Urs Rey, productor hortícola suizo visitó Santa Fe

“En Suiza, un agricultor grande

es el que tiene 100 hectáreas”

En un campo cerca de Zürich produce distintas variedades de verdura. Explicó cómo se desarrolla la actividad en su país y analizó sus perspectivas. También destacó las potencialidades de la producción agropecuaria de Argentina.

Juan Ignacio Novak-José Zenclussen

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Lo que no deja de impresionar a Urs Rey cada vez que visita la Argentina es la inmensidad de los campos sembrados. “Para mí es algo espectacular, fuimos a ver la soja en los campos y la planta llegaba hasta el alambrado”. Es que en su Suiza natal, donde tiene una finca de unas 50 hectáreas dedicada a la horticultura, no están acostumbrados a estas grandes extensiones de tierras productivas, tan características en estas latitudes. “Allá un gran agricultor podrá tener 100 hectáreas” explica.

Urs Rey es oriundo de un pueblo de 2.500 habitantes llamado Birmenstorf, que tiene una extensión cercana a mil hectáreas. Estuvo recientemente de visita en casa de unos parientes de la vecina localidad de Humboldt, el pueblo “hermano” de estas latitudes. En una entrevista con El Litoral explicó como trabaja un productor hortícola en un país con el desarrollo de Suiza, analizó las perspectivas de la actividad y destacó las oportunidades de Argentina en materia agropecuaria.

En la zona donde tiene su establecimiento, a poca distancia de Zürich, los productores dedicados a la horticultura tienen fincas que van desde las 20 hectáreas hasta las 100 los más grandes. Las variedades de verdura que se cultivan, en un trabajo muy intensivo, son rúcula, pepino, espinaca, apio, rabanito y tomates entre muchos otros. “Tenemos como 50 hectáreas, es muy intensivo” manifestó.

Situación actual

La mayor parte de la producción hortícola desarrollada en la región donde tiene la finca Urs va a parar directamente al mercado interno. “No tenemos la posibilidad de exportar” manifestó. “Muchas empresas trabajan en la exportación, pero nosotros no podemos” añadió. Y reconoció que actualmente están “en una fase un poco difícil, porque el gobierno quiere abrir las fronteras, entonces vendrán productos del sur de Europa, que son más baratos”. En esa coyuntura, el país que está en mejores condiciones para imponer sus productos es Alemania. “Tienen un nivel muy bajo de los precios; tal vez la lechuga llegue a la mitad del precio nuestro” advirtió Urs.

Esta estrategia estatal responde, según el productor, a la intensión de generar “más posibilidades, más puertas abiertas para la industria”, independientemente de que eso afecte en parte a la producción agrícola. Hay que recordar que la industria abarca una porción importante de las actividades económicas de ese país europeo, con fuerte presencia en rubros como químicas, electricidad y maquinarias.

La educación es el eje

Un reclamo que ya podría describirse como cíclico de los quinteros de la cordón hortícola santafesino es un mayor acompañamiento del estado para afrontar los problemas, fundamentalmente climáticos. Consultado sobre si en Suiza el gobierno está presente para ayudar a los productores, Urs señaló que “hay una oficina del Estado que ayuda un poco. Pero no tanto” relativizó. No obstante, remarcó que en su país “las escuelas son muy buenas” dado que “cada profesión hace su aprendizaje”. De manera que los jóvenes realizan instancias de aprendizaje específico en distintos oficios. Esto repercute, obviamente, en una muy buena formación de recursos humanos.

Alto nivel de vida

Otro punto álgido en la producción de verduras en estas latitudes tiene que ver con la escasa rentabilidad de algunos productos. Al respecto, el productor suizo remarcó que “hace 50 años, cuando empezaron mis parientes, fueron muy buenos años” aunque apuntó que “ahora es más complicado”. Sobre todo por la intensión del gobierno de abrir las fronteras. Pero más allá de todo, Suiza es uno de los países país que acredita uno de los niveles más altos de Europa en cuanto a salarios. “Allí el promedio de ganancia es alrededor de 6 mil dólares” señaló Urs. Para comparar, “la comida es un 8 por ciento del salario, mientras que cuarenta años atrás era el 40 por ciento” apuntó.

Finalizada la entrevista, Urs se aprestaba a seguir su camino. Aún le quedaban un par de días en Argentina, en los cuales tenía previsto pasar por Buenos Aires. Es probable que durante los más de 500 kilómetros que unen Humboldt con Capital Federal haya mantenido vivo su deleite, al ver cómo los cultivos crecen rozagantes en esas “espectaculares” extensiones de campo.

“En Suiza, un agricultor grande es el que tiene 100 hectáreas”

Urs Rey es de Birmenstorf, un pequeño pueblo suizo hermanado con la localidad santafesina de Humboldt.

Foto: Mauricio Garín

Fincas familiares y pocos empleados

A través de distintos viajes, el productor suizo Urs Rey tuvo la posibilidad de recorrer casi toda la geografía argentina, desde los glaciares hasta las provincias del norte. Ese amplio conocimiento le permite trazar algunas comparaciones ilustrativas entre un país y otro. Para Urs, es imposible comparar las escalas de producción agropecuaria de ambos países. “Allá un gran agricultor podrá tener 100 hectáreas” señaló y recordó que allá un productor que tiene muchas vacas, llega a 100, el resto a 40 ó 50. “Todo es mucho más pequeño” concluyó.

En Suiza, añadió, “las fincas son casi siempre familiares y tienen muy pocos empleados” definió Urs al referirse a la forma de trabajo de su campo en Birmenstorf. Y explicó que para la temporada de cosecha, que es cuando demandan la mayor cantidad de personal, trabajan con personal que viene desde Portugal con contratos temporarios. “Algunos vienen 4 ó 5 meses y otros más, entre 7, 8 y hasta 10 meses”.

Reflexiones

“Creo que Argentina tiene mucho futuro sobre todo por la producción de soja, maíz y la gran demanda que hay en el mundo por estos productos” al reflexionar sobre la realidad actual del país. Sin embargo, sostuvo que “no entendemos la política del gobierno argentino de castigar a los productores”. “Cuando se liberan las exportaciones, en Suiza podemos disfrutar de la carne argentina; últimamente, como el Estado argentino cerró la exportación, Suiza debió volcarse a los mercados de Uruguay y de Brasil para satisfacer la demanda”, consideró.

Carne y leche

Según relató Urs Rey, en Suiza el litro de leche actualmente puede tocar en el tambo unos 70 centavos de dólar, mientras que el consumidor termina pagando aproximadamente el doble. Por otra parte, el valor de la carne es directamente prohibitivo: “para adquirir un kilo de lomo, tendrán que pagar entre 60 y 70 dólares el kilo” explicó. Y dio cuenta de las enormes diferencias que esto provoca en la gastronomía suiza respecto a la argentina. “Aquí se come carne y un poquito de lechuga; allí se come poca carne y mucha verdura y papas; no estamos acostumbrados a comer tanta carne” explicó.

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