor
conductor del básquet santafesino
Los especialistas a nivel nacional señalan a Ricardo Ángel Crespi como el más grande pasador que dio el baloncesto nacional en el siglo pasado. Jugó 25 años y se retiró en 1973.
Tomás Rodríguez
(Especial para El Litoral)
A lo largo de su extensa trayectoria deportiva, el “Húngaro” Crespi siempre mostró su temple, jugar con todo, con personalidad y fervor, fue campeón argentino de cadetes en 1954, repitió el éxito en el Sudamericano juvenil en Colombia, al año siguiente y en el campeonato Argentino de mayores de 1960.
El “Húngaro”, como lo identificaban los hinchas, los oponentes, los árbitros, los periodistas y la gente en general, o “Coco”, como se le decía familiarmente, vivió prácticamente en Gimnasia y Esgrima de 4 de Enero y Juan de Garay, donde se crió y educó deportivamente, además de vivir buena parte de su existencia en ese lugar, institución que preside actualmente.
Crespi fue un producto del semillero de campeones que siempre fue esa prestigiosa entidad, iniciándose en la división cadetes cuando tenía apenas 12 años. Continuó evolucionando en forma ininterrumpida, llegando a integrar los equipos mensanas que disputaban los certámenes juveniles que organizara la Fundación María Eva Duarte de Perón.
El equipo fue conformado por un verdadero creador de futuras figuras como el “Negro” Luciano Franchini, un notable maestro y docente cuya idea básica era la de forjar mejores hombres que jugadores, quien armó un quinteto de elevado nivel y el “Húngaro” Crespi tenía como compañeros, entre otros, a Rusciti, Alfredo Murillas, Julio Ponce Aragón, Valdez, Drago, Ocanto, Labath y Gervasoni.
Primera escisión gimnasista
Cuando se produjo la primera escisión de importancia en el club de Gimnasia y Esgrima, en 1942, se fueron varios jugadores a Aeom (Asociación de Empleados y Obreros Municipales), a la vuelta del club de la franja (en Urquiza 1954, el único estadio cerrado con tribuna que tenía Santa Fe), muchos pensaron que dicho acontecimiento terminaría con esa especialidad en la tradicional entidad.
Los municipales fueron campeones locales en 1945 y 1946 con los ex gimnasistas Manuel Guerrero, Arturo González, Julio y Carlos Carrasco, Armando Pedro Lombardi, Julio Blanco, Francisco “Pato” Mazzei y Julio “Tatengue” Núñez, entre otros.
Entonces apareció la figura señera de un docente ejemplar, en materia de básquetbol un gimnasista de corazón, el maestro Luciano Franchini, forjador de grandes figuras que comenzó a trabajar con los cadetes.
En la segunda escisión, también se alejaron tres brillantes figuras: Fermín Osvaldo “Negro” Páez, Luis Andrés “Colifa” Piedrabuena y Ariel “Caballito” Loréfice (debían permanecer inactivos por dos años, antes de incorporarse a Colón); además de Edgardo Domingo “Tubo” Parizzia al pasar a San Lorenzo de Almagro.
La visión de los dirigentes y de Franchini mostró su lucidez y acierto: al promover a dos chicos juveniles: Ricardo A. Crespi y Alfredo Roberto “Fredy” Murillas.
En 1954, Gimnasia y Esgrima de Santa Fe demostraba su clase en cada presentación, siendo “Coco” Crespi el guardián o armador de una formación contundente.
Las finales con Colón
El 5 de febrero de 1955, Gimnasia y Esgrima consigue su tercer título consecutivo al vencer en la segunda final a Colón, por 48 a 46, en la antigua cancha al aire libre con una tribuna de cemento de Regatas Santa Fe, en el desaparecido y añorado parque Nicasio Oroño, un paseo tradicional de la capital provincial del siglo pasado.
El quinteto mensana dio vuelta el partido en el complemento, con una notable recuperación y formó en la ocasión con Oscar Ricardo “Pillín” Ulla, Carlos “Negro” Heredia, Jorge “Coco” Ballardini, Crespi y Alfredo Roberto “Fredy” Murillas, ingresando también el experimentado Horacio Virgilio. En la alineación sabalera -era la gran favorita-, se alistaban Raúl Rosetti (formado en Rivadavia Juniors), José “Pepe” Olivera, Pedro Kestens y Juan Carlos “Bruja” Loyarte (los tres surgidos de la cantera de Regatas Santa Fe), entre otros destacados valores.
Una leyenda viviente
El “Húngaro” Crespi, en su niñez, pertenecía a una familia humilde, y sin embargo varios de sus hermanos tuvieron también una excelente formación deportiva. Actuó durante más de 25 años defendiendo los colores de Gimnasia y Esgrima de Santa Fe, y continúa siendo una auténtica leyenda del básquetbol argentino.
“Coco” Crespi integraba esa familia numerosa. El mayor de ellos, Juan Luis Crespi, resultó un buen valor del boxeo




