EDITORIAL

Consolidación del

Parque Federal

La posibilidad de contar con un espacio verde que permita y facilite el encuentro comunitario y la realización de actividades culturales, deportivas, recreativas y sociales es una de las aspiraciones que vienen exponiendo desde hace varios años vecinos e instituciones que circundan el Parque Federal. Durante casi una década, a través de sucesivas reuniones, manifestaciones públicas y convocatorias que incluyeron -oportunamente- a escuelas de la zona, como también a candidatos y autoridades electas, se hicieron sentir reclamos y propuestas destinados a dotar a ese extenso corredor de una función acorde con su condición de centro geográfico de la ciudad.

Una iluminación insuficiente, la proliferación de basurales y la barrera física que genera la falta de calles que faciliten la circulación dentro del parque o a través de él fueron señalados durante todo este tiempo como los principales escollos para convertir esos terrenos, estratégicos en la época de apogeo del ferrocarril, en un espacio socialmente aprovechable.

Finalmente, con la reciente presentación del proyecto de transformación integral de las 22 hectáreas que componen el predio, ubicadas entre las calles Pedro Vittori, Salvador del Carril, Luciano Torrent y Las Heras, esa aspiración parece estar más cerca de concretarse.

Concebida como la obra emblemática del Bicentenario para esta ciudad, la puesta en valor del parque demandará una inversión millonaria y un trabajo intenso y sostenido, con el fin de desarrollar las tres etapas contempladas para su total reparación: éstas incluyen tareas de recuperación, trazado de senderos y apertura de calles, y la iluminación con el fin de que pueda ser recorrido y aprovechado en toda su extensión y a toda hora. Sin embargo y tal como se anticipó en el momento de hacer públicos los principales trazos de la propuesta, no se trata de un proyecto cerrado, sino que admite la participación de la propia ciudadanía en la definición de los usos y actividades que allí se vayan a desarrollar.

Una vez concluidas las tareas enumeradas, se espera sumar para la capital santafesina un área verde de la magnitud de los parques General Belgrano y Juan de Garay. A la vez, se habrá logrado consolidar un nexo entre dos espacios culturales sumamente representativos y en plena fase de recuperación y construcción, según el caso: uno es el que ocupará las instalaciones de La Redonda, al norte del parque, y el otro es el que constituirá El Molino, sobre bulevar Gálvez.

De esta manera y entrelazando los sucesivos espacios verdes que se ubican en uno y otro extremo, se verá materializado un interesante eje recreativo y cultural entre uno y otro punto, en una experiencia que, cuando se concrete, representará una transformación cualitativa para la ciudad, y un paso adelante en orden a una nueva concepción que la aleje de una imagen de estancamiento, tan nociva para su proyección como para el ánimo de sus habitantes.