Artes Visuales

Huellas y Legado

Domingo Sahda

A modo de apertura y como inicio de pretemporada de las actividades programadas para el año 2010, el Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas, sito en calle San Martín 2068, ciudad de Santa Fe, ha inaugurado una exposición constituida en su totalidad por obras plásticas de la modalidad Grabado, pertenecientes al patrimonio que atesora el precitado organismo municipal. La exhibición de la colección, la que literalmente sale a la luz en forma conjunta por primera vez, con piezas de singular calidad, arrumbadas por años en los depósitos, se constituye en un muy valioso panorama del arte de la segunda mitad del siglo XX producido en estos lugares, junto a otras obras de diversas latitudes.

La exhibición muy bien ordenada espacialmente ha sido curada por la profesora Pily Urfer, responsable de la selección de obras a la vista.

A través de este valioso emprendimiento, operado en el ámbito oficial municipal, la ciudadanía tiene la oportunidad de conocer -quizás enterarse- del acervo artístico con que cuenta la sociedad santafesina; material éste colectado a lo largo de los años a través de salones, concursos y donaciones.

Vale la pena señalar que la ciudad de Santa Fe fue en un tiempo no muy lejano un importante centro nacional del grabado como modalidad artística de creación y resolución, precisamente cuando la Sociedad de Grabadores y Dibujantes Santafesinos convocaba a la ediciones del Salón del Grabado con alcance nacional. Eran tiempos en que el arte plástico santafesino, el grabado en este caso, brillaba con luz propia, intentando la construcción de un perfil alternativo de matices propios, que, sin negar influencias diera el resplandor de lo propio al mapa nacional del arte plástico.

El grabado, con sus exigidos procesos técnicos en sus muy variados procesos de resolución, demanda por parte de quienes lo cultivan una muy particular actitud de atenta dedicación. Ninguno de los pasos que deben seguirse para la obtención de la estampa final responde a la improvisación. La atención y el ajuste van desde el dibujo inicial a su traspaso a la plancha o taco. De ahí a su controlada elaboración, luego a la preparación del papel que garantizará, estampado mediante presión, la obtención de la pieza, cuya validación final está dada por la numeración de la serie y la firma autógrafa del autor/a.

Por su carácter disciplinar, por su rigor, este apartado del arte cuya gloria mayor transitó por los siglos XIX y XX ha entrado hoy en un cono de sombra, aturdidos muchos artistas y teóricos del arte por los cantos de sirena de los nuevos métodos técnicos de reproducción, que garantizan limpieza, velocidad y cantidad de ejemplares, en detrimento de la calidad intrínseca de la obra de arte como objeto precioso de colección en los cuales la proyección sensitiva del artista asoma de manera personal, no mediatizada.

En la exposición “Huellas y Legado”, feliz denominación que sintetiza el espíritu específico de la estampa reproducida al amparo de la voluntad creadora de su autor se pueden apreciar obras que responden a variados itinerarios, todos ellos ajustados al proceso multiplicador propio del arte de la estampación. Así se suceden xilografías, aguafuertes, intaglios, litografías, aguatintas, serigrafías en un real abanico de posibilidades que vale la pena explorar detenidamente. Cada una de las piezas en exposición seguramente será mejor apreciada en tanto se conozca, al menos en sus generalidades, el camino que recorre -recorrió- cada autor hasta obtener lo que en esta ocasión se puede apreciar. La idea de lo uno y lo múltiple se encadena en esta colección a la vista. Una es la imagen, múltiple su edición, firmada y numerada como garantía de ejecución y autoría.

La colección que se ofrece es de homogénea calidad. La atenta mirada permite el viaje que va desde la excelencia del aguafuerte de Julio Paz, elaborado trabajo de matriz surrealista que construye la imagen total a partir de la diversa articulación de la línea como límite, trama y textura de grisados que se resuelven en “Frente y perfil de la soledad”, elocuente título que rezuma la calidad expresiva del trabajo. Desde allí podemos viajar con rumbo al marcado contraste de luz-sombra en que se aglutina un sinnúmero de imágenes superpuestas, con tramos de grises logrados por incisión de la gubia sobre el taco de madera de la xilografía titulada “Bailarines estáticos”, de Oscar Esteban Luna. Asoma la ironía en la xilografía firmada por el maestro del Grabado argentino, formador de legiones de artistas, que fue Sergio Sergi junto a la melancólica poética de la imagen del grabado a varios tacos firmado por Rosa Renk.

Podemos citar como pieza de particular resolución plástica al aguafuerte de Hipólito Vieytes titulado “El embudo” y tantas otras obras singulares.

En la portada del catálogo de mano, la excelencia de la pieza de autoría de Elsa Rotman es la puerta de entrada a la muestra, al modo que lo hace la pieza original que ratifica con su contundencia plástica el espíritu general de la muestra.

Exposición que pendula aleccionadoramente, con un cierto aire de mostración didactizante, que interesa por su calidad informativa y formativa. Es un llamado de atención para quien incursione en los meandros del arte visual, tanto para su apreciación cuanto para su práctica efectiva. En este territorio del arte, cobra absoluta vigencia la frase. “en el mundo de la creación artística son necesarios 5 minutos de inspiración y 55 minutos de transpiración para lograr el resultado que se persigue”. Su aprendizaje como práctica artística cuasi obligatoria tanto para estudiantes de arte como para practicantes entusiastas probablemente nos liberaría de muchas patinadas plásticas que se exhiben, tanto por allá como por aquí.

Huellas y Legado

“Feria de Baruta-Venezuela”, de Nélida Fontanarrosa de Bayo.

Foto: Gentileza Producción

Huellas y Legado

“Frente y perfil de la Soledad”, aguafuerte de Julio Paz.

Foto: Gentileza Producción

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“Bailarines estáticos”, xilografía de Oscar Esteban Luna.

Foto: Gentileza Producción