EN MARZO
El Rosa Galisteo reabre con
dos muestras antológicas
La temporada 2010 del museo arranca con obras de Graciela Borthwick y Poupée Tessio. Se podrán ver hasta el 21 de marzo.
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL
La apertura de la temporada 2010 del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, 4 de Enero 1510, será con la inauguración de dos muestras antológicas de las artistas Graciela Borthwick y Poupée Tessio. La cita es el jueves 4, a las 20. Declarada de interés por el gobierno de la provincia, la exposición cuenta con la curadoría de Pelusa Borthwick, y con Alberto Giudici y Rosa Faccaro como curadores invitados.
“Cuatro décadas de una desbordante entrega creadora articulan la vida y la obra de Graciela Borthwick y es el sustento que arma la trama de una muestra antológica que recorrerá museos de Santa Fe, su provincia natal”, sostiene Alberto Giudici.
“Como rizomas que se expanden y se entrecruzan en una permanente carga lúdica, su producción remite alusivamente a la naturaleza y a los mitos del Litoral. En ellos puede encontrarse la matriz primigenia que da sentido último a esa vasta labor, pero que no se detiene ahí: otras ráfagas, otros sincretismos estéticos y culturales, amasan la desbordante imaginería de esta artista que vive reinventándose a sí misma.
“Cuando uno se acerca a sus trabajos, siempre colmados por una carga mítica poderosa y ancestral, se percibe esa marca indeleble. Su producción, tal como se la exhibe, está ordenada cronológicamente, por series temáticas. Y cada serie es como el capítulo de un libro, donde lo temático-formal es una unidad expresiva. Pero Graciela no pone el acento tanto en los aspectos estilísticos, que maneja con gran solvencia, como en la identidad narrativa que da vida a sus criaturas”, sostiene el curador invitado.
“Graciela Borthwick es, ante todo, una artista que escucha la voz de su poderosa intuición. La voz se llena de otras voces. Voces de una misma genealogía que da identidad a lo que puede llamarse con absoluta propiedad la Escuela del Litoral. Una cultura ribereña, en la que el Paraná es la gran arteria que guía el curso de sus aguas y de sus artistas hacia el inmenso manto del Plata, para conformar una cultura rioplatense, de genuina raíz americana”.
VERDAD SIN ANESTESIA
Respecto de la obra de Poupée Tessio, Julio Sánchez sostiene: “Pocos artistas se animan a dar el osado paso de una muestra retrospectiva. Ahí está la verdad sin anestesia, los altos y bajos, la continuidad y la disrupción. Poupée Tessio se dio ese lujo, se lanzó sin red y asumió todos los riesgos. Algunos de sus seguidores podrán repasar su trayectoria, otros, descubrirán un periplo de varios años. ¿Qué se puede ver en esta aventura plástica? Desde los tempranos setenta hasta hoy hay una producción amplia y sólida, continua, casi sin intervalos, lo que habla de un compromiso inamovible y también de una voracidad sin límites, de una continua necesidad de producir.
“Luego, una variedad de técnicas que van desde la maestría académica hasta las experimentaciones más personales, desde la tela o el papel hasta la instalación de objetos. Hay una preferencia clara por la figuración y un leve coqueteo con la abstracción (aunque la artista prefiere evitarla); hay una constante admiración por los predecesores, por la historia del arte, y también un humor sutil que no es sátira ni obviedad. ¿Y qué ha mirado Tessio con la lente de su pintura? Al revisar la totalidad de su obra se descubre a una cronista de nuestro tiempo, una observadora de las glorias y miserias de nuestra sociedad.
“Tessio no se exalta ni se angustia, más bien sonríe y tiene una actitud de conmiseración, pues sabe que ella misma está adentro de este paso de comedia. Sin hacer “pintura de género’, sin militar en el feminismo, Tessio deja en su obra la impronta de una mirada femenina. No es casual que su primera muestra individual se haya llamado Yo mujer. Ella pinta a la que espera con ansias el llamado telefónico del bienamado, o a la que se resiste al paso del tiempo echando mano de los recursos quirúrgicos disponibles. Tessio pinta tan bien el “periplo de la heroína’ porque ella misma es esa heroína y ella misma ha recorrido ese periplo. Le tocó vivir los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, fue testigo privilegiado de cómo se ha transmutado la mujer y la sociedad. De todo esto da testimonio y corpus de trabajo serio y no exento de humor”.